CATALINA WILLOUGHBY LA CASI SÉPTIMA ESPOSA DE ENRIQUE VIII
La duquesa de Suffolk mantuvo una relación sentimental con el monarca, pero los avatares políticos y dinásticos impidieron el matrimonio.
Hacia el final de su vida, Enrique VIII estuvo a punto de forzar un capítulo extra de los Tudor, en la historia y en Netflix. No contento con las seis esposas que se habían ido sucediendo a medida que perdían el favor real –y algunas también la cabeza–, quiso contraer matrimonio con la que hubiera sido la séptima. La elegida se llamaba Catalina, como la sexta, y para rizar el rizo era la mejor amiga de aquella. En los últimos años, una serie de documentos han mostrado hasta qué punto Enrique VIII perdió la cabeza, esta vez figuradamente, por una dama de veintiséis años, atractiva, muy rica y con carácter. Atendía al nombre de Catalina
Willoughby (1519-80), también conocida como madame Suffolk, era duquesa del mismo nombre y, en otro giro que se diría novelesco, viuda del mejor amigo de Enrique VIII. O los Tudor vivían en una burbuja tipo Covid, o realmente su mundo era muy pequeño.
En febrero de 1546, menos de un año antes de la muerte del rey británico (en enero de 1547), el embajador imperial François van der Delft daba cuenta a su señor, Carlos I de España y V de Alemania, de los rumores que inflamaban los círculos diplomáticos y aristocráticos de Londres sobre las intenciones del jefe de los Tudor, tal como explica el historiador David Baldwin en Henry VIII’S last love (El último amor de Enrique VIII).
“Señor, estoy confundido y temeroso de informar a Su Majestad que hay rumores aquí de una nueva reina, aunque no sé por qué ni cuán cierto puede ser. Algunas personas lo atribuyen a la esterilidad de la reina; por el contrario, otras dicen que no habrá cambios mientras dure la actual guerra. Se habla mucho de madame Suffolk y goza de un gran favor, pero el rey no muestra ninguna alteración en su comportamiento hacia la reina, aunque esta última, según me han informado, está algo molesta por los rumores”, explicaba el embajador. La guerra era el enfrentamiento con Francia, y la reina, Catalina Parr, quien a la postre conseguiría sobrevivir a su esposo y mantener su matrimonio hasta el