Las Casamatas del Bock
LOS INTRINCADOS y largos pasadizos creados por los españoles en la Pétrusse no son los únicos que horadan la mole pétrea sobre la que se asienta la ciudad antigua de Luxemburgo. También los austríacos, un siglo más tarde –en el XVIII– levantaron las suyas, hoy conocidas como Casamatas del Bock. Al igual que las hispanas, la función de estas construcciones fue defensiva, y también pueden visitarse hoy en día (gozan igualmente de la calificación de Patrimonio de la Humanidad), aunque su longitud es mucho menor. Como detalle de interés, en su interior se conserva una cripta arqueológica con vestigios de la época de su realización y desde sus troneras puede disfrutarse de hermosas vistas del barrio del Grund.