Un mundo nuevo sobre otro en ruinas
Horizon no inventa la rueda con sus mecánicas, pero lo hace todo tan bie pies de Aloy. Guerri ha convertido un mundo aparentemente ruinoso y snaylvtaajen ean s uun m eanntoerrnaoqutreemesenimdapmoseibnltee npoolriveanldeinrstee. a los
El mundo abierto está planteado como el de un sandbox, por lo que tenemos absoluta libertad para recorrerlo casi desde el principio. Llegar a los títulos de crédito lleva veinticinco horas, pero calculad otras tantas para las actividades secundarias.
El sigilo no es obligatorio, para evitar frustraciones, pero facilita las cosas. Aloy puede ocultarse en la vegetación, caminar agachada para no hacer ruido, lanzar piedras para despistar, realizar ejecuciones a traición, tirar con el arco a blancos alejados...
El rol está presente de varias formas. Hay un sistema de experiencia que se traduce en subidas de nivel y daño numérico. Además, los puntos de habilidad se canjean por mejoras de tres árboles, que potencian el sigilo, el combate y la recolección. Los combates combinan los ataques a distancia y el cuerpo a cuerpo. Es fundamental rodar y estar en continuo movimiento, tanto contra las máquinas como contra los humanos. Hay cinco niveles de dificultad, para que nadie tenga motivo de queja.
El plataformeo está presente en forma de saltos, escalada, rappel o tirolinas. Resulta bastante satisfactorio, pero se le podría haber sacado más jugo, sobre todo a la hora de trepar, ya que basta con fijarse en los tonos amarillos y mover el joystick hacia allí.
Recabar recursos es vital. Algunos se pueden usar directamente, como las bayas medicinales, pero otros, como las ramas, las partes de animales o los trozos de máquina, sirven para elaborar consumibles, comprar armas o crear equipamiento.