La sombra de Bismarck
Pugnas de una mujer en una Alemania nacionalista
El escritor y juez alemán Bernhard Schlink se dio a conocer internacionalmente con El lector (Anagrama, 2019), una historia de amor situada en la posguerra alemana que se desarrollaba a la sombra de los crímenes del nazismo. En Olga, Schlink vuelve a mirar al turbulento pasado de su país: el imperio de Bismarck, las expediciones y guerras coloniales
(con especial atención al genocidio herero en el sudoeste de África), las dos guerras mundiales, la reconstrucción de Alemania Occidental durante la posguerra, las revueltas estudiantiles de los setenta... Aunque, en esta ocasión, el autor lo hace a través de los ojos de una protagonista femenina completamente distinta. Olga Nowak es una mujer de origen humilde, nacida durante el imperio alemán del siglo xix, que, gracias a su inteligencia y tesón, llega hasta donde las restricciones sociales le permiten: ser maestra de escuela. Como ha explicado el autor en su reciente visita a España, el personaje está inspirado en su madrina, una maestra rural de gran entereza moral (se negó a impartir clases sobre la raza durante el nazismo), que “vivió por debajo de sus capacidades entre hombres que vivían por encima de las suyas”. A través de su peripecia vital, marcada por una convulsa relación amorosa, el autor reflexiona sobre las terribles consecuencias de las ambiciones y fantasías del nacionalismo alemán.
Olga está dividido en tres partes, correspondientes a tres puntos de vista diferentes. La primera es una narración en tercera persona sobre la vida de la protagonista hasta los años cincuenta. La segunda es el testimonio de los siguientes años de Olga, narrados en primera persona por un joven que la conoció cuando era niño. Y la tercera son las cartas que Olga envió a su amado a lo largo de su vida, donde se revelan aspectos ocultos de su existencia. Tres miradas, cada vez más íntimas, sobre la vida de una mujer y los acontecimientos históricos que le tocó vivir.