VENERABLES Y CON SORPRESA
La variedad de los temas en las vidrieras de Santa María del Mar
UNOS VETERANOS
y otros más recientes, los vitrales de la basílica barcelonesa agregan a lo diáfano del interior una atmósfera de serena claridad. De entre los que resistieron el incendio de 1936 hay que destacar el vitral del Juicio Final, realizado por Sendrius Desmasnes en 1474; el de La fuente de agua viva, de autor anónimo (1648); los de Pentecostés y La Santa Cena (1711, arriba), cuyo autor fue Francesc Saladrigas; dos vitrales con figuras de apóstoles de Eloi Arrufó (1718); o los situados tras el altar mayor, que representan diversas alegorías eucarísticas, firmados por Hipòlit Campmajó en 1790.
MÁS RECIENTES SON
los de Los cuatro profetas, de Eudald Ramon Amigó (1878); los de La Anunciación y El desposorio de la Virgen María, dibujados por Lluís Masriera en 1924; o el ubicado junto a la puerta de la sacristía, obra de José Fernández Castrillo, instalado en 1995 para conmemorar los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona en 1992. Hay anécdotas curiosas en otros vitrales, como la existencia de un escudo del Barça en uno de los más recientes o uno con los dos rivales de la guerra de Sucesión: Felipe de Anjou y Carlos de Habsburgo.