What Remains of Edith Finch
Candidato a mejor indie de 2017
Versión ANALIZADA género DESARROLLADOR distribuidor jugadores idioma TEXTOS idioma VOCES FORMATO / Precio LANZAMIENTO contenido
De forma cada vez más frecuente, el videojuego se reivindica como un medio para contar historias. Edithfinch es justo eso, un "walking simulator" en el que recorremos una casa para, a través de distintas mecánicas jugables, desentrañar la negra historia de una familia.
Volver a la casa donde nacimos, y de la que salimos tiempo atrás, es el punto de partida de este atípico videojuego. Pero no esperéis una casa normal. Puertas selladas, mirillas, pasadizos ocultos... Cada habitación tiene una historia e, interactuando con algún objeto clave, "vivimos" la tragedia de aquél que la habitó: un niño que se despeñó desde un columpio o una joven actriz en horas bajas que falleció misteriosamente. Cada una de estas tristes historias rozan lo poético, destilan una sensibilidad enorme y, al mismo tiempo, presentan sus propias mecánicas jugables, casi siempre en primera persona, como, por ejemplo, "jugar" dentro de las viñetas de un cómic. No detallamos más, por no destripar nada a nadie.
No has jugado nada igual
Edithfinch deja unas 2-3 horas de duración, y no es muy rejugable, pero eso no impide que sea uno de esos viajes que seguirán resonando en tu cabeza durante mucho tiempo, por ser único en muchos sentidos, desde el planteamiento estético a las mecánicas jugables. Es un título que, sobre todo, convencerá a quienes busquen en un videojuego algo inclasificable, que vaya más allá de los géneros establecidos, y un vehículo único para contar una gran historia.