Los primeros de la clase de relojería
¿Cuáles fueron los relojes pioneros de las modalidades en auge antes del boom mecánico?
c. 1525 a. C. De agua: a la gota en punto
El faraón Amenofis I fue el primer poseedor de una clepsidra (en la foto superior). Al menos, según una inscripción en su tumba. Pero el reloj hidráulico pionero del que hay pruebas tangibles se hizo un siglo después. Fue en el apogeo de la misma dinastía (la XVIII, fundadora del Imperio Nuevo), bajo el poderoso Amenofis III, el padre de Akhenatón y abuelo de Tutankhamón. Estaba en el templo de Amón Ra en Karnak.
c. 1292 a. C. De sol: los más antiguos
El primer reloj solar propiamente dicho del que hay evidencia arqueológica (arriba) también vio la luz junto al Nilo. Descubierto en 2013 en el Valle de los Reyes, en Luxor, perteneció a la dinastía XIX. Aunque este ejemplar es posterior al más antiguo que se conserva de agua, los de sol fueron en realidad muy anteriores. Se remontan incluso a algunos megalitos prehistóricos.
520 d. C. De vela: ideal para interiores
Se sabe que esta vertiente de los relojes de fuego estuvo extendida entre los romanos. Sin embargo, su debut certificado tuvo lugar en un poema chino tardoantiguo, donde se explica su funcionamiento. Destacaron en el ecuador de la Edad Media en buena parte del planeta, utilizados a veces en combinaciones muy complejas.
725 Mecánico: un invento chino
El primer reloj con mecanismo de escape, según el Libro Guinness de los récords, lo ideó el monje budista Yi Xing y lo financió Liang Lingzan, un gobernante de la culturalmente brillante dinastía Tang. Estaba incorporado en un globo estelar mecánico que combinaba engranajes y propulsión en parte hidráulica (como en la foto superior).
960 De incienso: oler el tiempo
Documentadamente populares durante la dinastía Song, en pleno cenit medieval, pero ya empleados en la China del siglo vi, puede que tuvieran raíces indias. Indicaban el tiempo con la duración de las varitas quemadas, previamente medidas. Este modo agradable de dar las horas gozó de gran predicamento en toda el Asia oriental. Entre las geishas japonesas aún era común su uso a principios del siglo xx.
1338 De arena: plasmado al fresco
Hay referencias de un reloj de arena (arriba, uno contemporáneo) diseñado en el siglo viii por un monje de Chartres, pero la primera constancia rigurosa corresponde al prerrenacentista Ambrogio Lorenzetti. Pintó uno en el ayuntamiento de Siena, en un fresco, para aludir a la virtud de medir apetitos y pasiones.