Difícil convivencia política
Madre e hijo tenían ideas distintas y caracteres incompatibles
en opinión
del historiador Robert A. Kann, experto conocedor de la historia de Austria, la formación intelectual de María Teresa era inferior a la de su hijo José (arriba). No obstante, “ella poseía cualidades apreciadas en un monarca, como raciocinio rápido y determinación. Además, estaba dispuesta a reconocer la superioridad intelectual de algunos de sus consejeros y disfrutaba del apoyo de estos, aunque sus ideas fueran contrapuestas”.
José, Sin embargo,
fue incapaz de establecer este tipo de relaciones. La que mantenía con su madre se enfrió a medida que compartieron el poder. Le amenazó, en ocasiones, con renunciar como corregente y abdicar como emperador. Pero ambos se necesitaban para salvaguardar los intereses de la casa de Habsburgo. De acuerdo con su credo absolutista, para María Teresa, el hecho de haberse recuperado de la viruela era una señal de que Dios deseaba que reinase hasta la muerte. Por su parte, a José II, encarnación del despotismo ilustrado, la presencia activa de su madre le servía en ocasiones de parapeto para cubrir sus propios errores. Al contrario que ella, mostró interés por las ideas enciclopedistas y fue más tolerante en materia religiosa.