PÓQUER DE REINAS AGUERRIDAS
Un cuarteto medieval de mujeres que se anticipó a las soberanas Tudor
Los abonados a Netflix juegan con ventaja para abordar este libro. La miniserie She-wolves: England’s Early Queens se basó en este ensayo de 2010 que acaba de publicarse en español. El volumen ofrece todas las ventajas del formato papel sobre el audiovisual (más ideas, más información, más personajes), además de una estructura distinta. Es en sándwich, no cronológica, como en la serie. Calificada por la medievalista de Cambridge Helen Castor, su autora –y presentadora del documental–, como “una obra narrativa, más bien biográfica-explicativa que teórica”, Lobas comienza y termina en la Inglaterra Tudor.
Sus secciones inicial y final desarrollan, en efecto, el desafío sucesorio que planteó la muerte prematura de Eduardo VI en el siglo xvi. Era el heredero menor, pero varón, del polígamo Enrique VIII. ¿Dónde estribaba el problema? En que no había otras alternativas a la Corona que mujeres. Esto en una sociedad demoledoramente patriarcal. Una mujer terminó empuñando el cetro, el orbe y la espada de modo estable y esplendoroso (tras la efímera y trágica Juana Grey y “la pálida y beata María” la Sanguinaria, la primera princesa aceptada como una aspirante legítima al trono inglés). Pero esa mujer, por lo visto, llegó a declarar en 1588: “Sé que poseo el cuerpo de una mujer débil y frágil, pero tengo el corazón y las tripas de un rey”. Así tenía que justificar su rol regio la mismísima Gloriana, la Reina Virgen, Isabel I de Inglaterra.
Mujeres a contracorriente
Estas son apenas las alas del núcleo duro del libro. Para ilustrar su leitmotiv (es decir, cuán a la contra tuvieron que bregar por el poder varias soberanas por ser mujeres en un mundo masculino), la autora da un salto atrás a un escenario aún más testosterónico que el renacentista. Castor dedica el grueso de la obra a explicar las vidas, personalidad, actos y circunstancias de otras tantas monarcas medievales. Se trata de la emperatriz anglonormanda Matilde de Inglaterra (1102-67), que luchó dos décadas por entronizar a su hijo. Luego pasamos a la famosa Leonor de Aquitania (1124-1204), esposa y dolor de cabeza recurrente del susodicho, Enrique II. Después es el turno de Isabel de Francia (1295-1358), una Capeto que desposó, y depuso con un amante, a un Plantagenet. Y finalmente, Margarita de Anjou (1430-82), otra consorte francesa, que sustituyó de facto al inútil de su cónyuge Enrique VI y guió a los Lancaster en la guerra de las Dos Rosas.
La pluma de Castor vuela narrativa y erudita, colorida y mordaz, sobre estas cuatro rebeldes que anticiparon la consagración femenina de la era Tudor. Mejor que a toda pantalla.