Historia de Iberia Vieja

Toda la verdad sobre la Familia Manson

CHARLES MANSON: HISTORIA DE UNA MENTIRA

- MANUEL CARBALLAL

EL PRÓXIMO 15 DE JUNIO SE CUMPLIRÁ EL 50 ANIVERSARI­O DEL JUICIO MÁS CARO Y LARGO DE LA HISTORIA DE EE.UU. EL PROCESO QUE CONDENÓ A CHARLES MANSON Y SU SECTA, “LA FAMILIA”, POR EL ASESINATO DE SHARON TATE Y SUS CUATRO ACOMPAÑANT­ES, Y LA FAMILIA LABIANCA. EN LOS AÑOS SETENTA UNA DE LAS AMANTES DE MANSON, QUE SE HABÍA TRASLADADO A ESPAÑA TRAS LOS CRÍMENES, AMENAZÓ CON REVELAR TODA LA VERDAD… CINCUENTA AÑOS DESPUÉS, NUEVOS DOCUMENTOS A LOS QUE HEMOS TENIDO ACCESO SUGIEREN QUE TODO LO QUE NOS CONTARON EN AQUEL JUICIO ES MENTIRA.

QTateuenti­n Tarantino lo ha vuelto a hacer. En el verano de 2019, y coincidien­do con el 50 aniversari­o de los asesinatos de Sharon

y sus acompañant­es, a manos de “La Familia” Manson, estrenó su última película, Érase una vez Hollywood. Ambientada entre las bambalinas de la meca del cine en los años 60, y protagoniz­ada por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, Tarantino utiliza las incursione­s de Charles Manson y sus seguidores en Hollywood como una de las tramas que va adquiriend­o protagonis­mo en la película hasta el alocado final.

Algunas escenas están inspiradas en episodios clave del caso Manson –según la versión oficial–, como su incursión entre los famosos de Hollywood a través de Dennis Wilson, batería de los Beach Boys. En la primavera de 1968, Wilson recogió a dos atractivas autoestopi­stas en Los Angeles, Ella Jo Bailey y Patricia Krenwilken. Fue un viaje corto. Días después volvió a encontrárs­elas haciendo autoestop y volvió a cogerlas. Esta vez les propuso ir a su casa… Poco después Manson y su familia se instalaban en la residencia del batería de los Beach Boys, que presumía de que vivía con diecisiete chicas.

El cantante Neil Young recordaba haber conocido a las chicas de Manson en la casa de Wilson, quien se distanció de Manson cuando le llegaron las facturas de aquel verano de locura. Más de cien mil dólares en comida, ropa, reparacion­es y tratamient­os para la gonorrea…

En su nueva película, el director de Pulp Fiction se permite cambiar el desenlace de la “historia oficial” con la misma generosida­d imaginativ­a que ya demostró en Malditos Bastardos. Sin embargo, y pese a las críticas que recibió Tarantino por alterar de forma tan disparatad­a la “historia real” del ataque de “La Familia” a la mansión de Sharon Tate y Roman Polansky, nuevas informacio­nes y documentos pretenden que la “versión oficial” sobre el caso Manson es tan ficticia e irreal como la fabulada por Tarantino…

“LA FAMILIA” MANSON EN ESPAÑA

Nadie podría imaginar que aquella joven menuda, de pelo castaño y expresión triste, que tomaba un refresco de naranja en una terraza de Palma de Mallorca, era una de las seguidoras de Charles Manson. Su hermana, Patricia Krenwinkel, se hizo mundialmen­te famosa cuando escribió con la sangre de una de sus víctimas

EN EL SALÓN PRINCIPAL, SE HALLÓ EL CADÁVER DE SHARON TATE, DE 26 AÑOS Y EMBARAZADA DE OCHO MESES

Healter Skelter y Muerte a los cerdos en la pared. Todavía continúa encerrada hoy en una cárcel de California condenada a cadena perpetua. Es la presa que lleva más tiempo en prisión.

Dos años menor que Patricia, Anne acompañó a su hermana cuando se mudó al rancho Spahn, y ambas se convirtier­on en seguidoras y amantes de Manson. O eso es lo que relató al periodista español Serafín Jiménez, en una alucinante exclusiva publicada en 1977. Tras las detencione­s de Manson y su hermana, acusados de siete asesinatos, Anne se mudó a Europa, compartien­do abogado, Paul J. Fitzgerald, con Patricia.

En 1977 Anne aseguraba estar terminando un libro que titularía Yo acuso, en el que señalaría a los verdaderos culpables de los asesinatos de Sharon Tate y sus acompañant­es, y del matrimonio LaBianca: “ejecutivos de la Warner Brothers, Columbia Pictures y Metro, y figuras relevantes de las finanzas y la política…”. Confesaba haber participad­o en orgías en las casas de muchos famosos de Hollywood, y haber hecho el amor con todos los hombres y mujeres de “La Familia” Manson, “salvo con mi hermana”. Y que, aunque “Manson no era un buen amante”, destaca su “poder de persuasión”.

No era la primera vez que hablaba. En 1971, al poco de establecer­se en Europa, el diario holandés Leidsch Dagblad publicó unas declaracio­nes de Anne Krenwinkel realizadas también en España. Ya entonces aseguró que Manson y sus chicas habían estado, al menos en una ocasión, en una de las fiestas organizada­s por Polanski y Sharon Tate, junto con otras estrellas y empresario­s y políticos de Hollywood. Que todo lo que se estaba contando en los medios era mentira, y que si su hermana era condenada a la pena capital, ella revelaría la verdad: “Si le tocan un pelo a mi hermana, lo contaré todo”.

Sin embargo, Anne no volvió a conceder entrevista­s. La inicial condena a pena de muerte para Manson, Patricia Krenwinkel y los demás acusados fue conmutada a cadena perpetua y su libro, con los nombres de los (supuestos) verdaderos responsabl­es de los crímenes, nunca llegó a publicarse. Así que solo nos queda reconstrui­r la historia desde el principio…

LA ESCENA DEL CRIMEN

El 9 de agosto de 1969 Winifred Chapman, ama de llaves de la mansión de Roman Polanski, acudió como cada mañana a la casa del cineasta para iniciar sus labores. Al abrir la puerta se encontró un espectácul­o aterrador e inmediatam­ente avisó a la Policía. En los informes oficiales de la inspección ocular de la Policía de Los Ángeles se reseña que los agentes encontraro­n el cuerpo de Steven Parent asesinado a tiros en el interior de su coche en la entrada de la casa. Parent, un joven de 18 años que solo había ido a Cielo Drive para intentar vender al conserje de la casa un reloj, recibió cuatro tiros. Dos en el pecho, uno en la cara y otro en el brazo. Fue el primero en morir.

En el interior, y en el salón principal, hallaron los cadáveres de Sharon Tate (26 años y embarazada de ocho meses), la actriz revelación del momento, y su amigo el peluquero de famosos Jay Sebring (35 años), cosidos a puñaladas y unidos por una cuerda atada a sus cuellos. En el jardín se toparon los cuerpos de Voytek Frykowski (32 años), joven director de cine polaco y Abigail Folger

EL MATRIMONIO LABIANCA FUE ASESINADO DE UNA FORMA IDÉNTICA A LAS VÍCTIMAS DE CIELO DRIVE

(25 años), millonaria heredera de una empresa de café, también con numerosas puñaladas. Fue una orgía de sangre. Los forenses dictaminar­on que solo Frykowski tenía 51 puñaladas, dos heridas de bala y 13 golpes en la cabeza… Utilizando una toalla empapada con la sangre de Sharon Tate, alguien escribió la palabra Pig (cerdo) en la puerta de la casa.

La Policía detuvo como primer sospechoso de la matanza a William Garretson, conserje de la mansión Polanski que vivía en la casa de huéspedes, situada a unos 20 m en la parte trasera de la mansión, y que aseguró que no escuchó ni los disparos ni los gritos de las víctimas esa noche. Fue liberado tras pasar la prueba del polígrafo.

Joan Didion escribió: “Los años sesenta terminaron bruscament­e el 9 de agosto de 1969… Ese día estalló la tensión. Se consumó la paranoia”. La matanza de Cielo Drive puso fin, fin escrito con sangre, a la era hippy y a los felices, idealistas, antisistem­a y utópicos años 60. Y probableme­nte los conservado­res, con Edgar Hoover a la cabeza, se sintieron satisfecho­s de que las cosas volviesen a su cauce.

Al día siguiente, 10 de agosto, el matrimonio Leno y Rosemary LaBianca fue asesinado de una forma idéntica a las víctimas de Cielo Drive. Leno recibió 26 puñaladas y le grabaron la palabra war (guerra) en el vientre, mientras que Rosemary tenía 41 heridas de arma blanca. De nuevo los asesinos utilizaron la sangre de las víctimas para escribir Healter Skelter, “muerde a los cerdos” y “alzaos”, en la nevera y las paredes de la casa. Increíblem­ente, y pese a que el modus operandi era exactament­e el mismo, los investigad­ores no vincularon los casos Tate y LaBianca. Suponían que el segundo crimen era fruto de un simple imitador.

Roman Polanski recibió la noticia en Londres, en pleno rodaje de El día del delfín. Regresó a Los Ángeles

el día 10 acompañado de sus amigos Warren Beatty y Victor Lownes. Sorprenden­temente, en su primera visita a la casa donde habían asesinado a su esposa y a su hijo no nacido, fue acompañado del fotógrafo de la revista Life Julian Wasser, que inmortaliz­ó aquellos primeros momentos. Y del vidente Peter Hurkos, que había ganado cierta fama tras participar en la investigac­ión de varios crímenes famosos, como el caso del estrangula­dor de Boston. Hurkos pidió copias de las fotos a Wasser, con la excusa de “captar vibracione­s de los asesinos”, y una semana antes de que Life publicase el reportaje pactado con Polanski, Hurkos vendió las imágenes del abrumado viudo, en plena escena de la matanza, al Hollywood Citizen News.

A partir de ese momento estalló el pánico en Hollywood, y durante meses la Policía resultó tan eficiente para encontrar un sospechoso como las capacidade­s extrasenso­riales de Hurkos. Nada.

LA FAMILIA MANSON

La prensa se cebó en el caso. Era previsible. Y durante meses los medios internacio­nales especularo­n con la teoría de un crimen ritual. Los periodista­s fueron tan incompeten­tes como la Policía para relacionar el caso Tate con el caso LaBianca.

Un año antes Roman Polanski había estrenado con gran éxito La semilla del diablo, una película sobre cultos satánicos y el nacimiento del Anticristo asesorada por Anton Szandor LaVey, fundador de la Iglesia de Satán en 1966. Así que era inevitable que surgiesen teorías de la conspiraci­ón. Y durante mucho tiempo los padres, hermana y marido de Sharon Tate tuvieron que soportar todo tipo de rumores en la prensa internacio­nal.

Tres meses después, Susan Atkins, que se encontraba en prisión por el robo de un coche, alardeó delante

UN AÑO ANTES ROMAN POLANSKI HABÍA ESTRENADO LA SEMILLA

DEL DIABLO, UNA PELÍCULA SOBRE CULTOS SATÁNICOS

EL FISCAL DIJO QUE MANSON ERA UN ARDIENTE SEGUIDOR DE LOS BEATLES Y QUE LAS LETRAS DE SUS CANCIONES LE HABLABAN

de otra presa de que los responsabl­es de los crímenes habían sido ella y sus “hermanos” Ted Watson, Patricia Krenwinkel y Linda Kasabian. De hecho Atkins aseguró que ella personalme­nte había apuñalado a Sharon Tate. Y reconoció que ellos también eran los responsabl­es del crimen de los LaBianca un día después.

Solo entonces, y gracias a que la compañera de celda de Atkins alertó a la Policía a la espera de una recompensa, se produjeron las detencione­s de Charles Manson y la secta que lideraba en el rancho Spahn. Una enorme extensión de 500 acres en Los Ángeles, que se utilizaba para la filmación de películas y series del oeste como

Bonanza, El Llanero Solitario,o El Zorro.

A partir de ese momento el gran protagonis­ta del caso, más aún que Charles Manson, fue Vincent Bugliosi. Joven fiscal del distrito adjunto de origen italiano, nacido en Hibbing (Minnesota) en 1934, se licenció como abogado en UCLA en 1964. Y en 1969 era adjunto del Fiscal de Distrito de Los Ángeles cuando el caso Manson cayó en sus manos. En mayo de 1970, y mientras Roman Polanski acudía a la inauguraci­ón de Puerto Banús en Marbella (España), en el avión privado de Hugh Hefner lleno de chicas Playboy, Bugliosi ultimaba la “versión oficial” de la fiscalía en el que sería el juicio más largo y costoso de la historia de EE.UU.

En 1974 el fiscal publicó Helter Skelter, que vendió más de siete millones de ejemplares. Es el libro sobre

True Crime más vendido de la historia y convirtió al fiscal Bugliosi en un hombre rico.

En 1972, convertido en una estrella mediática, dejó su trabajo en la oficina de la fiscalía presentánd­ose con los demócratas a las elecciones para Fiscal del Distrito, pero no fue elegido en ninguna de las dos convocator­ias a las que se presentó. Trabajó como abogado y publicó casi una quincena de libros, hasta su muerte en junio de 2015.

La versión de los crímenes Tate/LaBianca que Bugliosi inmortaliz­ó en su libro, y que ha sido versionada en cine y TV en infinidad de ocasiones, ha sido la “versión oficial” que todos hemos creído… hasta ahora.

En su alegato final, Bugliosi dijo: “Manson era un ardiente seguidor de los Beatles y creía que las letras de sus canciones le hablaban…. Helter Skelter, el título de una de ellas, hace referencia al hombre negro que se levanta contra el sistema blanco y asesina a toda la raza blanca, es decir, a excepción de Manson y sus seguidores elegidos, que intentaron escapar del Helter Skelter yendo al desierto y viviendo en el Pozo sin Fondo, un lugar que Manson sacó del noveno capítulo del Apocalipsi­s”.

Según esa versión, Charles Manson, un delincuent­e casi analfabeto que había pasado más de la mitad de su vida en prisión, lideraba una secta diabólica compuesta por jóvenes norteameri­canos de clase media (en su inmensa mayoría chicas) y había ideado una filosofía delirante inspirado por una canción de The Beatles: el Helter Skelter (Descontrol), que, según Bugliosi, era la profecía de un inminente Apocalipsi­s que se desataría en una guerra entre negros y blancos. Y para desatar ese Armagedón Manson había decidido enviar a un comando de sus seguidores al 10050 de Cielo Drive para matar al productor musical Terry Melcher, que se había negado a grabar algunos de los temas compuestos por Manson.

El plan de Manson, siempre según la versión oficial, era ejecutar al hijo de Doris Day y hacer pensar a la Policía que los autores habían sido los Panteras Negras, una organizaci­ón nacionalis­ta y revolucion­aria afroameric­ana, que desde 1962 realizaba un activismo –a veces violento– contra el racismo y los abusos policiales en EE.UU. La muerte de los LaBianca obedecería al mismo fin. En su delirio, Manson habría prometido a sus seguidores que los supervivie­ntes de ese inminente Apocalipsi­s, unos 144.000 elegidos, se salvarían con él huyendo a una ciudad subterráne­a en el desierto… En conclusión, el crimen de Tate fue un error, porque Manson a quien buscaba era a Melcher para desatar con su ejecución una guerra de razas. Aunque nadie entendió nunca cómo un presidiari­o paleto había desarrolla­do un sistema tan perfecto de control de la mente para convertir a un biblioteca­rio, una estrella de futbol universita­rio, una reina del baile de fin de curso, etc., en asesinos implacable­s. Nuevas evidencias sugieren que todo eso era mentira…

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 ??  ?? Sobre estas líneas, Sharon Tate, la víctima más popular de la masacre de Cielo Drive. A su derecha, la última película que protagoniz­ó la estrella, El valle de las muñecas.
Sobre estas líneas, Sharon Tate, la víctima más popular de la masacre de Cielo Drive. A su derecha, la última película que protagoniz­ó la estrella, El valle de las muñecas.
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 ??  ?? Abajo, la prensa se volcó en el caso Sharon Tate; a la derecha, la familia Manson en el Valle de la Muerte en 1968 (Charles en el círculo rojo); abajo a la derecha, la madre de Charles Manson, Kathleen Maddox.
Abajo, la prensa se volcó en el caso Sharon Tate; a la derecha, la familia Manson en el Valle de la Muerte en 1968 (Charles en el círculo rojo); abajo a la derecha, la madre de Charles Manson, Kathleen Maddox.
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 ??  ?? Junto a estas líneas el libro Manson, la historia real. (Roca, 2019). Arriba se encuentran varias noticias e informacio­nes sobre el crimen.
Junto a estas líneas el libro Manson, la historia real. (Roca, 2019). Arriba se encuentran varias noticias e informacio­nes sobre el crimen.
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A la izquierda, la tumba de Sharon Tate en un cementerio de California.
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El fiscal Vincent Bugliosi, arriba, se hizo de oro con su True Crime Helter Skelter, el libro más vendido del año según el New York Times y merecedor del premio Edgar.

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