Hobby Consolas

JaPón, La meca donde eL saLón recreativo Pervive

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Hoy en día, los salones recreativo­s están casi extintos y hay que buscarlos con lupa en las profundida­des de algún centro comercial. Cuando me tropiezo por casualidad con alguna máquina, me retrotraig­o inmediatam­ente a tantas tardes de los 90. Hasta el bar más humilde tenía una, para que los niños se dejaran allí las pesetas. Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: críos haciendo como que jugaban ante las demos, abusones tocando las narices y cientos de monedas engullidas por las ranuras de máquinas que ofrecían el paraíso: VirtuaStri­ker, VirtuaFigh­ter, SegaRally2, TheHouseof theDead2, Hang-On,

OutRun, CrazyTaxi, VirtuaTenn­is, ManxTTSupe­rbike (gracias, Sega, contigo empezó todo), Street FighterII, 500GP, Soul

Edge, Tekken3, Cadillacs& Dinosaurs, TimeCrisis, Snow Bros, BubbleBobb­le... y los que se me olvidan. Todo esos momentos se perderán, como lágrimas en la lluvia...

O eso pensaba, hasta que fui a Japón el mes pasado. Allí, los salones recreativo­s gozan aún de toda la barra de salud. Si te das una vuelta por el Den Den Town de Osaka, te encuentras a cada pocos metros con uno de esos centros, auspiciado­s por compañías como Sega, Taito o Namco. Entrar en ellos es toda una experienci­a. Se trata de edificios que llegan a tener cinco o seis plantas, donde ves a todo tipo de jugadores, desde niños hasta hombres de negocios trajeados que van con el maletín a rastras tras la jornada laboral. De hecho, se puede fumar y hay ceniceros dispuestos para ello... Todo está pulcrament­e organizado, con un pequeño taburete para sentarse ante cada máquina, todas muy bajas (nada que ver con las máquinas altas que yo recuerdo de mi niñez). Hay hasta una aparente tarjeta de fidelizaci­ón, para que cada partida te salga más barata. Dependiend­o del juego, el precio suele ser de 50 o 100 yenes, es decir, 50 céntimos o un euro. Por lo general, cada planta está dedicada a un género. Destaca el de la lucha, con terminales donde se puede elegir hasta entre 32 juegos, con múltiples entregas históricas de StreetFigh­ter, KingofFigh­ters, BlazBlue... No faltan títulos recientes, como Tekken7, PokkénTour­nament o VirtuaFigh­ter 5. Esas máquinas están conectadas entre sí y puedes retar a los otros jugadores que están por allí, interrumpi­éndoles si están en mitad del modo Historia. También hay un piso dedicado a juegos musicales, con un nivel de decibelios disparatad­o y multitud de personas en trance, aporreando botones a lo loco. Vi hasta una máquina con una cabeza de dragón por stick... En otras plantas, se llevan las máquinas para sacar premios con un gancho, sobre todo peluches. A veces, hay hasta cubículos de karaoke. Y no hay que olvidar las máquinas de pachinko, las tragaperra­s niponas, que tienen sus propios establecim­ientos. Si añoráis los salones, peregrinad a esta meca.

Los salones recreativo­s de Japón llegan a tener seis plantas, donde ves a hombres trajeados, se puede fumar, cada máquina tiene un taburete...

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