AQUÍ LLEGAN LOS BILLETES
FUE LA DINASTÍA china Song (960-1279) la que, por lo que sabemos, puso en circulación, con cientos de años de adelanto por lo que respecta a Europa, algo parecido al papel moneda. Los billetes eran, al principio, títulos de crédito con una fecha de validez limitada y convertibles en metales preciosos.
CHINA NECESITABA aquellos billetes para acelerar la integración comercial de sus regiones con la ayuda de una “moneda única” de papel. Muchas de ellas acuñaban monedas diferentes y no aceptaban las del resto, en algunas existían prohibiciones expresas para exportar bronce y, por si fuera poco, la alternativa eran unas monedas de hierro lamentables para el comercio, por grandes y pesadísimas. El hecho de emitir papel moneda también se explica como una fuente de financiación para el Estado.
SE SUELE SITUAR el inicio de los billetes concretamente en el siglo xi, porque es cuando los títulos de crédito dejan de tener fecha de caducidad y se pueden situar claramente como precedentes de los billetes que se emitieron más adelante en Europa, que son los que más se parecen a los que guardamos ahora en nuestras carteras. Marco Polo tuvo la oportunidad de verlos a finales del siglo xiii. Era asombroso: en China había encontrado un imperio donde solo se pagaba en papel. La circulación de monedas de oro, plata y cobre estaba prohibida.