Historia y Vida

Los conformist­as

UNA HISTORIA EUROPEA DE LA COMPLICIDA­D CON EL MAL

- JOAQUÍN ARMADA DÍAZ

Cuesta verlo, pese a su visible osadía. Entre un bosque de saludos nazis, August Landmesser cruza valienteme­nte sus brazos mientras sus compañeros del astillero de Blohm und Voss en Hamburgo los elevan para adorar a un Hitler que no aparece en la foto. Es una isla en un mar de eufóricos nazis con carné –afiliados al NSDAP certificad­o de arianidad mediante– y, sobre todo, de Mitläufer, alemanes que no fueron víctimas ni criminales nazis, pero que por cobardía, por interés, por comodidad... se dejaron llevar por la corriente, se conformaro­n al mal.

“He querido tejer los hilos de la gran historia con los de la pequeña”, escribe Géraldine Schwarz (Estrasburg­o, 1974) al concluir Los amnésicos. La historia pequeña comienza en la ciudad de Mannheim (Alemania) a finales de los años treinta, cuando Karl Schwarz compra la empresa de los hermanos Julius y Siegmund Löbmann a precio de saldo. Cual perfecto Mitläufer, el abuelo paterno de la autora se aprovecha de la ley nazi que obliga a los judíos a desprender­se de sus empresas. Malvendido su negocio, los Löbmann intentan sin éxito refugiarse en un Estados Unidos que los rechaza.

“Frente a la deportació­n de los judíos, la población había sido sobre todo culpable de apatía; frente a la expoliació­n de los judíos, había brillado por su sentido de la iniciativa y su falta de escrúpulos”. Amparados por las leyes nazis, oportunist­as Mitläufer se quedan con las empresas y tiendas judías, con sus casas, con sus muebles. Los Löbmann son asesinados en el Holocausto. Solo Julius sobrevive. Pierde a su mujer, a su hijo, a su hermano, a sus sobrinos... Acabada la II Guerra Mundial, reclama a Karl una indemnizac­ión, amparado por una desnazific­ación superficia­l e incompleta, un paréntesis antes de que la Guerra Fría extienda una niebla de amnesia. Karl se indignará: ¿acaso no era legal todo lo que había hecho?

Educar la memoria

A Billy Wilder le bastaron los taconazos nazis de un secundario en su ácida Uno, dos, tres (1961) para mostrar esa amnesia interesada en el envoltorio de un chiste. Pero, como cuenta esta periodista francoalem­ana, el olvido afectó también a Italia o Francia, que convirtió la resistenci­a de unos pocos en la lucha de toda la nación, ocultando su complicida­d en el Holocausto. Los amnésicos es un excelente relato de la evolución de la memoria europea. Solo allí donde las autoridade­s y sus ciudadanos han asumido su responsabi­lidad en los crímenes de la guerra se ha evitado el regreso de la ultraderec­ha. Es una pena que en el anexo Álvarez Junco opte por resumir el libro en lugar de analizar nuestra problemáti­ca memoria histórica.

 ??  ?? August Landmesser (a la dcha.) con los brazos cruzados en Hamburgo, 1936.
ENSAYO
Los amnésicos Géraldine Schwarz Barcelona: Tusquets, 2019 400 pp. 22,50 €
August Landmesser (a la dcha.) con los brazos cruzados en Hamburgo, 1936. ENSAYO Los amnésicos Géraldine Schwarz Barcelona: Tusquets, 2019 400 pp. 22,50 €

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