La depuración
DURANTE LA GUERRA CIVIL,
el franquismo puso las bases políticas y jurídicas para lo que iba a ser su “Nuevo Estado”.Uno de sus pilares era la educación y el primer paso que se dio fue la depuración de los maestros de la República. En total se ejecutaron 61.000 expedientes: uno de cada diez maestros fue separado definitivamente del servicio. En la Universidad, fueron depurados 194 catedráticos, de los que 139 fueron separados del servicio, un 32 % del escalafón, y, en cuanto al profesorado universitario, fueron separados del servicio el 40 %.
Tras la correspondiente supresión del legado educativo republicano, se reconstruyó la educación según el modelo nacional-católico que propugnaba la dictadura. La educación católica fue obligatoria a todos los niveles educativos, incluido el universitario. Se volvió a la separación por sexos en las aulas, el castellano se convirtió en la lengua escolar, y el ideario de Falange, sobre todo en la posguerra, se convirtió en el referente ideológico de la formación de los estudiantes.
La principal normativa respecto a la Universidad en aquellos años fue la Ley de Ordenación Universitaria, promulgada el 29 de julio de 1943. En dicha normativa se organizaban las facultades, el número de universidades y también las categorías del profesorado. El rector, elegido por el Ministerio de Educación, sería el máximo responsable de la Universidad. En cuanto a los estudiantes, estos deberían obligatoriamente afiliarse al Sindicato Español Universitario (SEU), que había sido creado por Falange en 1933 y que pasó de ser un atizador de las movilizaciones fascistas contra la República a ser una maquinaria burocrática utilizada por el régimen franquista para controlar a los estudiantes.