El día después de la División
La creación de última hora de la Legión Azul.
> A tenor de las sucesivas derrotas germanas del otoño de 1943, la idea de que el Reich iba a perder la guerra planeaba sobre las cancillerías de los países neutrales, que, muy presionadas por los aliados, se adaptaron a la nueva situación. Madrid no solo pasó de una no beligerancia –nunca derogada– a la neutralidad, sino que retiraría a la División Azul del frente ruso.
> Aun así, no se podía agraviar a los alemanes (sus tropas se hallaban en los Pirineos) ni dar síntomas de vergonzoso abandono, por lo que se acordó dejar una fuerza de unos tres batallones (“banderas”) al mando del coronel Antonio García Navarro. La denominada Legión Azul contaría con 2.269 voluntarios, aunque algunos no lo fueran, y un nivel regimental. No iba a disfrutar de relevos, y quedó en Rusia hasta su extinción o repatriación.
> Concentrada en Jamburg (Kingisepp), la nueva unidad fue desplegada a finales de 1943 en el frente de Kostovo como integrante de la 121.ª División de Infantería alemana. Sufrió la imparable ofensiva del Ejército Rojo, que la obligó a unirse a la retirada general germana, hasta que, el 11 de febrero de 1944, Madrid solicitara oficialmente su repatriación. Sus últimos miembros, junto a su coronel, entrarían en España el 12 de abril de 1944.
> Sin embargo, no todos volvieron. Alrededor de trescientos, estos sí por voluntad propia, unieron su suerte a la de las armas germanas.