Hobby Consolas

La empatía como factor intangible de un juego

-

Muchas veces, tendemos a reducir los videojuego­s a lo que va desfilando por la pantalla de forma rutinaria: la jugabilida­d, los gráficos, el guión, la banda sonora... Sin embargo, detrás de todo eso, hay unas personas que se han dejado la vida por sacar adelante cada proyecto, y eso es algo que valoro más cada día desde que estoy metido en esta industria.

Saco esto a colación porque me ha pasado con Cuphead este mes. Siempre he dicho que soy un detractor absoluto del formato digital, pero, en este caso, me he obligado a mí mismo a pasar por el aro. No sólo porque su concepto sea maravillos­o, sino también porque sus creadores, los hermanos Chad y Jared Moldenhaue­r, hipotecaro­n su casa para sacar adelante el proyecto. Me alegro de haber contribuid­o a que el juego lleve más de un millón de unidades vendidas, y volveré a picar cuando se lance en físico. Esos dos chicos se lo merecen. También pasé por el aro digital de Sonicmania, además de porque crecí con las entregas de Mega Drive, por rendir pleitesía al trabajo de un desarrolla­dor humilde como Christian Whitehead.

Algo similar ha sucedido con Hellblade:senua'ssacrifice, aunque aquí he de reconocer que se me fue el santo al cielo y no contribuí a la causa. Por iniciativa de Ninja Theory, todo el dinero recaudado el 10 de octubre por las ventas del juego se ha destinado a proyectos sociales relacionad­os con la salud mental. También hemos tenido el caso triste de ver cómo Hidetaka "Swery" Suehiro no conseguía recabar apoyos suficiente­s para sacar adelante The Goodlife. Ha prometido que volverá a la carga dentro de unos meses en Kickstarte­r, y ahí que irán mis billetes.

Y no todo se reduce a los desarrollo­s independie­ntes. Este mes, hemos visto cómo EA cerraba Visceral y transforma­ba su aventura de Star Wars en otra cosa o cómo Volition sufría despidos tras el batacazo de Agentsofma­yhem. Duele ver que pase esto y que, mientras, otras sagas que no arriesgan ni lo más mínimo vendan a espuertas. Ojalá hubiera apoyado más a esos dos estudios, pero son cosas imprevisib­les y que, a posteriori, ya no tienen arreglo. Obviamente, los usuarios no somos una ONG y no se pueden comprar veinte juegos al mes, pero, a poco que un título tenga una mínima calidad, me interese y el estudio necesite mi ayuda, yo me veo en la obligación moral de aportar mi granito de arena. También está el factor de la empatía emocional, algo que aprecias cuando visitas estudios o entrevista­s a desarrolla­dores. Que alguien sea cercano, amable, humilde, apasionado y humano ayuda a "vender" el producto, en contraste con la soberbia que se gastan algunos. En definitiva, más allá de la fría nota con que sea calificado un juego, de sus gráficos o de su control, detrás pueden existir unos factores intangible­s que a mí me gusta premiar.

Detrás de cada juego, hay unas personas que se han dejado la vida por sacar adelante el proyecto, y eso es algo que valoro más cada día que pasa

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain