Lo que no logramos comprender es qué motivó a Garcilaso, una vez fallecido Silvestre, a mantenerlo en el olvido, anónimo e indiferente
Y finalmente, como aporte revelador, una Nota sobre Garcilaso fechada en 1653, hallada por el jesuita Rubén Vargas Ugarte en la primera hoja que sirve de guarda de un ejemplar de los Tratados de Fray Bartolomé de las Casas, y que reza: Este libro lo estimo mucho porque fue de Garcilaso Inca de la Bega nieto de Ynca, emperador del Piru, falleció en Córdova y está enterrado en su yglesia mayor, escribió con mucha elegancia el libro de la Florida y los Comentarios Rs. del Piru y traduxo en ntra. lengua los discursos de León Hebreo.
Esta letra de arriba es de la mano de D. Diego mi señor y padre que esté en el cielo. Fue intimo amigo del dho. Inca Garcilaso de la Bega él fue verdaderamente hombre de muy buenas partes y santa vida, era sabio y prudente, murió en un hospital por su voluntad cuidando a los pobres que asistió muchos días. Yo le conocí y tengo del mucha memoria; era entre mediano de cuerpo, moreno y muy sosegado en razones. (…)
El dho. Garcilaso de la Bega quizá se fue a las Possadas y en compañía del dho. Gonzalo Silvestre escribieron los Comentarios Rs. y el libro de la Florida y los demás libros. Yo me acuerdo cuando Garcilaso escribía estos libros. Dn. Iñigo de Córdova y Ponce de León.
Con lo que se delata la mutua complicidad de ambos en su afán por aportar luz y veracidad a las crónicas sobre las guerras y conquistas del Perú y la Florida. Sin embargo, y tras la clarividencia de las probaturas documentales, lo que
no logramos comprender es qué motivó a Garcilaso, una vez fallecido su amigo y confidente Gonzalo Silvestre, a mantenerlo en el olvido, anónimo e indiferente. UNA RELACIÓN DEBILITADA Basándonos en conjeturas propias, tras el análisis sistemático de cuanta información relacionada hemos cotejado y recopilado, llegamos a la conclusión de que muy probablemente la relación de afinidad y amistad, que establecieron ya en el Cuzco ambos caballeros, se debilitó con el paso de los años. Un distanciamiento afectivo quizás propiciado de manera irreflexiva por el sobrino y albacea de Silvestre, Alonso Díaz de Belcázar. Garcilaso, intachable de rectitud, habitualmente se veía alterado por la farsa burlona del español medio que sin tapujos a su cobijo acudía. Véase el porqué de nuestras conclusiones: