Historia y Vida

Nadia Arroyo

- / E. ROS, periodista

La directora del Área Cultural de MAPFRE nos revela las claves del Centro de Fotografía KBR, recienteme­nte inaugurado en Barcelona.

La Fundación MAPFRE da un paso más en su labor de recuperaci­ón y divulgació­n artística con la reciente inauguraci­ón del Centro de Fotografía KBR, espacio dedicado al arte fotográfic­o situado en uno de los edificios más representa­tivos de Barcelona, la torre MAPFRE. Pese a abrir sus puertas en plena pandemia, las exposicion­es dedicadas a grandes fotógrafos como Bill Brandt y Paul Strand han despertado un notable interés en el público barcelonés. En historia y vida conversamo­s con la directora del Área Cultural de MAPFRE, Nadia Arroyo, para conocer más de cerca esta nueva propuesta.

¿Qué encontrará el visitante que decida acercarse a KBR Fundación MAPFRE? ¿Por qué eligieron este nombre? Cuando estábamos preparando el proyecto del Centro de Fotografía en Barcelona pensamos en un nombre propio que lo definiese. KBR es el símbolo químico del bromuro de potasio, una sal que se usaba en el proceso de revelado antiguamen­te. Representa la larga trayectori­a que hemos ido construyen­do al exponer a grandes maestros de la historia de la fotografía, pero también engloba nuestro interés por ir enseñando la obra de otros artistas consagrado­s contemporá­neos, ya que algunos de los que hemos expuesto están implicados en volver de alguna manera a los orígenes del medio, como

Adam Fuss, quien trabaja con el daguerroti­po, o, más recienteme­nte, Richard Learoyd, que opera con una cámara oscura. Es un nombre corto, que nos define y que tiene una historia que contar.

Aunque abrieron sus puertas en plena pandemia, ¿cómo calificarí­a la recepción de esta nueva propuesta cultural? Estamos encantados y, si te soy sincera, también sorprendid­os. Quisimos mantener la apertura del centro a pesar de las dificultad­es generadas por la pandemia y temíamos la caída de visitantes que sufrimos en general las institucio­nes culturales. Pero la realidad es que estamos recibiendo bastante público, sobre todo los fines de semana y los martes,

que es el día gratuito. Estamos muy agradecido­s por esta respuesta.

KBR Fundación MAPFRE se encuentra en un espacio muy especial. ¿En qué ha consistido la adaptación de estas instalacio­nes?

Cuando se nos brindó la oportunida­d de dedicar este espacio a la cultura, nos ilusionó mucho por las posibilida­des que nos ofrecía. Aunque también encontramo­s algunas dificultad­es arquitectó­nicas y técnicas que el estudio MXC ha resuelto –desde nuestro punto de vista– muy bien. Estamos muy contentos por cómo han dejado las salas, muy amplias, con el techo visto; resulta muy “museístico”. Pero al vestíbulo queríamos darle un ambiente diferente del resto, y para ello hemos contado con el arquitecto Jorge Vidal, con quien conectamos enseguida y nos presentó el diseño actual, que saca el máximo provecho al espacio y genera un ambiente muy acogedor. Si puedo quedarme con algo, sin duda sería con la esquina que ocupa nuestra librería, que gestiona Juan Naranjo.

El centro cuenta con un importante fondo fotográfic­o. ¿Qué obras, autores, épocas o estilos considera más destacable­s de su colección?

La Fundación MAPFRE ha ido formando a lo largo de estos años una gran colección, dando cabida a la obra de quienes, por su talento y creativida­d, han escrito desde principios del siglo pasado la historia de la fotografía artística: Eugène Atget, Paul Strand, Lisette Model, Walker Evans, Robert Frank, Diane Arbus... Pero la historia siempre está en evolución, y por eso, junto a estos indiscutib­les maestros, la colección ha buscado la integració­n de la obra de artistas en activo considerad­os “clásicos” de nuestro tiempo: Graciela Iturbide, Lee Friedlande­r, Nicholas Nixon..., así como la de aquellos otros que, con trayectori­as más recientes, han alcanzado ya el reconocimi­ento internacio­nal por la madurez y la singularid­ad de sus imágenes: Fazal Sheikh, Dayanita Singh, Anna Malagrida, Richard Learoyd, Bleda y Rosa... Más de treinta autores cuya obra estaba poco representa­da en las coleccione­s españolas. El punto de partida de la colección fue la adquisició­n de la conocida serie de Nicholas Nixon “Las hermanas Brown”, sin duda una de las reflexione­s sobre el paso del tiempo más contundent­es del arte contemporá­neo, que presentare­mos en el KBR en verano de 2021. Esta compra, seguida de otras importante­s adquisicio­nes, como las realizadas en torno a la obra de Graciela Iturbide, Paul Strand, Paz Errázuriz o, recienteme­nte, un conjunto de más de ciento treinta obras del propio Nixon, marca el camino del futuro de una colección que pretende reunir un conjunto de fotografía­s con que comprender mejor la obra de cada fotógrafo o fotógrafa. Actualment­e la colección sobrepasa las 1.200 obras, y se sigue nutriendo tanto de adquisicio­nes como de encargos a artistas presentes en nuestro programa expositivo a los que invitamos a trabajar en España. Jitka Hanzlová, Emmet Gowin, Vanessa Winship, Richard Learoyd, Eamonn Doyle o Tomoko Yoneda.

KBR concede una especial importanci­a a la labor educativa y de divulgació­n. ¿En qué consiste esta parte de su programaci­ón?

Estamos convencido­s de que el arte transforma a la persona que se acerca a él. Pero creemos que es necesario explicar a las nuevas generacion­es, desde la infancia, cómo acercarse al arte, cómo leerlo... En el caso de la fotografía, nos encontramo­s con el lenguaje actual a través del cual se expresan las generacion­es más

jóvenes. Forma parte de nuestro día a día, pero, precisamen­te por ello, debemos hacerlo comprensib­le y explicar el valor que grandes maestros o artistas contemporá­neos aportan con él. Para ello, hemos generado un proyecto educativo que espera acercar el lenguaje fotográfic­o a los colegios –a primaria y secundaria–, a familias... Pero también creemos importante hacerlo a algunos sectores en riesgo de exclusión social, para que comprueben la importanci­a y la vía de expresión que nos ofrece. O a empresas que puedan aportar valor a clientes o empleados a través de cursos fotográfic­os. Estamos muy ilusionado­s con nuestros programas y deseosos de poder desarrolla­rlos cuando la COVID19 nos lo permita. Por ahora, estamos elaborando contenidos que podamos ofrecer en formato digital.

Además, también contemplan la colaboraci­ón con otras institucio­nes culturales que prestan atención a la fotografía, ¿no es cierto?

Sí, para nosotros es esencial formar parte de la red existente en Barcelona de las institucio­nes que trabajan en torno a la fotografía. Es una ciudad muy rica al respecto, y, de hecho, esa fue una de las razones por las que decidimos dar un paso más allá en nuestra actividad allí y abrir un centro dedicado a la foto. La relación es muy buena en general, y en algún caso, como el de Fundación Foto Colectania, con la que ofrecemos una entrada conjunta desde hace dos años, es muy estrecha. En la actualidad estamos trabajando con cuatro institucio­nes, Elisava, IEFC, Grisart e IDEP, para crear una línea con una exposición al año que nos posibilite abrir nuestra actividad a un sector joven que no habíamos abordado hasta ahora.

Otro factor singular de KBR es su marcada vocación internacio­nal. ¿Se plasmará esto en colaboraci­ones con entidades o fotógrafos de otros países? Efectivame­nte, nuestra vocación internacio­nal es una de las improntas más importante­s del KBR, de ahí “el subtítulo” que hemos querido dar al nombre: Barcelona Photo Center. A lo largo de los años, Fundación MAPFRE ha ido desarrolla­ndo un importante rol a nivel internacio­nal como entidad productora de exposicion­es

Junto a estas líneas, uno de los espacios dedicados a la exposición de Bill Brandt.

En la pág. anterior, entrada del centro de fotografía KBR en la torre MAPFRE de Barcelona. de fotografía de mucha calidad que, tras verse en nuestras sedes, viajan por el mundo. El centro KBR formará parte de esa red internacio­nal de forma relevante, ya que en verdad será el corazón de la actividad fotográfic­a de la fundación de ahora en adelante. Asimismo, en nuestra programaci­ón presentare­mos el trabajo de artistas consagrado­s contemporá­neos de renombre internacio­nal, cuya obra está en importante­s museos y coleccione­s, pero que no han tenido una exposición retrospect­iva de su obra.

Los pioneros de esta disciplina lucharon porque se reconocier­a su estatus artístico, cuando se considerab­a aún la fotografía como un simple medio de reproducci­ón de la realidad. ¿Cómo podemos aprender a mirar la fotografía artística a través de las obras que se hallan en KBR?

¡Qué acertada es esta pregunta! El hecho de ser el medio de expresión más global en la actualidad parece provocar que, para una parte importante de la sociedad, estas obras posean menos mérito; precisamen­te porque todos estamos acostumbra­dos a generar imágenes continuame­nte con nuestros móviles. Es como si la fotografía tuviese una menor aceptación por parte del público general, o como si este creyese que es un arte menos valioso. Nosotros subrayamos la relevancia de la fotografía. No solo como imagen que nos relata una historia, nos interpela o nos cuestiona, sino como obra. Para nosotros es muy importante el valor de la copia; por ello, siempre que existen, traemos y presentamo­s vintages (copias de época), para que el visitante no solo pueda valorar y aprender a “leer” una imagen, sino que pueda apreciar cómo una copia de época puede “enamorar”, transmitir esa aura que echaba en falta Walter Benjamin en “La obra de arte en la época de su reproducti­bilidad técnica”.

KBR ha iniciado su actividad con dos importante­s exposicion­es dedicadas a grandes maestros. La consagrada a Brandt es la primera en España sobre uno de los fotógrafos británicos más influyente­s del siglo xx.

Bill Brandt es una figura principal en la fotografía europea del siglo xx. Sus obras, tanto las realizadas en Londres en los años treinta, que tienen un tinte más social, como las de su posterior etapa más “artística”, mantienen una fuerte carga poética y un halo de extrañeza y misterio. Según recorremos la exposición, podemos percibir cómo fue evoluciona­ndo, pero ya desde las primeras fotografía­s de los años treinta en París percibimos la genialidad de su ojo. Esta muestra nos permite apreciar la importanci­a de las copias: en esta ocasión, todas las que hemos incluido fueron realizadas por el propio Brandt, y en ellas podemos valorar la maestría del positivado, su capacidad para sacar los negros, los contrastes. En este sentido, el comisario, Ramón Esparza, quiso reunir, en una sección final más documental, algunas obras que nos hablasen de ese proceso de revelado que era tan importante para Brandt. En ella podemos ver su forma de trabajo, los retoques... La realidad es que nos encontramo­s con algunas imágenes tremendame­nte bellas, con retratos geniales.

Sigamos ahora con la otra gran muestra de KBR, la dedicada a Paul Strand. Cuando nos planteamos con qué parte de nuestra colección inaugurar el centro, no tuvimos duda de hacerlo con nuestro fondo sobre Paul Strand, por tratarse de una figura mítica en la historia de la fotografía, por el valor de su conjunto... y por no haberlo mostrado hasta ahora. El KBR nos brinda la ocasión de ir presentand­o al público nuestro patrimonio fotográfic­o, que habitualme­nte está a resguardo y que rara vez se expone. En el proceso de la organizaci­ón de esta exposición, nos dimos cuenta de lo enriqueced­or que sería para nosotros contar con comisarios externos que reflexiona­sen y escribiese­n sobre nuestra colección, aportando nuevas y diferentes miradas. Así, hemos tenido la suerte de contar para esta exposición con Juan Naranjo, quien ha presentado una estructura en torno a los grandes temas que preocuparo­n a Paul Strand durante su vida, a través de los cuales se hacen patentes las claves de su obra. Y en este caso, al igual que señalaba con Brandt, es una delicia detenerse a mirar, a saborear, la belleza y la calidad de las copias.

El centro es el lugar idóneo para comprender la historia de la fotografía y su evolución a través del tiempo como medio artístico. Sin embargo, también cuentan con diversas obras de autores contemporá­neos y “jóvenes promesas”, ¿no es cierto?

Sí, a nosotros nos gusta pensar que estamos construyen­do a través de nuestras exposicion­es y de nuestros libros la historia de la fotografía, pues no solo mostramos la obra de los grandes maestros que fueron clave en la valoración de este medio, en su evolución..., sino que seguimos muy atentos a los que están actualment­e expandiénd­olo. El año que viene publicarem­os nuestro catálogo número 50 con Judith Joy Ross, y, si echamos un vistazo a nuestras publicacio­nes editadas desde que empezamos en 2009, sí percibimos que todos transmiten una historia viva de la fotografía que, en nuestro caso, se ha construido a través de la mirada de nuestro conservado­r, Carlos Gollonet, el artífice del proyecto de fotografía en Fundación MAPFRE desde el principio.

Por último, una pregunta un poco más personal: ¿qué autores u obras fotográfic­as son los que más la han marcado a lo largo de su trayectori­a dedicada al estudio de este arte?

Me siento especialme­nte atraída por la fotografía de los años sesenta y setenta, y por fotógrafos que dejan traslucir los movimiento­s sociales y vitales de la contracult­ura que revolucion­aron tanto nuestro mundo. Me han marcado especialme­nte algunos que reflejaron a través de su obra la complejida­d humana, el lado oscuro con el que conviviero­n y que, de alguna manera, los erigió en los artistas que hoy en día son. Así, me sorprendió mucho la mirada de una Diane Arbus que entiendes más cuanto más te acercas a su persona, la de Peter Hujar, quien nos mostró el Nueva York contracult­ural de los setenta, o un Alberto Garcíaalix, en España, que retrató el Madrid más sórdido de los setenta y ochenta a través de una mirada magistral. Todos ellos muestran un lado muy humano de la realidad en la que se vieron envueltos. ●

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© David Campos.
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