El lejano
Hijo de osiris e isis, horus es un ser celestial
El soberano egipcio es la encarnación sobre la tierra del halcón Horus (abajo, a la izqda.), hijo de Osiris e Isis. Es el heredero de la monarquía y, como tal, legítimo poseedor del trono. Y lo es desde tiempos inmemoriales, pues Horus está identificado con el monarca desde la época predinástica. No en vano, entre las primeras manifestaciones de escritura se cuentan los nombres de estos monarcas escritos dentro de un serekh, que no es sino un rectángulo vertical que representa la fachada de un palacio sobre la cual está perchado un halcón. El príncipe heredero se convierte en Horus en el momento en el cual, gracias a la ceremonia de coronación, pasa a ser considerado el nuevo faraón; algo para lo cual, primero, ha tenido que convertir a su padre en Osiris mediante la realización de sus funerales. Por eso, la persona encargada de presidir y organizar el entierro de un rey, como es obligación ineludible de un hijo, se convierte en el legítimo heredero del trono, sin que deba existir relación de consanguinidad con el soberano difunto. Horus no solo es el hijo de Isis y Osiris. Se trata de una divinidad que también posee un fuerte contenido solar. En el Período Predinástico ya aparece como unas alas abiertas sobre las cuales va montado el barco de Ra mientras recorre el firmamento. Se trata de una conexión llena de sentido, pues la gran altura que alcanza el halcón peregrino (pues eso es Horus) en sus vuelos en solitario lo convierte sin problemas en un ser celestial y explica su nombre, que significa “El Lejano”, o “El que está arriba”. Recordemos, además, que Horus es también Horakhty, “El de los dos horizontes”. Pero no solo eso, sino que, como Horus el Behdetita, es un disco solar alado. El origen de cada una de estas manifestaciones del halcón como divinidad es diferente y se remonta a la prehistoria, si bien, con el tiempo, en época faraónica, acabaron aglomeradas todas como características de un único dios.
En la mayoría de las representaciones, Horus aparece como una deidad con cuerpo de hombre y cabeza de halcón, por lo general tocada con la doble corona, para dejar claro que estamos ante el heredero del trono del Doble País. Eso permite diferenciarlo de otros dioses halcón, como el guerrero Montu o Ra, que puede aparecer como un halcón con un disco solar sobre la cabeza.