POLICÍAS contra samuráis
■El californiano Romulus Hillsborough pasó quince años en Japón, y fruto de su profundo conocimiento del folclore y la historia moderna del país es este magistral libro que acaba de publicar Satori. Shinsengumi era el nombre de una fuerza de policía especial del último periodo del shogunato en el país del sol naciente. En ese tiempo era el samurái dokoro el encargado de los asuntos militares y policiales. Esta monografía de vibrante pulso narrativo y plagada de curiosidades nos brinda una imagen global de estos últimos representantes de una tradición hoy en parte manipulada y desdibujada.
Hillsborough nos sitúa en el convulso periodo de la Restauración Meiji que acabó con el régimen Tokugawa que había gobernado el país nipón durante dos siglo y medio (1603-1868). Los samuráis, patriotas y garantes de la tradición, se negaban a la apertura del país decretada por el shogun en 1854; así, conspiraron para derrocar al régimen y restaurar el poder imperial. Al grito de guerra de "castigo del Cielo" blandieron sus katanas y desataron una ola de terror con epicentro en Kioto, donde se llevaron a cabo crímenes indiscriminados, dejando las calles de la capital imperial sembrada de cadáveres y regada de sangre. Para poner freno a estos samuráis renegados e insurrectos, el gobierno formó a los Shinsengumi, un grupo de guerreros expertos en el arte de la guerra y el manejo de la espada cuya única misión era eliminar a los enemigos del shogunato. Aquella autorización legal para matar convirtió a estos en más letales incluso que los samuráis rebeldes y su acción se convirtió en sinónimo del terror, uno de los episodios más controvertidos y salvajes de la historia japonesa moderna que es recreada aquí con maestría./Ó.H.