En el umbral del Valle Sagrado
Ollantaytambo era tanto un fuerte y una residencia nobiliaria como un centro ceremonial, agrícola y logístico. A ello se debe la variedad de sus edificios.
> El parque arqueológico de Ollantaytambo comprende once grupos arquitectónicos diseminados por casi 35 hectáreas. Su núcleo, doble, está formado por la fortaleza principal, llamada la Casa Real del Sol, y la llaqta, el poblado inca. Las partes aún habitadas incorporan algunos elementos modernos, pero sectores enteros, así como el diseño urbano y la planta en la mayoría de las construcciones, pertenecen al histórico imperio andino.
> También destacan el templo del Sol (imagen inferior), con sus monolitos de pórfido rojo, y espacios rituales como los destinados a liturgias acuáticas. Es el caso de la fuente denominada baño de la Ñust’a, o el manantial, las escaleras y los nichos del Inca Misana, redescubiertos en 1980.
> Sin olvidar nunca su faceta militar, el sitio incluye también fortines secundarios, como los de Inkapintay y Choqana, en la margen izquierda del río Urubamba, posiblemente levantados para flanquear la entrada a la zona. El complejo tenía el acceso oficial en la puerta monumental Punkupunku.
> Otra característica propia de este yacimiento son sus componentes agrícolas, como las colcas, o almacenes, de Pincuylluna (foto superior), o como la andenería visible por todos los alrededores, incluso a kilómetros de distancia del núcleo urbano de Ollantaytambo.