Una victoria inútil
Belchite recuerda este mes el fin de la batalla que acabó con su antiguo pueblo hace 80 años
Alo largo de la Guerra Civil, el gobierno de la República fracasó en sus intentos por hacerse con la iniciativa militar. Esto fue lo que sucedió durante agosto de 1937, cuando sus tropas avanzaron hacia Zaragoza. La operación se proponía un doble objetivo. A nivel militar, ralentizar el avance de los franquistas en el norte. En el terreno político, minar la influencia anarquista en una institución, el Consejo Regional de Defensa de Aragón, que actuaba en la práctica como un gobierno independiente. Por eso, el socialista Juan Negrín, presidente del Consejo de Ministros, ordenó su disolución.
En medio de la ofensiva de Zaragoza, dos divisiones, la 11 y la 35, se ocuparon de destruir el foco de resistencia enemiga en Belchite, un pueblo que no llegaba a los 4.000 habitantes antes de que se iniciara la contienda. Comenzó así una sangrienta batalla que se prolongó entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre. Los republicanos, sin tiempo que perder, atacaron una localidad donde el enemigo estaba bien fortificado y tenía posibilidades de resistir durante largo tiempo. Consiguieron tomarla finalmente, después de una lucha encarnizada en la que hubo que combatir casa por casa. Cerca de cinco mil personas de los dos bandos murieron.
fue una victoria pírrica, aunque la propaganda gubernamental presentara un gran éxito. Se movilizaron enormes cantidades de hombres y recursos que, de otra forma, hubieran podido ayudar al general Kléber a tomar Zaragoza. Sin apoyo, el militar soviético, un líder de las Brigadas Internacionales que se había distinguido en la defensa de Madrid, no pudo hacer nada para llevar adelante sus planes. Irritado, el ministro de Defensa de la República, Indalecio Prieto, manifestó que se habían destinado demasiadas tropas a objetivos poco importantes.
El pueblo quedó completamente devastado por los combates. Tras la guerra, el gobierno franquista decidió no proceder a la reconstrucción. Las ruinas quedaron como memoria de la guerra, mientras el municipio se reedificaba en una ubicación próxima con el nombre de Belchite nuevo.
El municipio aragonés conmemorará el 80 aniversario del fin de la batalla con un conjunto de actos a principios de este mes de septiembre, lo que afectará los horarios de las visitas (consultables en www.belchite.es), obligatoriamente guiadas, por los peligros que encierran las ruinas. Francisco Martínez Hoyos