EL COLAPSO MAYA
Sobre el súbito final de esta gran civilización no existe todavía una hipótesis plenamente aceptada por la comunidad científica. ¿Cuáles se barajan?
La civilización maya –un amplio territorio comprendido entre el sudeste de México, Belice, el centro y norte de Guatemala y la frontera noroccidental de Honduras– es claramente una de las más fascinantes de la historia de la humanidad. Los mayas desarrollaron sistemas matemáticos, astronómicos y lingüísticos muy sofisticados, introdujeron nuevas prácticas agrícolas y ganaderas y construyeron imponentes ciudades y monumentos. Sin embargo, entre los siglos viii y ix, se produjo una disminución drástica de la población, y los núcleos urbanos del sur fueron abandonados justo en su época de máximo esplendor. Es lo que se conoce como “colapso maya”. La arqueología ha constatado este fenómeno basándose en la desaparición de inscripciones en los monumentos y también de grandes obras arquitectónicas, pero no ha podido explicar satisfactoriamente por qué. Al respecto se han planteado un buen número de teorías. Estas son las que han tenido más predicamento a lo largo de los años.
Invasiones externas
Esta hipótesis defiende que la cultura maya fue atacada por un grupo extranjero, probablemente originario de las tierras bajas del golfo de México. El descenso de la población se explicaría, entonces, por las muertes durante las guerras y por la toma de cautivos como esclavos. También por el hambre que siguió a la destrucción y desorganización de las prácticas agrícolas locales, ya que los nuevos líderes no estaban familiarizados con las mismas. Algunos estudiosos del tema afirman que los invasores obligaron a los mayas a establecerse en el norte, más cerca de su territorio, para así poderlos vigilar más fácilmente. Así, en su opinión, lo muestran la cerámica, la escultura y la arquitectura de la zona, que están muy influenciadas por la cultura mexicana.
Revuelta campesina
Una teoría atribuye el colapso maya a una revolución por parte de las clases sociales bajas de la civilización maya. En la época de su máximo esplendor, en los siglos viii y ix, los mayas construyeron enormes monumentos y edificios sin ningún tipo de maquinaria, solo utilizando la mano de obra de los campesinos. La carga de trabajo habría aumentado progresivamente, razón por la cual el pueblo se habría alzado contra sus gobernantes. En 2009, un grupo de arqueólogos de la NASA halló en fosas comunes de algunas ciudades mayas dientes con incrustaciones en jade. Esta ornamentación estaba reservada a miembros de la aristocracia, por lo que se piensa que las revoluciones sociales llevaron al asesinato de personas pertenecientes a la élite gobernante.
La teoría, sin embargo, no puede explicar la desaparición de los campesinos. ¿Por qué se fueron? Hay quien sostiene que no supieron qué hacer con los edificios y centros ceremoniales y los abandonaron, y por eso muchos de ellos se quedaron sin terminar. Otra objeción a esta teoría es que, en ausencia de una élite de poder, la población debería haber aumentado, no disminuido.
Propagación de enfermedades
Algunos expertos consideran que los parásitos comunes en selvas tropicales como las tierras mayas del sur podrían haber acabado con esta civilización. Entre estos, quizá los más devastadores fueron los que causan diarreas agudas, ya que, si están presentes desde la infancia, pueden llegar a dificultar el crecimiento y, por tanto, a hacer a la persona más vulnerable ante cualquier tipo de enfermedad como adulta. También se habla de la fiebre amarilla como una posible explicación, pero los detractores de esta teoría consideran que esta enfermedad no llegó a América hasta la conquista española en los siglos xvi y xvii, y que puede causar muertes, pero no el abandono de regiones enteras.
TAL vez LAS REVOLUCIONES SOCIALES LLEVARON AL ASESINATO de MIEMBROS de LA élite GOBERNANTE
Azote de terremotos
¿Y si los daños causados por terremotos llevaron al colapso? En el supuesto de que así fuera, no se entiende por qué quedaron desocupadas las tierras bajas y no las tierras altas, que son las que es-
tán más expuestas a este tipo de fenómenos. Así pues, los seísmos podrían haber contribuido al colapso, pero una vez este hubiera empezado.
Agricultura de roza
Los pueblos mayas utilizaron el sistema agrícola de roza, que consiste en talar el bosque tropical, dejarlo secar y quemar el ramaje antes de plantar. Los cultivos que se obtienen en la primera cosecha son abundantes porque las cenizas aportan nutrientes. Pero el suelo se agota después de dos o tres años por la falta de abono, así que se tiene que dejar barbechar. Las teorías de tipo ecológico barajan la posibilidad de que el sistema agrícola de roza se viera rebasado por la densidad demográfica. Es decir, que para poder responder a la demanda de alimentos de una población cada vez mayor, se tuvo que acortar el período de barbecho. Los mayas, según estas hipótesis, no pudieron hacer frente al problema por la falta de tecnologías apropiadas.
Deforestación
El resultado directo de la quema constante del sistema de roza fue la deforestación. La civilización maya no vivía tan en armonía con su ambiente como pudiera parecer. Durante siglos, cortaron miles de árboles, y no solo para sembrar el maíz para alimentar a la población, sino también para construir sus formidables templos y monumentos. Los expertos calculan que tenían que quemar 20 árboles para calentar la piedra caliza que les servía para hacer apenas un metro cuadrado de cal para los edificios.
Cambios climáticos
La deforestación tiene un impacto directo sobre el cambio climático. Una de las funciones más importantes de los árboles es que absorben grandes volúmenes de agua a través de sus hojas. En este proceso, el agua se evapora –pasa del estado líquido al gaseoso– por efecto del calor del sol y se incorpora a la atmósfera como vapor de agua. Así es como se forman las nubes, que son las que generan lluvia. Por lo tanto, si no hay árboles, no hay agua que pueda caer de nuevo al bosque, y el ciclo se
interrumpe. Durante el colapso maya, la deforestación redujo entre un 5% y un 15% las precipitaciones, agravando así un largo período de intensa sequía.
Sequías severas
La hipótesis de la sequía extrema, aunque controvertida, es una de las más aceptadas actualmente. En 2012, un equipo de investigadores internacionales creó un registro climático de los últimos 2.000 años con datos obtenidos a partir de estalagmitas en la cueva Yok Balum, en Belice. Según los resultados del estudio, publicado en la revista Science, entre los años 450 y 660 hubo una cantidad inusualmente alta de lluvias, lo cual favoreció un aumento de la producción de alimentos y, por tanto, de la población en las tierras bajas mayas. Sin embargo, este período fue seguido por otro de descenso continuo de las precipitaciones. A lo largo de cuatro siglos, extensiones que antes habían tenido vegetación se tornaron semidesérticas.
Los mayas habían creado un sistema de almacenamiento y gestión del agua dependiente de la afluencia de lluvias, así que, con las sequías generalizadas, la productividad agrícola fue disminuyendo progresivamente por la falta de agua. Es probable que, cuando los recursos se agotaron, la población abandonara de forma masiva las regiones del interior para establecerse en zonas costeras, o bien en áreas con otras fuentes de agua, como por ejemplo lagos y sumideros.
¿Un combinado?
En vista de la variedad de argumentos, no existe todavía un acuerdo universal sobre los motivos por los que esta civilización desaparece justo en su época dorada. Los investigadores hablan, más bien, de una combinación de factores. Quizá la sequía, provocada por el cambio climático y agravada por la deforestación, llevó a la escasez de alimentos que desembocó en revueltas sociales. O puede que las invasiones extranjeras, sumadas a la propagación de enfermedades, causaran la muerte de una buena parte de la población. En cualquier caso, los mayas no desaparecieron completamente, y sus descendientes siguen hoy manteniendo la esencia de su cultura en las regiones de América Central.