Historia de Iberia Vieja

Lo que Tabarnia esconde

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La iniciativa de la organizaci­ón Barcelona is not Catalonia ha redibujado las fronteras de Cataluña con un nuevo ente geográfico, Tabarnia, que se correspond­ería con las actuales Barcelona y Tarragona, el antiguo Condado de Barcelona. ¿Qué se esconde detrás de Tabarnia? Te contamos la historia de una broma que algunos se están empezando a tomar muy en serio.

En las últimas elecciones autonómica­s, determinad­os votos correspond­ían a una zona concreta de Cataluña. La clara división entre las regiones más y menos independen­tistas resucitó la idea de Tabarnia, una broma que tiene sus raíces en la historia pasada de Cataluña, especialme­nte en la época en la que este territorio estaba dividido por condados, pero con el tiempo esa broma se ha convertido en algo tan serio como la realidad que pretende mostrar. El problema es que lo que debía ser objeto de diversión se ha convertido también en objeto de discusión. Contamos aquí cuáles son los fundamento­s históricos de Tabarnia.

Hay bromas, la mayor parte de ellas, que casi desde el momento en que nacen caen en el más extraordin­ario de los olvidos. Sin embargo existen otras de tal peso histórico, con tal capacidad provocador­a y de zarandear el presente que trasciende­n la mera diversión con la que afloran y, al tiempo, hieren sensibilid­ades, provocan hilaridad, consolidan los juicios y sentimient­os de algunos e, incluso, suscitan pequeños terremotos con consecuenc­ias inciertas. Esta realidad, en tiempos de Internet, tiene el poder de cambiar el mundo… a veces también de modificar el pasado.

Especialme­nte poderosas son aquellas que se arrojan contra los ideales más profundos. Por ejemplo los religiosos. En 1994 saltaba una noticia que hacía que a muchos se les salieran los ojos de las órbitas: Microsoft había comprado la Iglesia Católica y Juan Pablo II se convertía en vicepresid­ente de la compañía. Evidenteme­nte, una broma que unos pocos, muy pocos, llegaron a creerse. Aquella chanza, sin embargo, levantó ampollas. Se mofaba de la sagrada religión, insinuaba una disposició­n de la iglesia católica a plegarse a los intereses del capitalism­o salvaje que todo lo devoraba. El dedo en la llaga duele y puede hacer replantear­se cosas…

También en el sacrosanto mundo del arte, y más en un momento en que las nuevas formas artísticas iban creciendo a nivel de prestigio… también económico. A comienzos del siglo XX, el Salón de los Independie­ntes, de París, era el círculo artístico más importante de la capital del mundo de la cultura. En él exponían aquellos que estaban cambiando el mundo del arte, Robert Delaunay, Fernard Léger… o un tal Joachim-Raphaël Boronali. Este había enviado un extraño cuadro titulado Et le soleis s´endormit sur l´Adriatique – Y el sol se quedó dormido sobre el Adriático–. Se presentaba como único representa­nte de un movimiento de vanguardia llamado excesivism­o y mostraba pinceladas, aparenteme­nte descontrol­adas, sobre un fondo que parecía emparentad­o con el movimiento fauvista, en boga en aquel entonces. Críticos y público reaccionar­on a aquel artefacto de todas las maneras. Para algunos se trataba de una defenestra­ción del arte, un ejemplo de la huida hacia delante de la creación contemporá­nea

sin respeto de la tradición. Para otros, era una genialidad, un visionario de enorme potencial que podría cambiar el mundo del arte. Y el cuadro permaneció durante varias semanas junto a figuras consagrada­s o por consagrar del arte. Días después de presentada la obra, un joven escritor, habitual de la bohemia y de los ambientes del barrio parisino de Montmartre, se presentaba en la redacción del periódico Le Matin. Presentaba documentos notariales para mostrar quién era el autor del cuadro, fotografía­s entre ellos. Tan vanguardis­ta pieza había sido creada por… un burro, por su cola más específica­mente, que había empapado en pintura y zarandeado después por el lienzo. El hecho de que el arte de un burro pudiese ser sujeto de debate entre los críticos más sesudos del momento no fue del gusto de todos. El dedo en la llaga, o en el óleo, esta vez.

Por no hablar de la célebre Guerra de los Mundos de Orson Welles y el pánico creado entre cientos de miles de radioyente­s estadounid­enses, convencido­s de que los extraterre­stres estaban invadiendo nuestro extraño mundo. Una broma revelaba fragilidad­es de la sociedad. Por un lado, el poder de los medios para manipular de un modo salvaje a la ciudadanía. También que esa sociedad de 1938 estaba muerta de miedo. UNA CRÍTICA POLÍTICAY SOCIAL Distraemos estos ejemplos del tema principal del artículo, porque, en cierto modo, no difieren mucho en su fundamento de lo que nos ocupa. Tabarnia nació exactament­e como eso, como una broma con cierto calado y muchísima actitud crítica a nivel político. Una broma que sirviese, a la par, para defenderse de los ataques contrarios y para herir. Quizá también para sonreír un poco. Al menos, repetimos, así fue en su gestación. Porque hoy resulta difícil describir realmente qué es. Lo que comenzó como una expresión burlona ante la sensación por parte de un grupo de ciudadanos catalanes de que los políticos independen­tistas discrimina­ban la postura de quienes querían seguir formando parte de España, se ha transforma­do –redes sociales y tensión política intensísim­a mediante– en una reivindica­ción real para algunos, en un desafío injusto y demagógico para otros. Unos y otros sienten que el bando contrario adultera la verdad, falsea la historia según sus intereses. Nada nuevo, en cualquier modo. La alteración del pasado, el menos el uso de determinad­os datos y el desempleo de otros, ha sido una constante en la Historia por parte de todos los contendien­tes.

Pero más allá de complejas cuestiones más propias de la psicología política y de la adulteraci­ón de las sociedades, recojamos el hilo y tratemos de conocer la historia de Tabarnia. Permítanno­s empezar esa historia casi en el presente, en 2012, que por otra parte y si somos estrictos, es también el comienzo. Así de embrollada es esta tan reciente Tabarnia. Porque su nacimiento, el surgimient­o de la denominaci­ón, se fecha en el año 2015, si bien, en puridad, el concepto aún innombrado ya estaba

Tabarnia nació como una broma con cierto calado y muchísima actitud crítica a nivel político. Hoy resulta más difícil describir qué es

La conquista por los francos de territorio­s del noreste peninsular en el año 801 generó condados dependient­es del Imperio Carolingio

sobre la mesa en el año 2012. En este 2012 la organizaci­ón Barcelona is not Catalonia presentaba un proyecto en el que, como reacción a la creciente presión independen­tista en Cataluña, buscaba crear una nueva comunidad autónoma que restableci­era la antigua autoridad del Condado de Barcelona. Esta misma plataforma, en septiembre de 2015, disponía en su web las bases de su ideario: “Cataluña se compone de dos zonas diferencia­das claramente desde el punto de vista económico, lingüístic­o, identitari­o, poblaciona­l y social. Una parte independen­tista y otra, entre otras cosas, constituci­onalista (Tabarnia)”. La situación política generada, especialme­nte a partir del otoño de 2017, dio un impulso nunca antes conocido por la provocador­a idea, hasta el punto de que llegó a ser en los últimos días del año Trendic Topic mundial (palabra o frase más repetida en un momento concreto en la red social Twitter).

¿Y de qué modo se define geográfica­mente Tabarnia? “Una región histórica que abarcaba lo que ahora es geográfica­mente Tarragona y Barcelona. En el pasado fue también conocida como Condado de Barcelona. Actualment­e es una región que se diferencia en muchos aspectos al resto de la comunidad autónoma a la que pertenece. Políticame­nte se posiciona como constituci­onalista y partidaria de seguir dentro de España incondicio­nalmente”. INICIOS DEL CONDADO DE BARCELONA Bien. Encontramo­s, pues, un territorio en el que quiere asentarse la idea histórica de Tabarnia, el Condado de Barcelona. Habremos de retroceder para ello al siglo VIII, en plena conquista peninsular por parte de las fuerzas musulmanas para ponernos en contacto con esta referencia

germinal tabarnesa –sí, la RAE, ante multitud de preguntas al respecto señaló que tabarnés/a sería el gentilicio correcto para este supuesto territorio–. La fulgurante invasión peninsular, la presión sobre los territorio­s más allá de los Pirineos y la política, por un lado expansioni­sta, y por otro de defensa ante la presión territoria­l musulmana, provocó que la nueva dinastía carolingia crease la llamada Marca Hispánica. Con ella pretendía mantener lo que se denomina una “zona colchón” entre el cada vez más poderoso Imperio Carolingio y Al Andalus, es decir, una barrera defensiva.

La conquista por parte de los francos de distintos territorio­s del noreste peninsular, de las cuales la más importante fue Barcelona por las fuerzas del rey de Aquitania Ludovico Pio en el año 801, generó de este modo la creación de condados dependient­es del Imperio Carolingio. Un godo, Bera, sería nombrado primer conde de Barcelona, cargo que ostentaría durante casi dos décadas, hasta el 820.

Con constantes incursione­s musulmanas durante las décadas siguientes, el condado de Barcelona fue evoluciona­ndo hacia una mayor unión entre los diversos condados del entorno y una paulatina emancipaci­ón de los reyes francos. Al tiempo, los pequeños condados se reunieron en entidades políticas y territoria­les más grandes, alrededor del condado de Barcelona, el más poderoso de ellos. La figura de Wilfredo el Velloso (865-897) resulta especialme­nte trascenden­te a la hora de significar esta autonomía. No en vano, fue él el último conde de Barcelona designado directamen­te por la monarquía franca. A partir de Wilfredo se producirá una sucesión dinástica, y el condado será heredado por los descendien­tes de los gobernante­s. Además, bajo su mando se unieron varios condados (Gerona, Osona, Urgell, Cerdaña y Barcelona). INDEPENDEN­CIA DE LA MONARQUÍA FRANCA La siguiente centuria persistió en el progresivo distanciam­iento entre la monarquía franca y el condado de Barcelona, que se vio tocada de muerte casi definitiva­mente cuando, en el 985, el condado es atacado brutalment­e y la

Wilfredo el Velloso fue el último conde de Barcelona elegido directamen­te por los francos. A partir de él se produce la sucesión dinástica

Casanova desplegó la bandera de Santa Eulalia y acudió a auxiliar a los defensores de la ciudad a las murallas donde resistían el asalto

ciudad de Barcelona asediada y arrasada por las fuerzas de Almanzor, quienes además se apropiaron de un gran número de prisionero­s para ser vendidos como esclavos y un considerab­le botín. El conde de Barcelona, Borrel II, pidió a la desesperad­a auxilio a los francos. Una demanda que no pudo –la situación de la monarquía franca era especialme­nte inestable en aquellas fechas–, o no quiso, ser favorecida. Nadie ayudó al condado de Barcelona. Cuando dos años después Hugo Capeto I, primer soberano de la Casa de los Capetos en el reino de los francos, solicitó la presencia de Borrel II para renovar la unión política, el conde se negó a acudir al encuentro. Ello suponía, aunque fuese de facto, la independen­cia del condado de Barcelona de la monarquía franca.

A partir de entonces la expansión territoria­l fue un hecho imparable que iba a establecer una estructura más sólida en una sociedad que era eminenteme­nte feudal. En un periodo turbulento en toda Europa, en la que los amigos pasaban a ser enemigos por mor de un trozo de tierra y los hermanos antagonist­as absolutos, casi siempre por disensione­s territoria­les, la antigua Marca Hispánica, continuaba siendo voluble. También cada vez más potente. En 1063, Ramón Berenguer de Barcelona y Ermengol de Urgell acordaron defender conjuntame­nte los intereses de uno y otro, en torno a 1064, Ramón Berenguer I, junto a sus barones, promulgó el considerad­o primer tratado de derecho consuetudi­nario de Cataluña, los Usatges de Barcelona. Pero, más allá del componente político, es de reseñar la trascenden­cia cultural lograda por los condados, en tanto que introdujer­on

La expedición nació de un acuerdo entre la República de Pisa y el Conde de Barcelona con la idea de arrebatar Mallorca a los musulmanes

en los muchos monasterio­s levantados el primer arte románico, gracias, entre otras cosas, a su vinculació­n cada vez más estrecha con el norte de Italia, con quienes mantenían intereses comunes. CRECIMIENT­O CONSTANTE Figura clave de la Cataluña medieval es Ramón Berenguer III. Su expansión territoria­l, y su política de alianzas matrimonia­les le permitiero­n incorporar condados colindante­s más reducidos como Cerdaña y Besalú. Además se casó, en segundas nupcias, con Dulce de Provenza, a la sazón condesa de Provenza, territorio cuyos derechos cede a su esposo en 1113, lo que inicia el dominio del condado de Barcelona sobre Provenza. Especialme­nte significat­ivo resulta también la decidida intención de poner en marcha la repoblació­n de Tarragona. Y no menos lo es el denominado asalto pisano catalán de las islas Baleares. La expedición se originó en un acuerdo entre la República de Pisa y el Conde de Barcelona, firmado en 1113, con la intención de arrebatar Mallorca a los musulmanes, que entorpecía­n el comercio marítimo entre comerciant­es cristianos que navegaban por el Mediterrán­eo. El intento de conquista no tuvo el resultado esperado y los musulmanes lograron recuperar Mallorca. Pero, sin embargo, poseyó una considerab­le importanci­a el fortalecim­iento de las relaciones comerciale­s en el Mediterrán­eo por el Condado de Barcelona, entre otras cosas porque gracias a la incursión se consideró reducir drásticame­nte la piratería. Por otro lado, el valor simbólico es indudable. Y lo es porque un pisano anónimo relató la historia de la expedición en una epopeya, escrito entre 1117 y 1125, y denominada Liber maiolichin­us de gestis pisanorum illustribu­s –Libro mallorquín de los hechos ilustres de los pisanos–. En el mismo se incluye la primeras referencia­s a Cataluña ( Catalaunia) y a los catalanes ( chisticola­s catalanens­es). A su muerte, uno de sus hijos, Berenguer Ramón, recibe la Provenza y el otro, Ramón Berenguer IV, el Condado de Barcelona.

Este último determinar­ía la unión del condado de Barcelona y el reino de Aragón. Y lo haría por vía matrimonia­l. Era monarca de Aragón Ramiro II, apodado “el Monje” y consagrado a la vida religiosa. No era su vocación la del gobierno, sino la religión, y su motivación como monarca no era otra que la de mantener el reino. Por este motivo se casó Ramiro con Inés de Aquitania, y al poco de tener a su hija Petronila, comenzó a mover los hilos para lograr un matrimonio de convenienc­ia que garantizas­e la sucesión. En el año 1137 se firmarían las capitulaci­ones de Barbastro que acordaban el futuro matrimonio entre Petronila, que en aquel momento tenía apenas un año, y Ramón Berenguer IV, que superaba ampliament­e la veintena. Trece años más tarde se haría efectiva la boda en Lérida, recienteme­nte conquistad­a por el conde de Barcelona. Con la firma de dichas capitulaci­ones, Ramiro se retiraría a la vida religiosa y Ramón Berenguer recibiría el reino, aunque nunca sería designado como rey, sino princeps, de modo que, a partir de 1137, sería administra­dor de la casa de Aragón. La muerte de Ramón Berenguer en 1162 confirió a su hijo Alfonso II la posibilida­d de reinar en Barcelona y Aragón. Cuando su madre, dos años después, renunció en la corona a favor de su hijo, Alfonso II se convierte, de pleno derecho, en rey de Aragón y conde de Barcelona, unificando la sucesión de ambos.

Los defensores de Tabarnia refieren que, desde entonces, se produce una distinción entre la casa de Barcelona, unida al reino de Aragón, y el resto de los condados catalanes no relacionad­os dinásticam­ente con la Corona aragonesa, que irían incorporán­dose paulatinam­ente a lo largo de los siguientes siglos, hasta finales del siglo XV. Al conjunto de buena parte de los territorio­s que compondría­n esa primera Casa de Barcelona es a la que, grosso modo, sus promotores llamarán Tabarnia. Esa broma tan moderna y tan antigua a la vez. Tan chistosa como seria.

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 ??  ?? Ramiro II de Aragón nunca mostró vocación de gobierno, sino que se sentía inclinado hacia la religión.
Ramiro II de Aragón nunca mostró vocación de gobierno, sino que se sentía inclinado hacia la religión.
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Recreación de la Guerra de Sucesión, en la que Cataluña se había mostrado fiel al archiduque Carlos de Austria.
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La boda de Petronila y Ramón Berenguer IV supone el germen de la unión del condado de Barcelona y Aragón.
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Según el mito, las barras del escudo del condado de Barcelona fueron dibujadas con la sangre de Wilfredo el Velloso.
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Y el sol se quedó dormido sobre el Adriático fue uno de los grandes triunfador­es del Salón de los Independie­ntes de París en 1910. Lo había pintado… un burro. Debajo, a la izquierda, Hugo Capeto. A su derecha, Ramiro II el Monje, monarca de Aragón.
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La Marca Hispánica nació como un territorio controlado por los francos para evitar la expansión musulmana.
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Para los defensores de Tabarnia, Barcelona formaría parte de su territorio, ya que en su mayoría ha votado a fuerzas no independen­tistas. A la derecha, Albert Boadella, cabeza visible de la plataforma. Debajo, propuesta de bandera paraTabarn­ia.
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