AL PRINCIPIO DE LA ESCAPADA
Se estrena un filme sobre Jerome David Salinger, probablemente el escritor más esquivo del mundo.
Era el libro de cabecera de Mark David Chapman –el hombre que mató a John Lennon en 1980– y de otros personajes tan perturbados como él. Esto envolvió a El guardián entre el centeno de un halo de perversión que arrastra todavía hoy. Ya desde su publicación en 1951, esta novela de J. D. Salinger (19192010) desató la polémica. La crítica lo reconoció de inmediato como clásico de la literatura estadounidense, pero se convirtió en el libro más censurado en los centros educativos del país.
¿QUÉ TENÍA PARA levantar tal polvareda? La única novela de Salinger (el resto de su producción son relatos cortos) estaba protagonizada por Holden Caulfield, un adolescente de buena familia al que expulsan de todos los colegios. De vuelta de todo, Caulfield despotrica contra las convenciones sociales, reflexiona sobre la sexualidad con la desfachatez del desconocimiento, explora la existencia hasta rayar el nihilismo. Por si esto no fuera suficiente para enervar al lector más puritano, Salinger plasma en la obra un lenguaje realista, plagado de coloquialismos y palabrotas. Hoy no hacen sonrojar a nadie, pero en los años cincuenta aquello originó un auténtico terremoto.
EL AUTOR FUE un tipo muy poco convencional. Nunca llevó bien las servidumbres de la fama. Tras alcanzar el éxito literario con El guardián entre el centeno, acabó viviendo recluido mientras escribía historias que no siempre se molestaba en publicar. Por lo que respecta a la novela, se empeñó en negar una y otra vez los derechos para su adaptación al cine. Ni Billy Wilder, ni Spielberg, ni Tobey Maguire ni Dicaprio lograron hacer realidad sus proyectos de llevarla a la gran pantalla.
SALINGER TAMBIÉN dificultó la publicación de biografías sobre él, lo que le convirtió en casi un desconocido para sus coetáneos. Por eso resulta interesante el estreno de Rebelde entre el centeno (ver p. 94), que revisa la vida del escritor precisamente en el período en que escribió su novela. El editor Whit Burnett y la agente literaria Dorothy Olding resolvieron impulsar la carrera del treintañero cuando nadie más creía en sus posibilidades. Era el principio de su extraña escapada.