A falta de Metroid, buenos son los clones indies pixelados...
Con su llegada a Vita, he desenterrado de mi biblioteca digital AxiomVerge, un juego que compré en unas rebajas, pero al que apenas había dedicado dos horas en su versión para PS4. Para mi paladar, este tipo de experiencias se disfrutan más en una portátil, ya que no me obligan a estar enganchado a la tele y puedo retomar la exploración del mapeado en cualquier momento. Es algo que gocé como un energúmento en Game Boy, con Metroid2, y aún más en Advance, con ZeroMission y Fusion. Si a eso añado que disfrutar de AxiomVerge en Vita no me ha costado ni un céntimo gracias al "cross-buy", la alegría se dispara hasta el infinito...
AxiomVerge es obra de una única persona, Thomas Happ, un desarrollador independiente que, tras cocer a fuego muy lento esta maravilla, se ha sacado de la manga la que probablemente es la mejor réplica "moderna" del estilo de los Metroid 2D clásicos. Es un juego que, pese a su esencia "retroide", moderniza el concepto de este estilo de juego de varias formas.
pero sin ser
AxiomVerge sigue el esquema más clásico del género, es decir: explora, consigue nuevos "power ups" y armas, accede a nuevos lugares, derrota al jefe de un área (hay ocho, en total) y vuelta a empezar. Es un esquema que, en este título, explota una faceta: el incesante chorreo de armas y mejoras que conseguimos a cada pocos pasos. Las hay que mejoran la vida, el daño o alcance de nuestras armas; otras nos confieren habilidades, como un taladro, una mutación genética que nos dota de un disparo secundario cuando nuestra salud está al máximo o aprovechar algunos fallos "del sistema" para revelar plataformas o destruir bloques corruptos. Tampoco faltan habilidades como controlar un pequeño dron de forma remota ni, por supuesto, muchas armas. Muchas. Cada una está diseñada para desplegar su poder en un contexto muy concreto. El aderezo lo ponen un montón de secretos, coleccionables y guiños, como la presencia de un sistema de "passwords" para activar algunos trucos o revelar salas ocultas.
Su puesta en escena exhibe un bellísimo estilo "pixel art" con muchísimos elementos animados, y hay elementos que logran dar la sensación de ser 3D. Incluso algunas opciones, como el modo "speed run", revelan la intención de modernizar el género y dotarlo de alicientes para volver a él a menudo.