EL FIN DE LOS PRECIOS ALTOS
Como ya predijo el ángel de Los Simpson, ha llegado el apocalipsis de la carestía. Hoy en día, es relativamente barato disfrutar de los videojuegos: sólo hay que mantener la calma y no dejarse llevar por el ansia viva.
Los videojuegos han sido, históricamente, un hobby caro. Sin embargo, con el tiempo, se han ido "democratizando" cada vez más y, hoy en día, se puede disfrutar de ellos a precios muy razonables. Concretamente, la generación en la que nos encontramos ha traído consigo un fenómeno deflacionista que hace que ya no haya que esperar meses, o incluso años, a que los precios se reduzcan, especialmente el de los juegos. Basta con mirar a casi cualquier título que se lanzara en la segunda mitad de 2016 para comprobar que, ahora, se puede adquirir por un precio muy inferior al que marcaba la etiqueta en su primer día: Dishonored2, Mafia iii, Battlefield 1, no man's Sky, Final fantasy xv, Watchdogs2, Steep, The last guardian, Forza horizon3, Gears of
War4, Titanfall2, Dead Rising4, XCOM2, Assetto Corsa, The king of fighters xiv, Deuse x: mankind divided... Lógicamente, esta devaluación es beneficiosa para el usuario medio, que puede comprar más por menos, pero tiene implicaciones controvertidas. La primera es la cara de canelo que se le queda a la persona que decide confiar en el producto desde el primer día, pagando 60-70 €. En cuanto le ocurra un par de veces, no tardará en empezar a esperar unas semanas o unos meses para tirarse a por un juego. Esto entronca con la segunda derivación polémica del asunto: ¿Está muy hinchado el margen de beneficio de las compañías si resulta que, en tan poco tiempo, pueden devaluar sus productos? ¿O son esas rebajas una forma de evitar pérdidas multi--