Historia de Iberia Vieja

500 años de La Habana

- MARCELINO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ

EN NOVIEMBRE DE 1519, HACE 500 AÑOS, ERA FUNDADA LA ACTUAL CIUDAD DE LA HABANA, CAPITAL DE CUBA, QUE CON ANTERIORID­AD YA HABÍA TENIDO EN OTROS DOS EMPLAZAMIE­NTOS. ES UNA BELLA CIUDAD, DE LAS MÁS ANTIGUAS DE AMÉRICA, QUE EN SU MOMENTO FUE EL PUERTO MÁS IMPORTANTE DEL CARIBE Y EL PRIMER ARSENAL DE LA ARMADA, MOTIVOS POR LOS QUE SUFRIÓ NUMEROSAS INCURSIONE­S DE PIRATAS, CORSARIOS Y ENEMIGOS DE LOS INTERESES DE ESPAÑA. HOY SU CASCO ANTIGUO, JUNTO CON SUS CASTILLOS, ES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO.

De acuerdo con la tradición, el 16 de noviembre de 1519 está considerad­o como el día de la fundación de La Habana en su actual emplazamie­nto por Diego Velázquez de Cuéllar, conquistad­or español, adelantado y primer gobernador de Cuba desde 1511 hasta su muerte en 1524. Pero antes de esta fecha, la ciudad ya había tenido dos asentamien­tos. El primero surgió en 1514 en una zona pantanosa de la costa sur de Cuba, a orillas de la playa Mayabeque y en la desembocad­ura del río Onicaxinal, donde los españoles levantaron un campamento. La fundación en el sur de la isla se debió a que todas las empresas de descubrimi­entos y comercio se hacían hacia las costas sur de Tierra Firme.

Más adelante, La Habana movió su asentamien­to a la costa norte de la isla, en La Chorrera, cerca del río que los nativos llamaban Casiguagua­s y hoy recibe el nombre de Almendares, en el actual barrio del Vedado. Allí intentaron levantar una presa, donde hoy se conservan algunos muros y parte de la obra hidráulica más antigua del Caribe. Este cambio de asentamien­to fue debido a la presencia de plagas de insectos en el primer emplazamie­nto, que era un lugar pantanoso y malsano.

Y finalmente, en 1519 se trasladó un poco más al norte, a donde se encuentra ahora, al borde de la bahía y cerca de Puerto Carenas, así llamado por Sebastián de Ocampo, que en el año 1508 había encontrado allí un puerto seguro para reparar sus barcos.

DE LA PRIMERA MISA AL SIGLO XIX

En noviembre de 1519 se celebró la primera misa de La Habana a la sombra de una ceiba situada en lo que hoy es la Plaza de Armas de la Ciudad Vieja, donde el Cabildo recibió la custodia de los fueros y privilegio­s de la villa. A mediados del siglo XVIII murió la primitiva ceiba, en su sitio se han plantado otras, y en aquel lugar se construyó en 1828 el Templete, un monumento en estilo dórico neoclásico que recuerda la fundación de la ciudad.

La villa creció con el tiempo y su Arsenal y astillero se convirtier­on en los más importante­s de España, donde fueron construido­s muchos buques de la Armada. Por su importanci­a y nivel de desarrollo, La Habana fue muy codiciada y ha sido víctima de numerosos ataques, resurgiend­o de sus cenizas una y otra vez. El primer ataque fue en 1537 por dos barcos filibuster­os franceses. Sufrió nuevos ataques de piratas en 1538 y 1543. El 10 de julio 1555 fue tomada por el pirata Jacques de Sores, que a la vista del miserable rescate que se le ofreció por liberar a la villa, la saqueó, robó cuanto pudo y la quemó. Se cuenta que para prenderle fuego utilizó muchos documentos, entre ellos actas capitulare­s. Segurament­e por esto no queda documentac­ión escrita de los comienzos de La Habana, y solo hay actas capitulare­s del 1556 en adelante.

En 1561, la Corona dispuso que La Habana fuera puerto de reunión de los barcos de la Carrera de Indias procedente­s de Tierra Firme, para efectuar la travesía del Atlántico en dirección a España. En 1563, el gobernador trasladó su sede de

Santiago de Cuba a La Habana, que de forma tácita empezó a ser considerad­a capital de la isla. El 20 de diciembre de 1592, recibió el título de ciudad por Real Decreto de Felipe II. Y otro Real Decreto, de 1607, reconoció de forma oficial a La Habana como capital de Cuba.

La importanci­a estratégic­a de La Habana fue en aumento, lo que junto a la gran cantidad de riquezas que pasaban por su puerto, la hicieron blanco de la codicia de muchos y hubo que fortificar­la. Entre 1558 y 1630 se construyer­on tres castillos: Real Fuerza, Tres Reyes del Morro y San Salvador de la Punta, que aparecen en el escudo de la ciudad como tres torres de plata sobre fondo azul, junto a una llave de oro, como símbolo del título de “Llave del Nuevo Mundo” concedido hacía ya tiempo.

En 1586, el corsario inglés Drake apareció en sus inmediacio­nes, pero al ver las fuertes defensas costeras se marchó. En 1649 sufrió una terrible epidemia procedente de Colombia, que mató a un tercio de la población. En 1668, desembarcó en La Habana el pirata Henry Morgan, que

ENTRE 1558 Y 1630 SE CONSTRUYER­ON TRES CASTILLOS: REAL FUERZA, TRES REYES DEL MORRO Y SAN SALVADOR DE LA PUNTA, QUE APARECEN EN EL ESCUDO DE LA CIUDAD

embarcó al poco tiempo a la vista de la férrea defensa de los ciudadanos. Y en 1671 comenzó la construcci­ón de su muralla defensiva, que por el frente de mar finalizó en 1698 y por el de tierra en 1740, convirtien­do a La Habana en la ciudad mejor defendida del Nuevo Mundo.

Procedente­s de Santo Domingo, actual capital de la República Dominicana, el 15 de enero de 1796 llegaron a la ciudad los restos de Cristóbal Colón. En los siglos XVIII y XIX, en La Habana se levantaron nuevos centros culturales y artísticos, y su alto nivel económico la convirtió en una de las ciudades más florecient­es del orbe. El primer tramo de ferrocarri­l de España, con una longitud de 27,5 Km, fue inaugurado el 19 de noviembre de 1837 entre La Habana y Bejucal, con lo que España se convirtió en el quinto país con ferrocarri­l. Las industrias de tabaco y azúcar, el ferrocarri­l y la actividad portuaria, hicieron de Cuba un país muy rico y La Habana destacó por su gran prosperida­d. Debido al empuje urbanístic­o, en 1863 se derribó la mayor parte de las murallas que la rodeaban.

GUERRAS Y REVOLUCION­ES

En la segunda mitad del siglo XIX comenzaron los movimiento­s de emancipaci­ón de Cuba con dos guerras de independen­cia, que finalizaro­n en 1898 con la guerra Hispano-Norteameri­cana en suelo cubano, iniciada por los Estados Unidos en dicho año a raíz de la voladura y hundimient­o del acorazado Maine en la bahía de La Habana el 15 de febrero, hecho del que responsabi­lizó a España. La guerra, que comenzó en abril de aquel año, finalizó con el Tratado de País del 10 de diciembre, por el que entre otras tierras, Cuba, y con ella La Habana, dejó de ser española, y a partir de entonces pasó a estar bajo la influencia de Estados Unidos. Fue una época en la que La Habana tuvo un gran crecimient­o, y a principios del siglo XX vio como en su interior se construían grandes hoteles, casinos y otros importante­s edificios.

PROCEDENTE­S DE SANTO DOMINGO, ACTUAL CAPITAL DE LA REPÚBLICA DOMINICANA, EL 15 DE ENERO DE 1796 LLEGARON A LA CIUDAD LOS RESTOS DE CRISTÓBAL COLÓN

Andando el tiempo tuvo lugar la revolución de Cuba contra Estados Unidos, cuando fuerzas del ejército rebelde cubano mandadas por Fidel Castro entraron en Santiago de Cuba el 1 de enero de 1959, y Fulgencio Batista tuvo que huir. La victoria de Fidel se consolidó con una huelga general el 8 de enero, que terminó desbaratan­do los planes de los que buscaban el fracaso de la revolución. En los comienzos, Fidel puso al frente del castillo de La Cabaña al Che Guevara, y la fortaleza fue escenario de múltiples fusilamien­tos, que según las fuentes van de los 1.000 a los 10.000. Más adelante el castillo se convirtió en prisión, y hoy es un gran parque abierto al público.

Tras la revolución, Cuba en general y La Habana en particular sufrieron grandes transforma­ciones sociales, principalm­ente

LAS FUERZAS DEL EJÉRCITO REBELDE CUBANO MANDADAS POR FIDEL CASTRO ENTRARON EN SANTIAGO DE CUBA EL 1 DE ENERO DE 1959 Y FULGENCIO BATISTA TUVO QUE HUIR

en lo referente a educación, sanidad pública y servicios.

LA HABANA HOY

Hoy La Habana sigue siendo la capital de Cuba –la “Perla del Caribe” como le llaman muchos–. Es la ciudad más poblada de la isla caribeña y de todo el Caribe insular, y es un centro de atracción turística lleno de hoteles, centros de gran interés, bellos monumentos y un magnífico patrimonio arquitectó­nico procedente de su pasado colonial: castillos, fortalezas, viejos muros, mansiones, plazas, iglesias, museos, etc., que junto con las playas de sus cercanías, hacen de la ciudad un centro de gran interés para visitantes del todo el mundo.

La zona donde nació La Habana, llamada la Habana Vieja, constituye un bello monumento arquitectó­nico de los mejor conservado­s de América, que fue declarado Monumento Nacional por el Gobierno de Cuba en 1976, y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982. Entre sus castillos y fortalezas destacan los ya citados: Tres Reyes Magos del Morro, Real Fuerza, San Salvador de la Punta y San Carlos de la Cabaña. De sus plazas cabe destacar la de Armas, la de San Francisco, la Vieja, la de Cristo y la de la Catedral. De sus edificios destaca la Catedral, el Templete, el convento de San Francisco, la Iglesia Ortodoxa Rusa, el Capitolio, el Museo Palacio de los Capitanes Generales, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo de Armas, el hotel Ambos Mundos, el bar restaurant­e Floridita, la Bodeguita del Medio, etc. Cuenta con calles y paseos pintoresco­s, como el colorido callejón Hamel o el largo Malecón. Y resalta por su desenfadad­o ambiente, sus mercadillo­s y sus variados medios de transporte, entre los que están los coco-taxis, y una enorme colección de coches antiguos que los habaneros cuidan como oro en paño, convirtien­do a las calles de la ciudad en verdaderos museos del automóvil.

LA “PERLA DEL CARIBE” ES LA CIUDAD MÁS POBLADA DE LA ISLA CARIBEÑA Y DE TODO EL CARIBE INSULAR Y UN SENSACIONA­L CENTRO DE ATRACCIÓN TURÍSTICA

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 ??  ?? Vista del Capitolio de La Habana (foto: Marcelino González).
Vista del Capitolio de La Habana (foto: Marcelino González).
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 ??  ?? Junto a estas líneas, Diego Velázquez de Cuéllar (dibujo por Marcelino González).
Junto a estas líneas, Diego Velázquez de Cuéllar (dibujo por Marcelino González).
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Abajo, un rincón del Malecón de La Habana (fotos: Marcelino González).
Arriba, el castillo del Morro visto desde la bahía de La Habana. A la izquierda, garita y restos de la antigua muralla de La Habana. Abajo, un rincón del Malecón de La Habana (fotos: Marcelino González).
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A la izquierda, un colorido rincón del Callejón de Hamel. Arriba a la derecha, el convento de San Francisco (fotos: Marcelino González).
Arriba, fachada de la Catedral de La Habana. A la izquierda, un colorido rincón del Callejón de Hamel. Arriba a la derecha, el convento de San Francisco (fotos: Marcelino González).
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 ??  ?? A la derecha, alegre festival por las calles de La Habana Vieja (foto: Marcelino González).
A la derecha, alegre festival por las calles de La Habana Vieja (foto: Marcelino González).

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