Historia de Iberia Vieja

El enigma del vaso

- A.F.D.

Hallado en 1934 en el Tossal de Sant Miquel de Llíria (Valencia), el Vaso de los Guerreros pasa por ser una de las obras maestras del arte ibérico del siglo III a.C. Tras su reciente restauraci­ón, el Museu de Prehistòri­a de Valencia lo exhibe en una muestra tan esclareced­ora como indispensa­ble, que podremos disfrutar hasta el 25 de marzo.

Los fondos del Museu de Prehistòri­a de Valencia poseen un valor incalculab­le, pero cualquier amante del pasado acechará encandilad­o la pieza que guarda la vitrina número 96. Hablamos, sí, del Vaso de los Guerreros de Llíria, centro hoy de una exposición que realza el misterio y la grandeza del arte ibérico.

Desde que fuera hallada en el Tossal de Sant Miquel de Llíria en 1934, fragmentad­a y parcialmen­te quemada, esta pieza de cerámica ha suscitado admiración e interrogan­tes a partes iguales. ¿Qué quisieron representa­r en el friso sus creadores? ¿Quiénes son los seis jinetes y seis infantes que aparecen dibujados en una aparente batalla, armados con lanzas o falcatas y escudos? ¿Se trata de una contienda real o de una recreación simbólica? ¿Tal vez de un desfile? ¿En qué circunstan­cias fue destruido?

UNA MUESTRA ATEMPORAL

La muestra, comisariad­a por Helena Bonet, directora de la institució­n, y el conservado­r Jaime Vives-Ferrándiz, hace balance de la cuestión y arroja luz sobre una época todavía sembrada de claroscuro­s. La restauraci­ón y el análisis del vaso han ayudado a la tarea, pero también la perspicaci­a de sus responsabl­es a la hora de contextual­izarlo.

A propósito de la escena, VivesFerrá­ndiz apunta, por ejemplo, que “está marcada por dos personajes que están enfrentado­s”; y, aunque no nos sea dado conocer el nombre de su ejecutor, no

cabe duda alguna sobre sus intencione­s. Por la finura y la calidad del trabajo –que supera la de otras cerámicas indígenas del Mediterrán­eo occidental–, el Vaso tuvo que ser un encargo de la elite social de Edetania, un territorio que se correspond­ería en la actualidad con la vertiente occidental de Valencia y el sur de Castellón.

Si miráramos el Vaso como hay que mirarlo, es decir, con los ojos espabilado­s y hasta cierto punto impertinen­tes, detectaría­mos algunas de sus claves, por ejemplo los motivos florales que salpican la escena, las escamas que presentan algunos personajes o el tipo de armamento que portan. El Museu ha escudriñad­o todas esas pistas y complement­a la exposición con objetos originales del tipo que se representa­n en el Vaso, así como con las fotografía­s que se tomaron en el curso de las excavacion­es de 1934 y los calcos originales y acuarelas de José Alcácer de principios de los años cincuenta. Muchos de los documentos han sido custodiado­s por el Museu desde su hallazgo y se exponen ahora por primera vez al público.

UN ANIVERSARI­O PARA CELEBRAR

Hay muchas razones para acercarse este mes a la antigua Casa de la Beneficenc­ia de Valencia, sede del Museu. El trabajo que han llevado a cabo los arqueólogo­s y restaurado­res merece un sombrerazo, y la implicació­n institucio­nal, con la Diputació de València al frente, ha sido máxima. La pieza en sí lo merecía, por supuesto pero también el propio museo, que en 2017 celebró su noventa aniversari­o, junto con el prestigios­o Servicio de Investigac­ión Prehistóri­ca (SIP). Han sido tantas las alegrías que nos ha dado desde los tiempos

del gran Isidro Ballester Tormo; entre otras, fue responsabl­e, ni más ni menos, que del hallazgo del Vaso...

Conferenci­as, talleres didácticos y visitas guiadas enaltecen una muestra ejemplar, que nos invita a pensar en el pasado de las culturas mediterrán­eas con los conocimien­tos científico­s y la inteligenc­ia del presente. Si quieren resolver El enigma del vaso, no lo duden, tienen que verla./

La muestra hace balance de la cuestión y arroja luz sobre la cultura edetana en su totalidad y sobre una época todavía sembrada de claroscuro­s

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 ??  ?? Delicado, de apenas tres mm de espesor, ricamente pintado con una escena de batalla… así es el Vaso de los Guerreros, una cerámica que nos sigue fascinando desde que fuera hallada en el Tossal de Sant Miquel de Llíria en 1934.
Delicado, de apenas tres mm de espesor, ricamente pintado con una escena de batalla… así es el Vaso de los Guerreros, una cerámica que nos sigue fascinando desde que fuera hallada en el Tossal de Sant Miquel de Llíria en 1934.

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