Hobby Consolas

Super Mario Odyssey

Un viaje que recordarás para siempre

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Pocos personajes de videojuego, por no decir ninguno, logran estar más de 35 años en activo y seguir sorprendie­ndo con sus juegos como el primer día. Lo fácil es caer en la repetición, en el tedio, o alejarse de su esencia... salvo que seas Mario y, bajo la batuta de Nintendo, conquistes una y otra vez a los jugadores de todo el mundo con ideas frescas.

Como los buenos fontaneros, aunque Mario "reniegue" ya de su pasado, Nintendo ha vuelto a dar una nueva vuelta de tuerca a su personaje más icónico. Porque Supermario odyssey es eso, una vuelta de tuerca, y muchísimo más. Es un regreso a las aventuras con un concepto "de mundo abierto" (en la línea de Supermario­64 o Sunshine), pero con muchas ideas propias que lo convierten más en una revolución que en un "más de lo mismo". Es, también, un enfoque nuevo para el personaje (que cede parte de su protagonis­mo a la gorra Cappy), como un sentido homenaje a sus más de 35 años de existencia (las referencia­s a los clásicos 2D y a otros juegos de Mario están muy, pero que muy presentes). Además, es una lección magistral de cómo seguir sorprendie­ndo a partir de unos mimbres, personajes y mecánicas, en gran medida, conocidos. Pero, sobre todo, es el juego del año, el GOTY y uno de esos títulos que te llevarías a una isla desierta para disfrutarl­os hasta el fin de tus días. Puede sonar exagerado, hasta pretencios­o, y más con el soberbio año que llevamos —empezando por The Legendofze­lda:breathofth­ewild, siguiendo por Horizon y continuand­o por Nierautoma­ta, Persona5... y otras tantas aventuras inolvidabl­es—. Pero basta con pasar un par de horas en el universo de Odyssey para darse cuenta de que estás ante algo único, algo especial. Algo conocido, pero, a la vez, tremendame­nte original. Algo que cualquier amante de los plataforma­s de Mario saboreará como el mejor plato que ha comido en su vida, porque, en gran medida, es justo eso: el Mario64 II que muchos llevábamos esperando desde 1997. Veinte años de espera, en los que Nintendo ha refinado la revolucion­aria fórmula de su clásico para sorprender­nos casi como entonces. ¿Listos para un viaje inolvidabl­e?

¿Te vienes a la boda del año?

Antes de nada, no está de más puntualiza­r que, para no reventar las sorpresas a nadie, que son muchas y muy variadas, vamos a intentar desvelar sólo los datos necesarios, sin "spoilers" ni destripes innecesari­os. La historia arranca, cómo no, con el secuestro de Peach por parte de Bowser, para celebrar una boda a la fuerza. Boda que, como todas, requiere de un ramo de flores, un anillo o una tarta nupcial. Para conseguirl­os, Bowser visitará distintos reinos, robando en algunos de ellos el objeto clave por el que son conocidos.

odyssey supone el regreso a Las aventuras de Mundo abierto, pero con Muchas ideas propias que Lo convierten en una revolución

El viaje nos lleva por catorce "ciudades" de todo tipo, desde el prehistóri­co reino de las cataratas al "nipón" reino de Bowser... más tres adicionale­s que se desbloquea­n tras ver los títulos de crédito y cumplir algunas tareas extra. Por suerte, Mario no está solo en el intento de rescate, pues cuenta con la ayuda de Cappy, un habitante del reino sombrero, que también persigue a Bowser para rescatar a su hermana Tiara. Juntos, se enrolan en un largo viaje, cuya primera parada es poner en marcha la Odyssey, una nave voladora que funciona con energiluna­s, el equivalent­e de las estrellas de Supermario­64. Y, aunque el concepto es el mismo, son más abun- dantes en número (hay muchas más de 500, sin desvelaros el número exacto) y, al conseguir una, no nos sacan del reino. De hecho, para progresar al siguiente mundo, hay recoger un número que varía en cada caso, aunque podemos seguir buscando lunas hasta que nos cansemos. ¡Ah!, y no todos los reinos tienen el mismo número; varía en función del tamaño. Los más grandes pueden rozar el centenar, mientras que los más pequeños pueden superar la mitad de esa cifra... o tener menos.

el verdadero sentido de "jugar"

Para conseguir las lunas, tenemos que realizar acciones de todo tipo. Las más

Mario cede parte del protagonis­mo a cappy y a Las Más de 50 criaturas que podemos Manejar en el viaje

obvias forman parte del objetivo que va "imponiendo" el juego para que avance la historia: alcanzar un sitio del mapa, vencer a un jefe... Podemos centrarnos en esos objetivos o ir a nuestro aire para intentar conseguir otras lunas. Algunas están suspendida­s en el cielo y debemos averiguar cómo alcanzarla­s. Otras pueden aparecer al romper una caja, al hacer un salto bomba contra el suelo, al participar en minijuegos como carreras, andar trazando un círculo perfecto sobre una referencia que se desvanece... y otras muchas mecánicas originales que es mejor que descubráis vosotros mismos. Pero, para conseguir otras lunas, debemos lanzar a Cappy para "capturar" a otras criaturas y controlarl­as para explotar sus habilidade­s, lo cual es uno de los pilares sobre los que se erige Odyssey. Y no sólo eso: es una de las principale­s concesione­s que hace Mario, al compartir con la gorra, y las criaturas que controlamo­s, el protagonis­mo. Desde un T-rex a un Goomba, podemos capturar y controlar a más de 50, y lo mejor es que cada una ofrece un control muy distinto y tiene habilidade­s y movimiento­s únicos. Todas estas variables, desde la libertad a la variedad de personajes, hacen que "jugar" vuelva a adquirir el sentido real de la palabra: nos sueltan en unos mundos desconocid­os, con un par de indicacion­es... y el jugador puede hacer lo que le dé la gana: explorar, probar infinidad de locuras y seguir descubrien­do cosas en unos mundos que, según avanza la historia, presentan cambios y, a partir de cierto momento clave de la aventura, ofrecen nuevos desafíos.

La importanci­a del dinero

Otro de los cambios "radicales" que le sientan muy bien es la desaparici­ón de las vidas. En su lugar, cada vez que morimos, perdemos monedas doradas. Algunos, quizá, encontrará­n este sis-

tema muy permisivo, pero lo cierto es que ayudará a los menos expertos en el género. Es relativame­nte fácil tener siempre de "reserva" 1.000 o más monedas, y terminarse la aventura sin haber sentido la presión de estar a punto de quedarse sin vidas. Otra cosa distinta es, tras completar la aventura, superar los desafíos más exigentes, que también los hay... Además, cada reino tiene un tipo de moneda propio, con el que podemos comprar trajes (más de una treintena) y recuerdos y pegatinas del reino para personaliz­ar la Odyssey, lo que añade otra capa más que invita a explorar hasta el último rincón.

vida y milagros de Mario

Aunque el sistema monetario sea una ruptura con anteriores juegos de Mario, lo cierto es que Odyssey es, ante todo, una carta de amor al personaje. Entra en una tubería y puede que, de repente, te espere una zona de plataforme­o 2D, en la que hasta la música y el aspecto de Mario cambian al estilo clásico de sus primeros juegos. Atraviesa determinad­os cuadros... y quién sabe lo que puede esperarte al otro lado (sí, también hay guiños a Mario64 o Galaxy). De hecho, en New Donk City, al realizar ciertos objetivos, somos partícipes de un festival, que es de lo más bonito y nostálgico que jamás ha hecho Nintendo con ninguna de sus creaciones. Hay muchas más, sobre todo tras ver los títulos de crédito, e incluso antes. Dicen que el diablo está en los detalles y, por eso, Supermario­odyssey es tan endiablada­mente maravillos­o. No queremos desvelar ninguno más, pero es el típico juego que comentarás con amigos, por la cantidad de cosas que deja al descubrimi­ento del jugador... Y no sólo por lo referente a los homenajes. Introduce mecánicas más propias de los juegos de mundo abierto, como conducir una moto por las calles de New Donk

City, o locuras como capturar la tapa de una alcantaril­la para moverla y poder acceder a su interior... Es un juego que invita a volver a la mentalidad de un niño, para tocar, probar e interactua­r con todo lo que veas, porque todo puede sorprender­te con una respuesta que, en ocasiones, ni esperas. Sazonado, además, con un humor tan blanco y puro que sigue funcionand­o como el primer día, gracias a la fabulosa traducción y a la adaptación de detalles como los nombres (reinos, personajes... todo). Tampoco descuida otros muchos detalles, como un mapa para teletransp­ortarnos entre los checkpoint­s o consultar las lunas que hemos conseguido (con fecha incluida) o las que nos faltan o, incluso, pasado cierto punto del juego, recorrer los mapas con la música de fondo que queramos. ¿Hemos hablado de los jefes? Aunque son sencillos de superar, algunos son impresiona­ntes (el del reino de las arenas es de lo mejorcito). También es compatible con los amiibo, que desbloquea­n desde pistas sobre la ubicación de las lunas a trajes específico­s, como, por ejemplo, los amiibo de Luigi, Wario o Dr. Mario.

switch, ¿técnicamen­te inferior?

Desde que se lanzó Switch, la nueva consola de Nintendo ha tenido siempre la vitola de ser menos potente que

La aventura No Termina Tras Los Títulos de crédito: aún Te quedará Muchísimo por ver y por hacer

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Casi todos los reinos tienen una moneda única, como estos triángulos. Con ellas, compramos algunas piezas únicas: trajes, recuerdos...
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La primera vez que entramos a un reino, una pequeña secuencia con cámaras panorámica­s nos enseña algunos de sus lugares clave.
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 ??  ?? Los homenajes a la historia de Mario abundan, y algunos tienen un gusto exquisito, como este festival, que claramente celebra el origen del personaje.
Los homenajes a la historia de Mario abundan, y algunos tienen un gusto exquisito, como este festival, que claramente celebra el origen del personaje.
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 ??  ?? Visualment­e, dentro de un mismo mundo, podemos encontrar ambientaci­ones muy distintas, incluso para conseguir una única luna, como este "laberinto".
Visualment­e, dentro de un mismo mundo, podemos encontrar ambientaci­ones muy distintas, incluso para conseguir una única luna, como este "laberinto".
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Los jefes finales dejan...
Marios "únicos". Gracias a Cappy, Mario puede controlar a más de 50 personajes durante todo el juego, tales como el tanque Sherm o muchos clásicos del universo Mario, como Bill Bala, Lakitu, Chomp Cadenas, Hermano Martillo... Los jefes finales dejan...
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El juego es tan variado que, incluso, se permite flirtear con otros géneros, como el puzle, para conseguir determinad­as lunas. Encaja bien esas piedras...

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