Las seis claves de un gran remake

Para su estreno en PS4, Shadow of the Colossus ha pasado por un "lifting" integral, del que ha salido muy bien parado... y no sólo en lo técnico y lo visual. Bluepoint Games ha dado una lección magistral de cómo deben "remakearse" juegos de culto.

Hecho de cero. Toda la parcela visual (escenarios, personajes, efectos de luz, efectos ambientales...) se han hecho de cero. El resultado es un juego que no desentona, para nada, con la calidad de los exclusivos de PS4, lo juegues en 4K o en 1080p.

Nuevo coleccionable. Aparte de las lagartijas, las frutas y los altares, se ha introducido un nuevo tipo de coleccionable, consistente en 79 monedas que son un guiño a un fan y que conceden acceso a una cámara secreta, dentro de la cual aguarda un tesoro.

Máxima fluidez. Fue uno de los aspectos más criticados del original de PS2 y, aquí, juegues en la consola que juegues, apenas notarás ralentizaciones. En PS4 Pro, hasta 60 fps estables; en el resto de modelos, 30 fps fijos durante toda la partida. Modo Foto. Si lo activas, basta con pulsar abajo en la cruceta para detener la acción y jugar con distintos filtros, alternar entre la perspectiva de Wander o Agro, cambiar el brillo y el contraste, el campo de visión, el zoom o incluso poner la cámara vertical.

Nuevas opciones. La dificultad "Difícil" está disponible de inicio (en PS2, había que acabar la aventura) y, al terminar el juego, desbloqueamos nuevos modos, como Nuevo Juego + y Espejo, donde vemos el mundo como si se reflejara en un espejo.

Nuevos trofeos. Se ha incluido uno que es un pequeño guiño a un hacker que dedicó mucho tiempo a bucear en el código del juego y que descubrió secretos inconfesables, aparte de otros cuantos dedicados a algunas de las novedades del remake...