EL SINVERGÜENZA ORIGINAL
Postumio, el primer publicano procesado por fraude
NAUFRAGIO FALSO. Un giro decisivo en la evolución de la corrupción coincidió con la segunda guerra púnica. Fue entonces, exactamente en 215 a. C., cuando, necesitada de abastecimiento para el ejército (abajo, soldados en una birreme del siglo I d. C.), Roma inauguró la contratación de sociedades de publicanos. Tres años más tarde ya surgió un escándalo. Un tal Marco Postumio Pirgense denunció un falso naufragio para que su compañía cobrara un seguro leonino avalado por el Estado. Este fraude, el primero documentado de una adjudicación pública romana, desencadenó la indignación popular, por el delito en sí y por la tibieza de los tribunos a cargo de la acusación. No obstante, tras varias vistas, disputas a gritos y un decreto condenatorio del Senado, la mayoría de los imputados tuvieron que exiliarse.
MALO, PERO INSPIRADOR. Este incidente reveló, entre otras cosas, los riesgos de la privatización de ciertos servicios. También la interferencia de la política en la justicia: hasta la presión social, el Estado, en plena campaña contra el cartaginés Aníbal, prefirió no enemistarse con sus proveedores. El affaire Postumio puso de manifiesto también la escasez de leyes anticorrupción, uno de los escollos procesales que se afrontaron en este caso, ante las nuevas necesidades de Roma como imperio naciente. De ahí, en parte, la fiebre legisladora posterior.