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LA CULTURA COSMOPOLITA EN EL SIGLO XIX
MEGÁPOLIS
Lunes, 22.00 h
Los restos arqueológicos de Atenas, Roma, Alejandría o Tikal son legendarios. Sin embargo, entre sus ruinas permanecen ocultas muchas de sus incógnitas. ¿Cómo se convirtieron estas urbes incomparables en grandes templos del conocimiento? En cuatro episodios, esta serie reconstruye con espectacularidad unas civilizaciones perdidas llenas de tesoros.
EL PRECIO DE LA HISTORIA
Viernes, 22.50 h
En Las Vegas, además de casinos y hoteles de lujo, encontramos la casa de empeños Gold & Silver. Allí, tres generaciones de una misma familia, los Harrison, se esfuerzan en determinar el valor de los objetos que llegan a sus manos. ¿Cómo distinguir un utensilio cotidiano de una pieza histórica? Hace falta un ojo muy experto.
Sus best sellers sobre historia de Rusia han convertido al británico Orlando Figes en uno de los historiadores más internacionales del momento. En Los europeos, su último libro, vuelve a ofrecernos una obra ambiciosa, ampliamente documentada y escrita con el savoir faire propio de los autores anglosajones. En esta ocasión, traza un amplio fresco de cómo, en el siglo xix, se construyó una
Retrato de Pauline Viardot, en el Museo de la Vida Romántica de París. mismas referencias literarias y artísticas, en las que reconocían unos valores por encima de sus respectivas nacionalidades. Nuestro autor contempla Europa como un todo, un espacio donde se dieron intercambios que condujeron a una globalización cultural, tanto más brillante cuanto mayor fue el internacionalismo. Ya en 1816, con el éxito de El barbero de Sevilla, Rossini pasó a ser el compositor operístico de moda en todas partes. En palabras de su biógrafo Stendhal (1783-1842), fue un “Napoleón musical” capaz de conquistar los teatros de cualquier punto geográfico.
ENSAYO
Los europeos Orlando Figes Madrid: Taurus, 2020 666 pp. 27,90 € cultura común en el Viejo Continente. Con la extensión del ferrocarril, los creadores pudieron desplazarse con mucha más facilidad por distintos países. Mientras tanto, como señala Figes, surgió “un mercado internacional para las reproducciones baratas de cuadros, libros y partituras”. De esta forma, llegó un momento, hacia 1900, en que ciudadanos de distintos estados compartían unas
Arte y rentabilidad
Como hilo conductor del relato, encontramos a tres personas fascinantes que formaron un triángulo amoroso: la cantante Pauline Viardot; su marido, el crítico de arte Louis Viardot; y el escritor Iván Turguénev, amante de Pauline. Esta, por cierto, era la hermana de la soprano María Malibrán, una de las grandes divas de la época. Figes sigue a su trío protagonista en sus viajes por el continente, desde España a Rusia, y se detiene a explicarnos quiénes fueron sus conocidos, las máximas figuras de la cultura europea del momento, luminarias como los novelistas Dickens y Dostoievski, músicos como Chopin o pintores como Delacroix. Si en otras épocas el artista vivía de la protección de un mecenas, en el siglo xix tuvo que adaptarse a los retos del mercado. Eso fue lo que consiguieron los Viardot y Turguénev, tanto a nivel personal como en su dimensión de promotores de otros escritores y músicos. Gracias a su intermediación, muchos de sus colegas tuvieron la oportunidad de difundir su producción en el extranjero. El arte se había transformado en un negocio en el que no bastaba el talento, hacía falta instinto empresarial para venderse de la mejor manera posible.
ENSAYO
Una violencia indómita
Julián Casanova Barcelona: Crítica, 2020 400 pp. 21,90 €
En 1938, el pensador y político italiano Benedetto Croce afirmaba en su obra La historia como pensamiento y como acción: “La violencia no es fuerza sino debilidad, nunca podrá crear cosa alguna, solamente la destruirá”. Así lo demuestra el nuevo ensayo de Julián Casanova. El historiador bucea en el mar de la violencia a lo largo del siglo xx. Y lo hace desde la exhaustiva investigación que ha llevado a cabo en la Central European University de Budapest y en el Institute for Advanced Study de Princeton. Dato importante para valorar la aportación de esta obra. Bajo un prisma innovador y a través de un análisis comparado, Casanova destaca en su estudio la relevancia de Europa central y del este, y de los países mediterráneos, en el acontecer de esa “violencia indómita” que marcó a sangre y fuego el pasado siglo. El arranque lo sitúa en el asesinato de Elisabeth de Austria, Sisi, símbolo de las antiguas monarquías del Viejo Continente, y prosigue con una lúcida valoración del colonialismo antes de 1914. Etnonacionalismo, racismo y darwinismo social actuaron, en su opinión, como semillas de la Gran Guerra. Pero el discurrir del pasado siglo deparaba otros siniestros capítulos. “Fascismo y violencia fueron unidos desde el principio, porque los fascistas contemplaron la violencia no solo como un instrumento en la lucha política, sino como el ‘elemento unificador’ de su propia existencia”, subraya Casanova. El historiador rompe además con la muy aceptada división del siglo xx en dos mitades de contrastes, una primera muy
sacudieron la conciencia europea a finales del pasado siglo.
violenta y una segunda pacífica. Para ello, analiza con minuciosidad diferentes episodios que permiten vislumbrar los distintos rostros de la violencia. De la limpieza étnica a la represión política, como la llevada a cabo por parte del régimen soviético en insurrecciones como las de Berlín, Budapest y Praga, para concluir en la guerra genocida de los años noventa en la antigua Yugoslavia. Otra importante contribución de esta obra es la incorporación de temas menos estudiados, como la explotación de los niños y las atrocidades contra las mujeres en los conflictos bélicos. “Las violaciones masivas de mujeres musulmanas en Bosnia-herzegovina –y el subsiguiente reconocimiento internacional como crímenes de guerra– fueron las que orientaron una nueva historiografía de estudios sobre la violencia sexual en otras guerras”, afirma Casanova. Un ensayo que muestra las cicatrices de un siglo que, entre el progreso y la modernidad, escribió muchas páginas negras.