Inteligencia artificial cada vez más tonta
No quiero engañar a nadie y ya lo he dicho otras veces: me importan los gráficos. Me parece una parte muy importante de esta industria y me gusta ver cómo los estudios se afanan en hacer los juegos cada vez más realistas o más bonitos en cuanto a su dirección artística. Por eso, me parecen buenas noticias, dentro de la "traición" que supone para los que compramos las versiones originales, la salida de PS4 Pro o Xbox One X. Ver los juegos en 4K (aunque, en el caso de la Pro, casi siempre reescalados) y HDR me parece una gozada. La evolución gráfica va de la mano de la tecnológica, así que me parece, cuando menos, lógica.
Sin embargo, desde hace unos cuantos años, tengo una sensación que no me gusta nada. Uno de los elementos que más me atraen de los videojuegos es la inteligencia artificial. Cuando me pongo a pensar en algunos de los momentos que más me han sorprendido jugando a videojuegos, la mayoría tienen que ver con la IA. No me puedo olvidar de los enemigos devolviéndome las granadas en Medalofhonor, de los soldados de Metalgearsolid
siguiéndome hasta los conductos de ventilación o del comportamiento de mis rivales en F.E.A.R. poniéndose a cubierto si se veían sobrepasados. Hay muchos más ejemplos, desde luego, pero tengo la sensación, y creo que no soy el único, de que la cosa se ha quedado bastante estancada en los últimos tiempos. No, en realidad es peor, porque, mientras que algunas cuestiones técnicas sí que se convierten en estándares de la industria que todos copian y ofrecen en sus juegos, con la IA no sucede lo mismo. No deja de sorprenderme ver cómo los enemigos son, hoy en día, más tontos que hace años. Ya no me devuelven las granadas, aparecen como patos de feria para que yo les dispare y deciden usar coberturas usando patrones que no tienen ningún sentido. Siempre que tengo la oportunidad de entrevistar a algún creador de videojuegos, saco el tema de la IA y escucho su opinión. Llevo años haciéndolo y he escuchado todo tipo de opiniones: que si la IA se ha mejorado en otros aspectos menos visibles, como qué oyen los personajes no controlables, o en el comportamiento de compañeros de batalla como Elizabeth en Bioshockinfinite o Ellie en Thelastof Us, por ejemplo.
Lo mismo no les falta razón al hacer algunas de estas afirmaciones, pero yo tengo otra teoría que alguno de estos desarrolladores ha accedido a "comprarme" cuando se la he expuesto: la industria se ha especializado tanto en cuestiones gráficas, narrativas y artísticas (algo que tiene muchas ventajas) que el alma de los videojuegos, la programación, se ha dejado de lado. Los programadores ya no son las estrellas, ya no dirigen los proyectos y lo que importa ahora es que los juegos parezcan películas y no tanto videojuegos. Así, son más bonitos, pero más tontos.
Los programadores ya no son las estrellas, ya no dirigen los proyectos y lo que importa es que los juegos parezcan películas, no videojuegos.