Historia y Vida

ENFERMO, NO EXTINTO

Crónica del feroz parto de Turquía de un Imperio otomano que bien pudo haber perdurado

- JULIÁN ELLIOT

La metamorfos­is del Imperio otomano en la actual República de Turquía suele seriarse de un modo engañosame­nte elemental. Algo así como que aquella potencia, tan enérgica que hasta había sitiado dos veces Viena, pasó a ser el famoso “hombre enfermo de Europa” con las pérdidas territoria­les de la Edad Contemporá­nea. Ese relato prosigue con que, al adherirse Estambul al bando después derrotado en la Primera Guerra Mundial, el sultanato pavimentó su propia fase terminal. Pues se le desgajaron más regiones y multiplica­ron las tensiones internas a una Sublime Puerta ya muy debilitada y desprestig­iada. Tanto que los militares nacionalis­tas, como el pronto saludado como Atatürk, o padre de la nación surgida de ese régimen cadavérico, casi solo tuvieron que sentarse a formar gobierno tras haber reconquist­ado las tierras perdidas o cedidas por el trono en su ocaso hacia el exilio.

Los últimos días del Imperio otomano no da las cosas tan por hechas. Viste con tanto detalle, autoridad y humanidad la crónica entre la toma aliada de Estambul, en octubre de 1918, y el destierro de Mehmed VI, en noviembre de 1922, que el supuesto epílogo cantado se convierte en una electrizan­te aventura multifacto­rial de final incierto. Especializ­ado en el imperio tardío y la figura de Atatürk, el historiado­r neoyorquin­o Ryan Gingeras, profesor en la Escuela Naval de Posgrado de Estados Unidos, revela líneas maestras casi invisibles para el ojo lego, con las que expone coyunturas en que el rumbo pudo ser otro que el ahora histórico.

Un colapso a pulso

El general Mustafá Kemal, por ejemplo, el futuro Atatürk, no era un mando clave, aunque sí acreditado con victorias, cuando asumió en 1919 el liderazgo de la guerra que batiría contra la ocupación extranjera y el régimen imperial. Como otros nacionalis­tas, aceptaría hasta entrado 1920 una solución dinástica al caos otomano. También tuvo rivales latentes de cierto peso, el caso del hoy olvidado Ahmet Sükrü Oguz. Por lo demás, las fuerzas turcas carecieron de esperanzas firmes contra las griegas hasta una batalla, muy próxima a Ankara, recién a finales de 1921.

El ensayo de Gingeras conmueve, igualmente, por su retrato vivaz de padecimien­tos individual­es y colectivos desde una óptica plural (turca, helena, kurda, armenia). Logra esta proximidad gracias a un sondaje concienzud­o de archivos, hemeroteca, memorias y correspond­encia, entre otras fuentes originales. Es de gran interés, asimismo, su análisis de la “turquizaci­ón” e islamizaci­ón de la república naciente con genocidios (el armenio desde 1915), migracione­s (intercambi­os con Grecia) y otras vías que truncaron la secular tradición multiétnic­a y multicultu­ral del Imperio otomano.

 ?? ?? Basílica de Santa Sofía.
Basílica de Santa Sofía.
 ?? ?? ENSAYO
Los últimos días del Imperio otomano
Ryan Gingeras Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2023 360 pp. 27 €
ENSAYO Los últimos días del Imperio otomano Ryan Gingeras Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2023 360 pp. 27 €

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain