CARLOS II, UN REY QUE NO ERA HECHIZADO
Respecto a Carlos II todo lo que pensamos es fruto del prejuicio. Por un lado su imagen poco agraciada y por otro el sobrenombre que la historia le ha dado: “El hechizado”. Todos los prejuicios han hecho que en cuanto oigamos su nombre pensemos algo sobre él que responde más a nuestros pensamientos que a la realidad.
Dicho eso… ¿era de verdad tan nefasto como nos imaginamos? En el reportaje que os presentamos vemos que quizá no todo está tan claro, ya que quizá somos víctimas del prejuicio. Carlos II se vio envuelto en una lucha dinástica entre Austrias y Borbones, en el que entraban en juego varios factores, entre ellos el no tener descendencia.
Como consecuencia de esa lucha, se buscaron elementos para decirnos qué teníamos que pensar sobre él, aunque las cosas que pensamos –que son fruto de lo que algunos han hecho que pensemos– no eran reales para considerarlo hechizado, signifique eso lo que signifique. Además, él lo ponía fácil, ya que era una “piltrafilla”…
En realidad, los datos nos certifican que no fue tan mal gobernante y que eso del “hechizado” era más bien una cosa creada por sus enemigos y que no respondía a la verdad, aunque la historia ha ejercido su poder y las palabras pesan en la creencia. Sí, era incómodo de ver, pero… ¿y qué? Eso no dice nada sobre él. Sólo hablan los hechos. Y los hechos dicen que no era tan nefasto.