¿CÓMO QUE TRES VECES SIETE?
F. D. ROOSEVELT (1882-1945, a la dcha., con Hoover) era tan resuelto como informal en sus tácticas monetarias. Una de ellas estaba relacionada con la compra de oro para empujar el dólar a la baja. Cada mañana, desde su cama, después de intercambiar impresiones con sus asesores, señalaba un objetivo para subir el precio del metal precioso, en ocasiones con una metodología sui géneris. El 3 de noviembre de 1933, el presidente estadounidense dijo que el valor debía subir 21 céntimos: “Es un número de la suerte, porque es tres veces siete”, exclamó con una risita. “Si alguien llegase a saber que realmente establecemos el precio del oro mediante una combinación de números de la suerte –observó el secretario del Tesoro Henry Morgenthau–, creo que le entraría mucho miedo”.