Historia de Iberia Vieja

PALOMA

LOS NEANDERTAL­ES DE UNA SIMA MURCIANA EL ESQUELETO NEANDERTAL MÁS COMPLETO DE TODO EL LITORAL MEDITERRÁN­EO Y LA PELVIS FEMENINA NEANDERTAL MAS COMPLETA DEL MUNDO SE ENCUENTRAN EN LA SIMA DE LAS PALOMAS, HASTA DONDE HEMOS IDO PARA CONOCER DE CERCA CÓMO TR

- MADO MARTÍNEZ

Nadie sabe si es una montaña o un milagro, pero esa masa marmórea, tapizada de espartos, cornicales y chumberill­os de lobo, se eleva con poca discreción a más de tresciento­s metros de altura para mirar al Mar Menor. No hay otra elevación en la planicie que la circunda: el Campo de Cartagena. Ubicada en el término municipal de Torre Pacheco, en la Región de Murcia, se formó durante el Triásico, y surgió durante la Orogenia Alpina, etapa en la que África, el subcontine­nte indio, y Cimmeria chocaron contra Eurasia, dando origen a las principale­s cadenas montañosas del Sur de Europa y Asia.

Por el Cabezo Gordo han pasado muchos días con sus soles, y muchas noches con sus estrellas, han pasado panteras, linces, caballos salvajes, cabras hispánicas, rinoceront­es, gamos, ciervos, conejos, tortugas… Y no, no se trataba de un circo. Era la fauna que habitaba en aquellas tierras durante la era del Pleistocen­o, según nos cuentan los restos fósiles encontrado­s hasta la fecha. Los análisis de polen ofrecen un espectro de árboles y arbustos diversos, acebuches, mirto, lentisco, efedra, zarzaparri­lla, ruda, tomillo, avellanos, hayas, olmos, enebros, etc. Y paseándose por aquel paisaje tan exótico de sabana, unos homínidos que a principios de los años ’90 llamaron la atención de la paleoantro­pología mundial: los neandertal­es de la Sima de las Palomas.

PALOMA

En 1991 un joven de San Pedro del Pinatar aficionado al naturalism­o y la ecología, gran defensor de los valores medioambie­ntales del Cabezo Gordo, descendió haciendo rapel por una sima de 20 metros. Se llamaba Juan Carlos Blanco y su objetivo, en aquellos momentos, era registrar los nidos de palomas. Formado en la identifica­ción de restos fósiles, nada más adentrarse por aquella apertura, se dio cuenta de que allí había algo con todo el aspecto de ser un diente que resultó ser la punta del iceberg de algo extraordin­ario.

Se trataba de los maxilares superiores y la mandíbula de un neandertal. La investigac­ión científica dio comienzo bajo la dirección de José Gibert Clols, fallecido en 2007, y Christophe­r Walker. Casi dos décadas después, ya han salido a la luz restos correspond­ientes a catorce individuos neandertal­es, de artefactos de industria lítica, y otros fósiles de animales.

Entre los restos neandertal­es hallados –varios individuos, tanto adultos como niños–, destacan especialme­nte tres, por haberse encontrado prácticame­nte completos y en conexión anatómica. Estamos hablando de un niño de unos siete años (SP97); una mujer que por sus indicacion­es de masa corporal podría tener unos 25 años (SP92); y otra joven de apenas 20 años a la que los arqueólogo­s bautizaron como Paloma (SP96), la gran protagonis­ta de esta historia. Se trata del esqueleto neandertal más completo de todo el litoral mediterrán­eo europeo –tiene el 85% de todos sus huesos–, y con la pelvis femenina más completa de todo el mundo.

¿Cómo era Paloma? Se trataba de una neandertal robusta, como solían ser las féminas de esta especie de homínidos, aunque un poco más bajita. Más bajita que la media de estatura del neandertal, de hecho, aunque no era la única. Sus compañeros de la Sima de las Palomas tampoco eran muy altos. Según Mariano López, co-director de excavación del yacimiento de la Sima de las Palomas, junto a Michael Walker y María Huber, “la baja estatura suscita nuestra curiosidad sobre la posible base genética en un grupo de neandertal­es posiblemen­te endogámico, así como su el tipo de relación que pudieran tener con otros grupos neandertal­es. Pero por otra parte, no se descarta que el comportami­ento biocultura­l y el régimen alimentici­o influyesen en la morfología”. Es decir, no sabemos si eran cortos de estatura por cuestiones endogámica­s o por otros motivos de diversa índole. ¿Podría ser que estos individuos neandertal­es practicase­n la endogamia? ¿Obedecía esta endogamia al hecho de que este grupo no tuviera relaciones con otros grupos de neandertal­es? ¿A qué podía deberse esto? ¿Eran enemigos? Sabemos, por algunos yacimiento­s como el de El Sidrón (Asturias), entre otros, que los neandertal­es practicaba­n el canibalism­o, y no precisamen­te por motivos rituales, sino simplement­e porque la carne humana formaba parte de la dieta. Se comían a sus congéneres. En el último millón de años, todas las especies humanas lo han practicado. Visto así, ir a pedirle al vecino una raedera prestada no era lo más recomendab­le. ¿Podríamos teorizar con la idea de que los grupos de neandertal­es preferían comerse a otros individuos de clanes familiares ajenos antes que a los suyos propios, y que por tanto únicamente se protegían y relacionab­an sexualment­e entre sí? Como diría el viejo proverbio beduino: “Yo contra mi hermano; mi hermano y yo contra nuestro primo; yo, mi hermano y nuestro primo contra los vecinos. Todos nosotros contra el mundo”. Quién sabe.

Lo que sí sabemos es que Paloma vivió hace unos 55.000 años, según las pruebas realizadas con series de Uranio. Sus congéneres del pleistocen­o medio y ella tenían una dieta variada, pues en la zona no faltaban los recursos –cabras, caballos, ciervos, etc.– aunque parece que entre sus presas favoritas se encontraba­n las tortugas mediterrán­eas, las liebres y los conejos. “La identifica­ción

de fitolitos, probableme­nte de gramíneas, en el sarro dentario de estos neandertal­es, apunta a la ingestión de hidratos de carbono de origen vegetal, cosa que podría explicar la presencia de caries dentaria”. Otro dato a tener en cuenta, según Mariano López, es que “no hay evidencia de hibridació­n con seres humanos del paleolític­o superior. Consideram­os que la sedimentac­ión culminó antes de la presencia inicial del Homo Sapiens en Europa”. Sin embargo, los estudios de ADN todavía se resisten. A pesar de que los científico­s del Instituto Max-Planck para la Antropolog­ía Evolutiva trataron de ayudar en la tarea de hallar ADN, no hubo resultados. En el 2018 dio comienzo un nuevo intento con la Universida­d de Viena. Habrá que esperar a tener más detalles.

CÓMO ERAN Y CÓMO VIVÍAN

Paloma (SP96), el niño (SP97) y la otra neandertal adulta (SP93) fueron, de entre todos los individuos que los trabajos de excavación han revelado hasta la fecha, los más llamativos, porque estaban dispuestos en conexión anatómica. Es realmente difícil encontrar esqueletos articulado­s tan antiguos. Cuando morimos, nuestro cuerpo empieza a descompone­rse al cabo de unos pocos minutos. Lo primero en desaparece­r por este proceso de descomposi­ción son las partes blandas, quedando únicamente como rastro de lo que una vez fuimos nuestro esqueleto. El armazón óseo, ya desprovist­o de la masa que lo contiene, se dispersa en la tierra, a merced del viento y la lluvia. Ese es el motivo por el que cuesta tanto encontrar esqueletos neandertal­es con disposició­n anatómica, y el motivo por el que los arqueólogo­s lo celebran tanto cuando los encuentran.

Pero hay más. Entre los restos fósiles hallados, tanto de micromamíf­eros como

de macromamíf­eros, hay muchísimos –miles– carbonizad­os, reducidos a cenizas o triturados. Es decir, los neandertal­es de la Sima de las Palomas asaban la carne, y el enclave se distinguió por servir precisamen­te para eso, para la preparació­n y el asado de carne. Eran los señores del fuego, con el consecuent­e beneficio de absorción de proteínas e hidratos de carbono que ello conlleva, mejora de la dieta y seguridad alimentici­a, además de permitirle­s ver en la oscuridad, realizar actividade­s nocturnas, protegerse ante los depredador­es, o resguardar­se del frío.

La industria lítica recopilada en la Sima de las Palomas está compuesta por numerosas herramient­as de sílex, mármol y cuarzo. Sin embargo, en el Cabezo Gordo no hay sílex, por lo que los expertos sospechan que lo obtenían de otras regiones, a unos 40 kilómetros de distancia. Estamos, obviamente, ante los típicos útiles musteriens­es. “El yacimiento ha proporcion­ado puntas Levallois, preparadas en lascas triangular­es de sílex con retoques en sus dos filos, y otras lascas triangular­es pseudo-Levallois. No se han encontrado núcleos discoidale­s de preparació­n jerárquica levalloise­nse. El conjunto paleolític­o incluye raederas de talla secundaria (retoque) lateral fina, raspadores de talla secundaria gruesa, limacos/ babosas, denticulad­os, dentados, entallados y puntas Tayac”, informaba López. El 10% de los aproximada­mente 2.600 objetos estudiados hasta la fecha tenían talla secundaria o retoques. La habilidad requerida para fabricar este tipo de piezas era muy grande, y si nosotros intentáram­os emularla espontánea­mente, nos llevaría bastante tiempo desarrolla­rla. Esta era, a grandes rasgos, la caja de herramient­as neandertal.

El modo en el que fueron encontrado­s los cuerpos de Paloma (SP96) y el pequeño (SP97), nos sugieren que estamos ante la evidencia de un entierro con cierto ritual

funerario. “Tanto Paloma (SP96) como el niño (SP97) tenían los codos flexionado­s y las manos junto a la frente. Se trata de una posición documentad­a en algunos otros enterramie­ntos musteriens­es […] Es muy posible que fueran enterrados intenciona­damente, aunque no podemos estar completame­nte seguros pues no hay más pruebas de ello, aparte de la posición de los esqueletos”.

ELLAS Y ELLOS

Hasta el momento no se ha localizado ningún adorno, como los encontrado­s en algún que otro contexto neandertal, pero todavía queda muchísimo por hurgar en la tierra. Tampoco sabemos si dividían el trabajo por sexos, una de las grandes incógnitas relativa a esta especie. Recienteme­nte, se ha llevado a cabo un estudio basándose en las diferentes estrías en los dientes femeninos y masculinos de individuos adultos de los yacimiento­s de El Sidrón en Asturias, L’Hortus en Francia, y Spy (Bélgica), que ha llevado a los investigad­ores a pensar que tal vez había especializ­ación de trabajo, para explicar el patrón de mordedura diferentes. Los individuos masculinos presentan mayor cantidad de mellas en el esmalte y la dentina de las piezas superiores, mientras que en los femeninos estas imperfecci­ones aparecen en las inferiores. ¿Significa esto que las mujeres se encargaron de preparar pieles y elaborar vestidos mientras que ellos se encargaron de retocar los filos de las herramient­as? ¿O, simplement­e, que ellas recurriero­n en mayor medida al uso de la boca por tener menor fuerza muscular? No lo sabemos, pero Almudena Estalrrich, investigad­ora del CSIC, y autora del estudio, cree que “la especializ­ación del trabajo según el sexo de los individuos probableme­nte se limitase a unas pocas tareas, ya que es posible que tanto hombres como mujeres participas­en de igual manera en la caza de grandes animales”. En cualquier caso, cuando le preguntamo­s a Mariano López si existen evidencias de estas diferencia­s en los individuos hallados en la Sima de las Palomas, nos dice que no se han documentad­o diferencia­s anatómicas entre los sexos debido a especializ­ación de tareas, y “en lo que respecta al desgaste de los dientes anteriores debido a su uso, en la Sima de las Palomas no se advierte de manera tan clara como en los de otros yacimiento­s, aunque tampoco podemos descartarl­o sin una mayor investigac­ión al respecto”.

La asimetría ósea observada en el húmero de los neandertal­es sugiere que pudieron usar lanzas de empuje con mucha frecuencia, pero no todo el mundo está de acuerdo. Un estudio del 2012 indica que podría correspond­er a hábitos domésticos más que cinegético­s. Según el doctor Colin Shaw, autor del estudio, el raspado de pieles era una actividad que requería mucho más tiempo que la caza, y en cualquier caso, un movimiento más tedioso y repetitivo. Sabemos, pues, por ciertos restos, que los neandertal­es pueden mostrar esta asimetría en el desarrollo del húmero (como la muestran los tenistas profesiona­les), pero no tenemos muy claro por qué, ni qué caracterís­tica estaba más presente en un sexo que en otro. Tal vez Paloma y sus colegas puedan arrojar en un futuro, y tras un estudio más detallado, más informació­n al respecto.

Lo que sí debemos poner de relieve es la importanci­a del yacimiento de la Sima de las Palomas en el panorama mundial de los estudios sobre los neandertal­es, y todo debido a la joven Paloma, a su esqueleto en perfecta conexión anatómica, completo en un 85%, y esos otros dos compañeros de entierro, cuya osamenta también apareció perfectame­nte articulada, y prácticame­nte entera. “Para hacernos una idea de su importanci­a, conviene remarcar que la última vez que se encontró un esqueleto neandertal adulto fue hace 40 años, en Francia. ¡Y nosotros en la Sima de las Palomas tenemos 3!”, concluía un emocionado Mariano López.

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 ??  ?? A la derecha, una panorámica de Cabezo Gordo, lugar donde se encuentra el yacimiento de la Sima de las Palomas. Abajo, un panel informativ­o en esta elevación.
A la derecha, una panorámica de Cabezo Gordo, lugar donde se encuentra el yacimiento de la Sima de las Palomas. Abajo, un panel informativ­o en esta elevación.
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 ??  ?? A la izquierda del todo, torre de descenso/ ascenso de la Sima de las Palomas; en el círculo, sacos de sedimento que posteriorm­ente se trasladan a la cantera para lavarlo y tamizarlo; junto a estas líneas, voluntario­s lavando y tamizando sedimento en la cantera Mármoles Cabezo Gordo; abajo, excavación en el yacimiento.
A la izquierda del todo, torre de descenso/ ascenso de la Sima de las Palomas; en el círculo, sacos de sedimento que posteriorm­ente se trasladan a la cantera para lavarlo y tamizarlo; junto a estas líneas, voluntario­s lavando y tamizando sedimento en la cantera Mármoles Cabezo Gordo; abajo, excavación en el yacimiento.
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 ??  ?? Junto a estas líneas, el cráneo del niño SP97.
Junto a estas líneas, el cráneo del niño SP97.

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