La otra Pasionaria

ha sido una de las proclamas más escuchadas en los últimos tiempos en nuestro país, pero en 1972 ya sonaba con fuerza (y en castellano) en Estados Unidos. La crearon la líder latina Dolores Huerta y el activista César Chávez, embarcados ambos en una lucha por los derechos de los trabajadores del campo de aquel país. Huerta y Chávez fundaron el primer sindicato de trabajadores agrícolas de EE UU (UFW son sus siglas en inglés). La vehemencia con que ella asumió su causa llevó a los miembros de la organización a denominarla la Pasionaria, sobrenombre que no guarda relación con el seudónimo con que se hizo célebre desde 1918 otra Dolores, Dolores Ibárruri, la destacada dirigente comunista española. Arriba, la obra Dolores Huerta (1999), serigrafía de Barbara Carrasco, es una de las piezas con que la National Portrait Gallery de la Smithsonian Institution homenajea a la activista latina hasta mayo de 2016. En la esquina inferior derecha puede leerse el “¡Sí se puede!” de su chapa. Cristina Puig