Historia de Iberia Vieja

Entrevista con… Antonio Fontana

Aunque el género de novela histórica es muy dispar –a veces, algunos libros parecen poco más que ensayos dialogados– la obra de Antonio Fontana reúne en sus páginas calidad literaria y reconstruc­ción histórica. Su calidad le ha convertido en el ganador de

- BRUNO CARDEÑOSA

Evidenteme­nte, el mundo ha progresado en estos últimos decenios, ¿pero se ve algo con añoranza? ¿Es tu libro una forma de plasmar esa añoranza?

Lo que he pretendido reflejar en Sol poniente es una infancia como la mía, aunque no sea la mía. Aquellos años, aquellos juegos en la calle, aquellos enamoramie­ntos primeros que te aceleraron el corazón cuando todo era nuevo y todo estaba por descubrir. De ahí que la novela esté teñida de un sentimient­o de añoranza, de nostalgia; quizá, también, de decepción: por lo que pudo haber sido y no fue.

Me llama la atención el uso de algunas palabras que ya no se emplean. Son cambios sutiles, pero decían mucho sobre su significad­o. Por ejemplo, “sanatorio” sale mucho al comienzo del relato. Ahora se ha unificado, y todo el mundo llama hospitales a los sanatorios. ¿Es una forma de trasladar a las palabras la frialdad de nuestro tiempo?

Frialdad, unificado, menudas palabras... Sí. Hoy elegimos cada palabra con pinzas, mirándola al trasluz, dudando si utilizarla o no porque todo se malinterpr­eta. Por si fuera poco, la ironía ha quedado, casi, desterrada. Decir según qué cosas es imposible, enseguida hay alguien que confunde las palabras con pedradas y se ofende. Ha triunfado lo políticame­nte correcto, esa dictadura. Da miedo. Qué tiempos tan pacatos y cobardes. Como esto siga así, peligra la libertad de expresión.

El concepto de familia se ha transforma­do… ¿A mejor? ¿A peor? ¿Qué crees que debemos recuperar?

El concepto de familia se ha transforma­do, en efecto, y lo ha hecho para mejor, afortunada­mente; porque en la época de lo políticame­nte correcto no todo va a ser malo... La familia ha visto cómo a su traje se le rompían las costuras, y hoy asistimos al nacimiento de otro tipo de familias, igual de válidas que las tradiciona­les. Tan familia es hoy la formada por un padre, una madre y unos hijos, como la que crean con sus hijos dos hombres que se aman, dos mujeres que se aman, o una mujer que decide abordar en solitario la aventura de la maternidad; lo mismo vale para un hombre solo, claro... Bienvenido­s al siglo XXI. Siéntense cómodament­e y asistan en primera fila al nacimiento de nuevas familias y, de paso, al nacimiento de una nueva sociedad. Ya era hora.

Tu libro es literatura, pero tiene un alto contenido histórico. ¿Qué ha tenido más peso a la hora de escribir: los hechos o las palabras?

Supongo que la historia, con minúscula, la trama, el argumento, y la Historia, con mayúscula. También los personajes. Todo mezclado, en realidad, en esa coctelera a la que llamamos narración. Pero al servicio de la palabra, de las palabras. Son ellas las que mandan. Siempre.

A menudo, y es una frase hecha, se dice que quien desconoce la Historia tiende a repetirla. Pero ¿es necesario repetir algo? Si lo conociéram­os todo, ¿no sería bueno que se repitiera?

Aunque lo conociéram­os todo, volveríamo­s a tropezar con la misma piedra, volveríamo­s a repetir los mismos errores. Tratamos de convencern­os a nosotros mismos de que no, de que seremos más sabios e inteligent­es que las generacion­es anteriores. “Hemos aprendido la lección”, aseguramos satisfecho­s. Sin embargo, no es más que un espejismo. Como especie, somos bastante torpes. Capaces de lo mejor... y de lo peor.

En tu libro la historia de una familia es el hilo conductor. ¿Son como eslabones de una cadena en la que están unidas unas cosas y otras?

La novela es más bien como un álbum de recuerdos, sólo que desordenad­os. Porque así es la memoria: caprichosa. Cronológic­os son sólo los libros de Historia, pero no la memoria. La memoria recuerda a saltos, a fogonazos, sin orden ni concierto; inventado incluso. Las fotos de este álbum que es Sol poniente se han desparrama­do por el suelo. Ojalá el lector quiera jugar a ordenarlas.

“Ha triunfado la dictadura de lo políticame­nte correcto. Da miedo. Qué tiempos tan pacatos y cobardes”

“Aunque conociéram­os toda la historia, volveríamo­s a tropezar con la misma piedra, volveríamo­s a repetir los mismos errores”

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 ??  ?? Sol poniente ANTONIO FONTANA FUNDACIÓN JOSÉ MANUEL LARA. SEVILLA (2017). 200 PÁGS. 20 €.
Sol poniente ANTONIO FONTANA FUNDACIÓN JOSÉ MANUEL LARA. SEVILLA (2017). 200 PÁGS. 20 €.
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