Más pura la luna brilló en Game Boy Advance
aya por delante que, para mí, el mejor juego de salida (y de la humanidad) no es otro que Supermario 64, pero, si restamos 32 bits y nos remontamos a una portátil, no tengo más remedio que desempolvar el primer Castlevania de Game Boy Advance.
Con él, Konami inauguró la mejor racha de la saga durante seis entregas, repartidas entre GBA y DS hasta 2008. Este "hijo de la luna" logró encajar en la sucesora de Game Boy toda la esencia del inmortal Symphonyofthenight (PSONE, 1997) en una aventura cargada de elementos de RPG, exploración y plataformas con desarrollo 2D, a través de un inmenso mapa que me obsesioné en completar al 100 %, incluso en sus modos adicionales. La soberbia ambienta- GUSTAVO ACERO
Vción gótica del castillo fue el escenario perfecto para un festival de sprites y variadísimos enemigos a un ritmo incesante, pero lo que más me sigue impactando es el tamaño descomunal de sus jefes finales, cuyas batallas requieren altos niveles de paciencia y estrategia en sangre hasta llegar a Drácula.
Un clásico al que hincar el diente
La introducción del sistema de combate inspirado en el tarot fue todo un acierto, ya que permitía combinar dos cartas de distinto tipo para mejorar los atributos y las armas del cazavampiros Nathan Graves, protagonista de una historia de rivalidad entre hermanos enfrentados por la envidia. Y no me puedo olvidar de su magistral banda sonora, precedida por el "Kyrie Eleison" cantado a coro, que aún hoy me sigue poniendo los pelos de punta... y los colmillos largos.