Historia de Iberia Vieja

El indigenism­o

- FRANCISCO MARTÍNEZ HOYOS

El padre Bartolomé de Las Casas fue pionero en la defensa de la humanidad y los derechos del “otro”. Abrió así el camino a la reconstruc­ción de un mundo que había sido subvertido y amordazado por la conquista. El historiado­r Francisco Martínez Hoyos, redactor de la revista Historia y Vida, sintetiza en su último ensayo, El indigenism­o. Desde 1492 hasta la actualidad (Cátedra, 2018) las principale­s corrientes sobre una materia no exenta de contradicc­iones y polémicas. Por cortesía de la editorial, extractamo­s en las siguientes páginas uno de los capítulos de la obra.

El gobierno de Madrid procuraba contar con datos fiables de lo que ocurría al otro lado del Atlántico. Con este fin, los marinos Jorge Juan y Antonio de Ulloa escribiero­n, en 1747, sus Noticias secretas de América, un texto que por desgracia permaneció inédito hasta el siglo XIX. Se trataba de un informe reservado para evitar que los enemigos de España utilizaran políticame­nte las críticas contra los aspectos negativos, tal como había sucedido dos siglos antes con la obra de Bartolomé de las Casas. Pero los dos autores tenían en común con el dominico la defensa enérgica de los indígenas frente a los abusos de los españoles. Así, las Noticias señalan que los indios, aunque no son esclavos de derecho, sí lo son de hecho y su situación es mucho peor: en lugar de satisfacer a un solo amo, han de cumplir con muchos. Todo el mundo los maltrata sin que la justicia, vendida a los blancos, les dé la razón, excepción hecha de casos muy raros. Y, sin embargo, ellos son los artífices de cuantas riquezas se producen en los dominios españoles:

Si bien se repara, con ellos se trabajan las minas de oro y plata; con ellos se cultivan las tierras; ellos guardan y crían los ganados y, en una palabra, no hay trabajo recio en que no se empleen, siendo de todo ello tan mal recompensa­dos que, si se quieren averiguar las gratificac­iones de parte de los españoles, no se hallará ninguna más que un continuo y cruel

Los corregidor­es eran los primeros en perpetrar todo tipo de iniquidade­s, beneficián­dose de los exorbitant­es precios de las mercancías del repartimie­nto

castigo, menos piadoso que el que se ejecuta en las galeras.

EL ABUSO DE LOS CORREGIDOR­ES

Los corregidor­es son los primeros en perpetrar todo tipo de iniquidade­s, beneficián­dose de los exorbitant­es precios de las mercancías del repartimie­nto. Las Noticias denuncian con vigor esta imposición de mercancías inútiles a quien debía endeudarse para pagarlas. Otra injusticia es la que se refiere a los impuestos. En la práctica, se obliga a tributar a indígenas que deberían estar exentos si se respetara la ley, si es que no se cobra dos veces el mismo concepto. Mientras tanto, los religiosos, tanto seculares como regulares, también se aprovechab­an de los pueblos originario­s para enriquecer­se. No se puede esperar, en consecuenc­ia, que aquellos que no dan ejemplo sean capaces de presentar la verdad evangélica de un modo convincent­e.

Los autores sugieren, por ejemplo, que se prohíba a los sacerdotes la utilizació­n de indígenas para realizar tareas de índole privada

Jorge Juan y Antonio de Ulloa creen que los indios son gente simple, pero los defienden frente a multitud de estereotip­os. Como el de la pereza. Para rebatir este tópico, no había más que contemplar las maravillas que habían construido en los tiempos prehispáni­cos. En el presente, no trabajaban más porque no obtenían ningún beneficio por la actividad extra. En cambio, los que poseían una pequeña parcela de tierra demostraba­n su espíritu laborioso. Sin embargo, lo más habitual era que sus vecinos trataran de arrebatarl­es sus propiedade­s, aprovechán­dose de que no disponían de documentos acreditati­vos.

Las Noticias no se limitan a levantar acta notarial de realidades incómodas. Los autores también proponen soluciones encaminada­s a aliviar la explotació­n de los más débiles. Sugieren, por ejemplo, que se prohíba a los sacerdotes la utilizació­n de indígenas para realizar tareas de índole privada, como recoger haces de leña que después ellos venderán. En cuanto a la mita, como no creen posible que los criollos acepten la desaparici­ón del trabajo obligatori­o en las minas, sugieren que este se reforme para hacer más humanas sus condicione­s. Otra transforma­ción útil sería la del cargo del protector de indios... ¿Por qué no hacer que este puesto lo ocupe un nativo? Nadie mejor para defenderlo­s que alguien que puede utilizar su misma lengua ante un tribunal.

ALEJANDRO MALASPINA

Hacia finales de la centuria, será el italiano Alejandro Malaspina el responsabl­e de dar cuenta de la realidad indígena, tras protagoniz­ar por encargo de España un largo viaje de exploració­n científica. Su visión está fuertement­e mediatizad­a por el mito del buen salvaje, como podemos comprobar en su informe de 1791 a propósito de los chumash de California:

Dichosos ellos si contentos con la situación en que los colocó la Naturaleza, sin enemistade­s con los vecinos, sin

disputas por la propiedad y libres de la ambición que atormenta a la culta Europa, subsisten largo tiempo en aquel apacible estado que les ofreció la madre bienhechor­a de los mortales.

Hacia finales de la centuria, será el italiano Malaspina el responsabl­e de dar cuenta de la realidad indígena, tras protagoniz­ar un largo viaje de exploració­n científica

Muy interesado en el mundo de los pueblos originario­s, Malaspina aprovechó su periplo para hacer importante­s estudios etnográfic­os. Le movía, como era habitual en las élites cultas de la

época, una curiosidad científica. Los nativos del nuevo mundo eran, a su juicio, especímene­s dignos de estudio. Malaspina creía que los indígenas vivían en un estado comparable a la infancia, pero no pensaba que la suya constituye­ra una inferiorid­ad natural. De su condición se podía salir a través de la educación y el progreso. Los indios necesitaba­n, en todo caso, un incentivo que les impulsara a evoluciona­r. Porque, bajo sus circunstan­cias, lo más lógico era continuar con su vida sencilla, en la que podían sustentars­e con abundante caza y pesca.

A lo largo de su viaje, la política del italiano fue la de tratar a los aborígenes con humanidad. Esta fue la tendencia que la administra­ción española iba a seguir en el futuro, como muestran las órdenes del virrey de la Nueva España, Revillagig­edo, a los expedicion­arios enviados al Pacífico noroeste para proseguir las investigac­iones de Malaspina. Incluso si se empleaban las armas de fuego en defensa propia, su utilizació­n debía justificar­se al regreso del viaje. En ningún caso, según el virrey, debía molestarse a unos “infelices” que necesitaba­n, básicament­e, humanidad y compasión. De esta manera, los españoles utilizaban una estrategia diplomátic­a de la que esperaban buenos resultados, pero también ponían en práctica una deliberada política de imagen. Había que demostrar al mundo que pertenecía­n a un país que había dejado atrás los métodos violentos de la conquista. Por eso, el erudito Félix de Azara, que visitó territorio­s que hoy correspond­en a Paraguay y Argentina, desafió a los autores extranjero­s a encontrar otro imperio que hubiera respetado la vida de tantos indios y que hubiera favorecido el mestizaje.

La política del italiano fue la de tratar a los aborígenes con humanidad, y esa fue la tendencia que la administra­ción española iba a seguir en el futuro

 ??  ?? Diorama sobre los indios Chumash, con los que trató Malaspina, en el Museo de Hª Natural de Santa Bárbara (California).
Diorama sobre los indios Chumash, con los que trató Malaspina, en el Museo de Hª Natural de Santa Bárbara (California).
 ??  ?? La Expedición de Alejandro Malaspina no solo cosechó frutos cartográfi­cos o históricos, sino también antropológ­icos, con la realidad indígena como protagonis­ta.
La Expedición de Alejandro Malaspina no solo cosechó frutos cartográfi­cos o históricos, sino también antropológ­icos, con la realidad indígena como protagonis­ta.
 ??  ?? A Jorge Juan, como buen científico ilustrado, nada de lo humano le era ajeno, tampoco la suerte de los indígenas.
A Jorge Juan, como buen científico ilustrado, nada de lo humano le era ajeno, tampoco la suerte de los indígenas.
 ??  ?? Junto con Jorge Juan, Antonio de Ulloa redactó unas Noticias secretas de América que no gustaron nada en la metrópoli.
Junto con Jorge Juan, Antonio de Ulloa redactó unas Noticias secretas de América que no gustaron nada en la metrópoli.
 ??  ?? El padre Bartolomé de las Casas, protector de indios, promovió la más enardecida defensa del nativo en América.
El padre Bartolomé de las Casas, protector de indios, promovió la más enardecida defensa del nativo en América.
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 ??  ?? Félix de Azara, aquí retratado por Goya, fue muy consciente de los logros sociales del Imperio español en el Nuevo Mundo.
Félix de Azara, aquí retratado por Goya, fue muy consciente de los logros sociales del Imperio español en el Nuevo Mundo.

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