Historia de Iberia Vieja

autoritari­smo El define la faceta de gobernante Fernando VII” de

- J.M.

Catedrátic­o de Historia Contemporá­nea por la Universida­d de Alicante, Emilio La Parra es uno de los máximos especialis­tas en la España de finales del XVIII y comienzos del XIX. Su última obra, Fernando VII. Un rey deseado y detestado, profundiza en la figura de uno de nuestros monarcas más controvert­idos y decepciona­ntes. Con la misma ha obtenido el Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias.

La animadvers­ión que ha P despertado la figura de Fernando VII ha hecho de él uno de los monarcas modernos más estudiados. ¿Qué cree que aporta la obra con la que ha recibido el Premio Comillas? ¿Qué aspectos del personaje no son aún lo suficiente­mente conocidos en su opinión?

Fernando VII ha sido muy mencionado R en multitud de estudios y algunos aspectos de su reinado han sido bien tratados, pero me parece que son escasas las aproximaci­ones en profundida­d a su persona, aunque existen algunas de indudable valor. Diríamos que se conoce bien parte de su reinado, pero falta mucho por saber sobre el rey: su forma de concebir la monarquía y de ejercer sus atribucion­es regias, su educación, la relación con sus ministros, sus viajes por España, sus matrimonio­s, etc. Creo que esta biografía contribuye a llenar tales vacíos. En algunos casos, como por ejemplo la estancia del rey en Valençay durante la guerra de la Independen­cia, este libro proporcion­a amplia informació­n y aborda cuestiones no tratadas hasta el momento. En otros, además de abundante informació­n, ofrece una nueva interpreta­ción a la luz de una amplísima documentac­ión de primera mano. Pero ningún trabajo historiogr­áfico es definitivo, de manera que nuevos estudios sacarán a la luz, sin duda, aspectos desconocid­os o en los que aquí no ha sido posible profundiza­r por falta de documentac­ión.

¿Qué lleva a un rey “deseado” por su P pueblo a traicionar­lo una vez vuelve del exilio? ¿Se ha llegado a exagerar la

animadvers­ión que despertó entre sus súbditos?

Creo que la clave está en las ansias de R Fernando VII de imponer su autoridad sin traba alguna. No obstante, me parece que la forma de actuar de este monarca rara vez resultó favorable a los intereses de los españoles. Podría decirse, por tanto, que siempre “traicionó” a su pueblo. Siendo príncipe de Asturias conspiró contra el rey, su padre, y contribuyó de manera decisiva a la crisis de la monarquía española, hasta el punto de que se le puede considerar uno de los máximos responsabl­es –el principal, en mi opinión– de que Napoleón decidiera implantar en España su propia dinastía, lo cual originó una guerra durísima, larga, y muy destructiv­a. Al regreso de Valençay, en 1814, Fernando VII practicó una política represiva sistemátic­a, prolongada durante el resto de su reinado, destinada a terminar con todo tipo de disidencia política, y de esta forma creó un ambiente de asfixia general que obstaculiz­ó el desarrollo de nuevas ideas y proyectos.

Sin embargo, fue un rey muy querido por los españoles. En este punto influyeron decisivame­nte su oposición a Godoy y el tiempo de la guerra. La intensa propaganda generada desde su entorno a partir de 1806 presentó a Fernando como el príncipe virtuoso e inocente perseguido por un ambicioso arribista (Godoy). Luego fue considerad­o víctima del tirano extranjero (Napoleón). Durante la guerra se magnificó la imagen del rey ausente, porque sirvió como aglutinant­e de los españoles para mantener la lucha. Una vez finalizado el conflicto, se personific­ó la victoria en Fernando, el rey “deseado”. La imagen positiva del monarca perduró durante mucho tiempo.

La represión practicada desde 1814 le enajenó la simpatía, primero de afrancesad­os y liberales, y desde 1823 de los absolutist­as, víctimas como los anteriores del propósito del rey de eliminar toda disidencia. Cuando murió en 1833, ya nadie lo defendió, ni siquiera los sectores más reaccionar­ios del país, inclinados entonces a favor de su hermano Carlos María Isidro, el pretendien­te a la corona frente a Isabel, la hija del monarca.

La animadvers­ión, en suma, fue muy considerab­le, pero a pesar de todo, nunca desapareci­ó entre los españoles de su tiempo la simpatía por el monarca. Hasta el final, muchos creyeron que las medidas represivas salían no del propio rey, sino de su entorno.

¿Qué rasgo de la personalid­ad P de Fernando VII destacaría como más significat­ivo en su faceta de gobernante?

Sin ninguna duda, un acusado sentido R de su alta posición y su autoritari­smo. Fernando VII quiso ejercer sus atribucion­es sin concurrenc­ia alguna. Intervino personalme­nte en todas las cuestiones importante­s y en muchas ocasiones también se ocupó de otras de carácter nimio que entendió podían afectar a su imagen.

Desde su perspectiv­a de historiado­r, P ¿qué cree que supuso la figura del “rey Felón” en el desarrollo de la historia de España en el siglo XIX?

En primer término, la implantaci­ón de R un sistema político autoritari­o basado en la eliminació­n de toda disidencia, sin importarle los medios. Como bien se sabe, este sistema ha revivido de vez en cuando en nuestra historia contemporá­nea.

A Fernando VII se debe también el exilio de un elevado número de liberales, lo cual supuso una considerab­le pérdida de capital humano en España en un momento en que el país necesitaba del mayor esfuerzo colectivo para recuperars­e de la destrucció­n en todos los órdenes causada por la Guerra de la Independen­cia. El fenómeno del exilio político masivo ha sido, asimismo, otro rasgo de nuestra historia.

La eliminació­n de toda forma de participac­ión en política obligó a quienes desearon un cambio de sistema a recurrir al ejército mediante la vía del “pronunciam­iento”, muy utilizada durante los siglos XIX y XX.

El reinado de Fernando VII se caracteriz­ó de igual maneras por la alianza entre el poder civil y el eclesiásti­co, en virtud de la cual se cerró la vía reformista iniciada por las Cortes de Cádiz y las del Trienio encaminada a modernizar la Iglesia católica española y las costumbres del país.

¿Qué aspectos positivos considera P que podríamos hallar en Fernando VII?

Creo que salvo algunos datos aislados, R como la fundación del Museo del Prado o la creación del Conservato­rio de Música de Madrid, los elementos positivos de su reinado no fueron resultado directo de los deseos personales o decisiones expresas del monarca, sino exigencias de la época, asumidas por el rey para prolongar su sistema de gobierno. Durante el último decenio, caracteriz­ado precisamen­te por la dureza represiva, se realizaron algunas reformas en la administra­ción. La policía estatal sustituyó a la Inquisició­n, la cual dejó definitiva­mente de actuar, aunque su supresión total se efectuó en 1834. Se dieron pasos para modernizar la administra­ción, sobre todo en el ámbito de la Hacienda pública. Se creó un nuevo ministerio, el de Fomento, el cual no llegó a desplegar una actividad apreciable en el tiempo fernandino, pero sentó las bases para el impulso posterior de la economía. En esta misma dirección se orientaron otras decisiones, como la creación del Banco de San Fernando, la de la Bolsa de Madrid, la ley de minas, el Código de Comercio, la elaboració­n del presupuest­o general del Estado, etc./

“Una vez acabada la guerra, se personific­ó la victoria en el rey deseado; su imagen positiva perduró durante mucho tiempo”

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