La tragedia de Vietnam
CUANDO se cumplen 50 años de la ofensiva del Tet y la caída de Hué en manos norvietnamitas, Mark Bowden publica uno de esos libros que no le prestarías ni a tu mejor amigo. Como diría Coppola, este no es un libro sobre Vietnam: es Vietnam.
Durante cinco años Bowden ha hecho algo más que consultar la bibliografía sobre el tema, de por sí muy extensa. Ha hablado con testigos de uno y otro lado para reconstruir lo que llama “el punto de inflexión en la guerra de Vietnam”, cuando las fuerzas comunistas sorprendieron a las tropas estadounidenses con una audacia nunca antes vista que se saldó, tras 24 días de combate, con unas 100.000 bajas.
El ruido y la furia de la batalla, sin duda una de las más importantes del siglo XX, palpita en cada una de las páginas. El autor es periodista y tenía dieciséis años cuando se desató el infierno, pero su comprensión de los hechos es tal, que cualquiera diría que la vivió con los periodistas desplazados en primera línea (a uno de ellos, Gene Roberts, le dedica el libro).
Al final, la recuperación de Hué fue lo de menos. Durante un mes, el ejército de Estados Unidos besó la lona, mordió el polvo, y lo hizo sin sentido. La tragedia de Hué fue la de Vietnam en su conjunto: la clase política se negaba a ver lo que en 1968 era ya evidente. Quedaban muchos muertos para despertar de la pesadilla./