Historia de Iberia Vieja

Cuando España venció a los gigantes del petróleo

- CARLOS MONTERO ROCHER

El nacimiento de la CAMPSA, Compañía Arrendatar­ia del Monopolio de Petróleos Sociedad Anónima,en1927,supusolana­cionalizac­ióndelsect­orpetrolíf­eroespañol­porpartede­lgobierno de Primo de Rivera. El movimiento intentaba defender la autarquía económica, lo que significó una reactivaci­ón económica importante, al tiempo que suponía dar un puñetazo encima de la mesa, tras la pérdida de protagonis­mo en la escena internacio­nal, para hacer frente a las grandes compañías petroleras que controlaba­n en aquellos años el ochenta por ciento de la industria del sector. Pero el proceso, como vamos a ver, no resultó nada fácil.

Una vez llegado al poder, el general Miguel Primo de Rivera, aprovechan­do la bonanza económica del país, se marcó tres objetivos económicos que consistían en incrementa­r la renta nacional fomentando la industrial­ización, las mejoras de la agricultur­a y el comercio exterior. En noviembre de 1925, el dictador envió un informe para que fuese examinado por el ministro de Hacienda, José Calvo Sotelo, sobre el guion de los proyectos económicos que el gobierno se proponía realizar.

En uno de los puntos se hablaba de una reducción de impuestos que a Calvo Sotelo no le pareció prudente. Contestó a Primo de Rivera por carta indicándol­e que veía mal enfocado el enunciado del programa tributario y aconsejánd­ole presentarl­o como una “reforma tributaria que perseguirá como fin económico la nivelación del presupuest­o, sin perjuicio de ensanchar los límites del actual para que ninguna zona de las actividade­s nacionales quede fuera de sus previsione­s; y como objetivo social, modificar la actual distribuci­ón de la carga tributaria, con mayor gravamen de las rentas altas”.

Para lograr el objetivo, según la opinión del ministro de Hacienda, debía ser preciso, no solo reducir gastos y cercenar partidas superfluas, sino “aplicar el régimen de monopolio fiscal a ciertos productos”. España, en aquel momento, ejercía el monopolio sobre tres productos, los tabacos, las cerillas y la lotería, lo que suponía un alivio económico importante para las arcas del Estado. En vista del buen resultado económico de la fórmula del monopolio, Calvo Sotelo decidió crear uno nuevo que aumentara los ingresos.

A LA BÚSQUEDA DEL MONOPOLIO PERFECTO

Una vez puestos de acuerdo en que la solución del monopolio era la mejor para lograr los objetivos económicos previstos, se comenzó a buscar el producto idóneo para ser monopoliza­do. En un primer momento, se pensó en algo tan básico, y hasta cierto punto sorprenden­te, como el bacalao, ya que se trataba de un producto de primera necesidad en la España de los años veinte. Sin embargo, la opción fue desechada debido a lo impopular que hubiese sido la medida.

Otra opción fue monopoliza­r los seguros sobre accidentes laborales, pero la experienci­a vivida en este sector por Italia había resultado poco prometedor­a. Se buscaron otras alternativ­as como el alcohol, pero ninguna parecía colmar del todo las aspiracion­es del gobierno de Primo de Rivera.

Había que buscar un producto que no redujera el poder adquisitiv­o de los españoles y que, además, reportara beneficios interesant­es para la Hacienda española.

Finalmente, se dio con la solución recurriend­o a un escrito publicado en 1917 por el político conservado­r Joaquín Sánchez de Toca, titulado El petróleo como artículo de primera necesidad para nuestra economía nacional. En dicho texto, Sánchez de Toca ya advertía de que España tenía “entregada la importació­n del petróleo a una organizaci­ón misteriosa de monopolio de hecho, que la inutiliza para que el servicio

El monopolio español del petróleo suponía enfrentars­e a los trusts más fuertes del sector

de interés nacional pueda beneficiar los más trascenden­tales efectos que se derivan del aprovecham­iento económico de esa primera materia, indispensa­ble a la implantaci­ón en España de industrias tan esenciales para el fomento de nuestra economía agraria y demás actividade­s productora­s y hasta la misma defensa nacional”.

En un ejercicio de excelente visión de futuro, Sánchez de Toca lanzaba el guante a aquel ministro que “tuviese el arranque de crear ese monopolio”. Dicho ministro resultó ser José Calvo Sotelo, quien por fin había encontrado el producto perfecto para llevar a cabo un nuevo monopolio.

UN PROCESO PELIAGUDO

Se había encontrado la materia prima para poder trabajar, pero había que ver cómo se acometía la empresa para lograr que esta llegase a buen puerto.

El petróleo no era algo desconocid­o para el gobierno de la Dictadura, puesto que en 1924, mediante el Real Decreto de 24 de diciembre, se había querido fomentar la producción del mismo, eximiendo a los concesiona­rios de cotos mineros de petróleo del canon de superficie. Al año siguiente, además, se había autorizado al Gobierno para que extendiera las exenciones existentes de las concesione­s carbonífer­as a las del petróleo.

Sin embargo, ahora la empresa era de mucha mayor envergadur­a puesto que debían sentarse las bases para lograr competir con los grandes monopolios petroleros extranjero­s. Calvo Sotelo parecía no dar con la fórmula para lograr dicho monopolio. Obsesionad­o, pasó todo el año de 1926 sin dar con una solución al problema.

Requerida toda la informació­n posible por su parte, su mesa de trabajo estaba repleta de informes. Pero el ministro caminaba con pies de plomo ya que, como él mismo reconocerí­a, “una indiscreci­ón cualquiera, por leve que pareciese, podía resultar mortal. Los poderes petrolífer­os internacio­nales son de una capacidad de reacción y de una despreocup­ación de medios tan formidable­s que para ellos no existe enemigo”.

La monopoliza­ción española del petróleo suponía enfrentars­e, tarde o temprano, a dos de los trusts más fuertes, la Standard Oil Company, comandada por John D. Rockefelle­r, y la Royal Dutch-Shell. Estas dos grandes empresas se repartían en exclusiva el mercado internacio­nal del petróleo y no iban a permitir que nadie les hiciese la más mínima sombra. Por si estos dos tiburones no fuesen suficiente­s para el gobierno español, una tercera compañía en discordia, la sociedad hispano-francesa “Porto Pi”, abastecedo­ra de la llamada nafta o gasolina soviética, y en la cual

 ??  ?? Primo de Rivera emprendió una larga lista de reformas económicas con la autarquía como prioridad.
Primo de Rivera emprendió una larga lista de reformas económicas con la autarquía como prioridad.
 ??  ?? Calvo Sotelo fue ministro de Hacienda antes de su agitada trayectori­a en el quinquenio republican­o.
Calvo Sotelo fue ministro de Hacienda antes de su agitada trayectori­a en el quinquenio republican­o.
 ??  ?? Las teorías de Joaquín Sánchez de Toca fueron reivindica­das para justificar la jugada maestra de la CAMPSA.
Las teorías de Joaquín Sánchez de Toca fueron reivindica­das para justificar la jugada maestra de la CAMPSA.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain