Un manantial enriquecedor
EL FÉRTIL Y DIVERSO LEGADO DE LOS JUDÍOS A LA MODERNIDAD
La modernidad no se explicaría sin las aportaciones judías. Así lo demuestra desde múltiples ángulos Cuando Einstein encontró a Kafka. No es solo que la física relativista sería imposible sin el primero y la literatura contemporánea, inimaginable sin lo kafkiano. ¿Cómo habría sido la política del siglo xx sin el marxismo? ¿Y la psicología sin Freud? También cojearían un cine carente de Hollywood y un cómic sin Superman. Tanto como el feminismo anarquista sin Emma
Goldman. Por no haber, no habría ni Unicef repartiendo comida a los niños refugiados, también una iniciativa judía (del bacteriólogo polaco Ludwik Rajchman), ni Google para buscar información. El mundo actual sería un lugar irreconocible. Falto de valiosas narraciones que disfrutar –de Kafka como en el título, pero también de Proust, Schwob y Zweig–, no lo tendrían mejor los científicos como Einstein. Según cuantifica el ensayo, desde sus orígenes hasta 2019, casi el 24% de los premios Nobel “han sido otorgados a ciudadanos de origen judío”. “Algo increíble”, hay que admitir, “para una comunidad que apenas alcanza el 0,2% de la población mundial”.
Relaciones insospechadas
Aunque este libro no es, indica el autor, una historia sobre los judíos como pueblo o el judaísmo como religión, trata algunos conceptos básicos como “su diáspora, sus migraciones y sus integrantes más ilustres”. Es para estudiar “cómo su presencia e influencia se ha extendido por diversos ámbitos del mundo contemporáneo” desde que las revoluciones americanas y francesa volaron, con el Antiguo Régimen, las puertas de los guetos para propiciar una sociedad más igualitaria y tolerante. Director general de la Fundación Hispanojudía de 2015 a 2018, el periodista y escritor pontevedrés Diego Moldes organiza el texto en tres partes. A la primera, más analítica –con reflexiones al día sobre antisemitismo, educación o los altibajos con el cristianismo–, sigue el auténtico meollo del trabajo. Medio millar de páginas dedicadas a repasar a buen ritmo, con datos curiosos y algunas relaciones insospechadas –como que la cantante Olivia Newton-john desciende de un pionero de la física cuántica y dos importantes juristas alemanes–, la gravitación judía en el sindicalismo estadounidense, la Escuela de Fráncfort, la inteligencia artificial y muchos, muchos otros apartados temáticos. Ocho apéndices heterogéneos cierran este dilatado tomo con tanta variedad en su forma (largas citas de Bertrand Russell, poemas, entrevistas) como en su contenido.