CUANDO NO NOS IMPORTABA IR A VOTAR UNA Y OTRA VEZ
Los tiempos cambian, es verdad, pero conviene recordar el pasado para analizar el presente. Parece que ha pasado mucho tiempo desde 1979, pero 40 años no es tanto, es nuestra historia reciente. Entonces nos pasábamos el día acercándonos a votar y nadie se quejaba. Cierto es que veníamos de una dictadura y las ansias de democracia nos desbordaban.
La primera vez que votamos fue en las elecciones generales del 15 de junio de 1977 para constituir un Parlamento libre que no teníamos desde 1936. Sirvieron básicamente para aprobar la Constitución de 1978. Tras el referéndum, volvimos a votar el 1 de marzo de 1979, con un resultado similar a las anteriores, con una UCD victoriosa, pero necesitada de contar con apoyo de otros partidos.
Un mes después, en abril, volvimos a ir a las urnas, pero esta vez para elegir los ayuntamientos, que todavía estaban con la organización franquista. A pesar de la victoria en votos del partido de Suárez, la suma de concejales permitió que la unión del PSOE y el PCE facilitara la llegada de la izquierda. El símbolo estuvo en Madrid, donde el socialista Enrique Tierno Galván se convirtió en alcalde gracias a ese pacto. Por aquel entonces, los acuerdos se hacían de una forma más natural.
Hubo también otros grandes acontecimientos ese año como la aprobación de los estatutos de Euskadi y Cataluña, las nacionalidades históricas que empezaron a autogobernarse.
Es verdad que eran otros tiempos, pero la realidad también era más complicada. El terrorismo azotaba España. Ese año tuvo lugar el salvaje atentado de los GRAPO contra la cafetería madrileña California 47 que acabó con la vida de nueve personas y 61 resultaron heridas. Y triunfó la película de Pilar Miró El crimen de Cuenca, que nos recordaba que la tortura había sido, y era todavía, una lacra con la que había que terminar.
Por suerte, hemos acabado con muchos de los problemas que había en la Transición, pero también es cierto que la política no ha sido capaz de mantener la ilusión que hace 40 años nos llevaba a los ciudadanos a ir a votar, una y otra vez, encantados.
LA POLÍTICA NO HA SIDO CAPAZ DE MANTENER LA ILUSIÓN QUE HACE 40 AÑOS NOS LLEVABA A LOS CIUDADANOS A IR A VOTAR, UNA Y OTRA VEZ, ENCANTADOS