La represión de las Mariposas
Tres hermanas torturadas y asesinadas por ser opositoras
Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa (abajo), conocidas como “las Mariposas”, descendían de una familia acomodada de Salcedo. Eran cultas, inteligentes, inquietas, y desde muy jóvenes se convirtieron en antitrujillistas, defensoras del feminismo y miembros del grupo clandestino de oposición 14 de Junio. No ocultaban sus críticas en público a la represión y falta de libertades, y pronto empezaron a sufrir la persecución del régimen. Fueron detenidas varias veces y continuamente amenazadas por el SIM, la policía política de Trujillo.
En la noche del 25 de noviembre de 1960, apenas dos semanas después de haber sido puestas en libertad tras una de tantas detenciones, un comando asaltó su domicilio. Fueron violadas, torturadas y asesinadas a golpes. Los autores de la matanza sacaron de la casa los cadáveres, los metieron en un coche y lo estrellaron para simular que había sido un accidente.
minicanos que se rebelaban contra aquella situación. El dictador avergonzaba con su vanidad, atemorizaba con su crueldad, escandalizaba con sus esperpentos –como cuando nombró a su hijo Ramfis coronel a los siete años, y general y jefe de las Fuerzas Armadas a los diez– y soliviantaba con la corrupción desenfrenada que enriquecía a su numerosa familia. Todo concluyó en la noche del 30 de mayo de 1961 en el kilómetro 9 de la carretera de San Cristóbal. Cuando se dirigía a visitar a su amante, fue víctima de una emboscada tendida por un grupo de once hombres dotados de armas proporcionadas por la CIA. Recibió sesenta balazos. Intentó escapar revólver en mano, pero fue rematado en tierra por el líder del grupo, Antonio Imbert Barrera, futuro presidente de la República. Los autores del atentado consiguieron escapar, y el poder provisional fue asumido por el vicepresidente –y luego presidente en varias legislaturas– Joaquín Balaguer. Miles de personas desfilaron ante el cadáver del dictador. Tras los funerales de Estado, celebrados con toda la pompa en la catedral, sus restos fueron sepultados en la cripta de la iglesia de San Rafael, que había mandado construir para él y su familia. El país entró en una etapa de enorme confusión. Los colaboradores más fieles, encabezados por su hijo Ramfis, intentaron sin éxito controlar el poder. El 19 de noviembre, cinco meses y nueve días después del magnicidio, la Fuerza Aérea, mandada por el teniente coronel Manuel Durán Guzmán, se rebeló en Puerto Plata, bombardeó algunos cuarteles y el Ejército se rindió. Aquella misma noche, Ramfis, su madre, hermanos y demás familiares embarcaron en el yate Angelita con los restos de Trujillo y 95 millones de dólares en lingotes de oro a bordo. Desde la isla vecina de Guadalupe continuaron viaje a París en avión. El cadáver del dictador fue enterrado en el cementerio francés de Père Lachaise, donde permaneció hasta 1970, en que fue trasladado al mausoleo familiar preparado en Mingorrubio, en las afueras de Madrid. Su país se ha negado hasta hoy a acoger sus restos. ●
Nombró a su hijo Ramfis coronel con solo siete años y general con diez