Amistad por encima de todo
Sergio y Serguéi
ESTA ES LA HISTORIA de un mundo en descomposición y de cómo dos seres humanos sobreviven afectados por una crisis política y global que atañe a su vida en gran medida, una crisis de tan excepcionales dimensiones ante la que no tienen capacidad de reacción. Pero también es la historia de cómo los seres humanos se adaptan a los cambios más formidables y convierten una coyuntura límite en una floreciente amistad.
Nos situamos en un año clave en la historia del siglo XX, 1991. El gran sueño comunista de la URSS llega a su fin. Por su parte, en Cuba, una crisis económica descomunal amenaza el sueño del castrismo. En esa tesitura, la estación espacial Mir, poco tiempo atrás orgullo del avance científico soviético, se encuentra averiada, casi abandonada a su suerte. En ella, el último cosmonauta de la Unión Soviética, Serguéi, vive en la soledad y el olvido la llegada de un mundo nuevo.
Por su parte, Sergio vive en Cuba una crisis vital, la necesidad de dar una vuelta a su vida en medio del pavor a la ruina económica en su país. Es profesor de marxismo en la Universidad de La Habana y un entusiasta radioaficionado. Un día, por casualidad, esta misma afición le llevará a contactar con
Una alabanza de la amistad por encima de cualquier obstáculo, de la distancia, de la ideolología y hasta de la historia
el cosmonauta de la Mir. Lo que comienza siendo un contacto esporádico acaba generando una extraña, pero cada vez más asentada amistad a distancia, una amistad a la que se une, también vía radio, Peter, un periodista estadounidense.
HISTORIAS QUE CAMBIAN VIDAS
Dirigida por el cubano Enrique Daranas, esta producción cubano-estadounidense supone una meditación, repleta de sensibilidad, sobre cómo los grandes acontecimientos históricos afectan la vida diaria de quienes los sufren, pese a no haber tenido decisión alguna sobre ellos. Pero sobre todo es una alabanza de la amistad, por encima de cualquier obstáculo, por encima de la distancia, de las diferencias ideológicas, por encima incluso de la historia, un elogio de los buenos sentimientos, en definitiva.
Mención aparte merecen las interpretaciones de los tres protagonistas, el cubano Héctor Noas, quien da vida al cosmonauta ruso; Tomás Cao, que borda al profesor cubano; y el celebérrimo Ron Perlman como Peter. Todos dan una clase magistral de actuación, dotando de credibilidad a una historia que, por extraordinaria y bien contada, provoca unas emociones muy reales./