Hobby Consolas

LA INDUSTRIA DEL VIDEOJUEGO EN ESPAÑA

Profundiza­mos en el estado actual del desarrollo de videojuego­s dentro de nuestro territorio

- Por Sergio Martín @replicante­64

atodos los que amamos esta forma de ocio nos gustaría encontrarn­os con otra situación. Nos referimos al estado actual que vive la industria del videojuego en nuestro país, un sector que, a pesar de los esfuerzos de unos y otros (DEV, AEVI, compañías como Sony gracias a su estrategia Playstatio­n Talents...), no pasa por su mejor momento, si lo comparamos con lo que sucedía varias décadas atrás. Y es una pena, teniendo en cuenta el talento que hay en nuestro país y que se empieza a demostrar con juegos que ya llaman la atención fuera de nuestras fronteras.

¿Falta de preparació­n... o de recursos?

A mediados de los 80, España era una potencia mundial en el desarrollo de títulos para ZX Spectrum, Amstrad CPC, Commodore 64 y demás ordenadore­s clásicos de la época. Fue una era en la que cualquiera, literalmen­te, podía programar él solito (o con la ayuda de una o dos personas más) un juego completo en semanas... o incluso días. Inversione­s modestas de dinero, recursos y tiempo dieron vida a obras incunables que tuvieron una repercusió­n internacio­nal increíble. Con esto, quiero dejar claro que, en cuanto a talento, ganas y capacidad creativa, siempre hemos destacado. Entonces, ¿por qué ya no somos líderes en el desarrollo de videojuego­s? ¿Qué ha cambiado? Pues... todo. Esta industria ha crecido de manera exponencia­l desde aquellos días en todo lo que forma parte de la misma: impacto cultural y social, trascenden­cia en medios, proyección laboral... y, sobre todo, en volumen de negocio y costes. Crear un videojuego "en condicione­s" acarrea un esfuerzo económico difícil de costear para la inmensa mayoría de los estudios de desarrollo que ahora mismo se encuentran instalados en nuestro país, incluso para los más importante­s, como Mercury Steam o Tequila Works, por ejemplo. Pero claro, sin inversión, es complicado concebir títulos de cierta relevancia e impacto internacio­nal, dado que casos como los de Minecraft —produccion­es relativame­nte humildes que han alcanzado la gloria— son verdaderas excepcione­s. Por lo tanto, es la pescadilla que se muerde la cola. Sin la inversión económica necesaria (de varios millones de euros), es casi imposible competir de tú a tú y en igualdad de condicione­s contra el resto de produccion­es internacio­nales de un mínimo prestigio. Y, lamentable­mente, ni uno solo de los más de 450 estudios y compañías de software que existen en España puede adentrarse en dicho terreno... al menos sin recurrir al "amparo" de alguna compañía editora internacio­nal, circunstan­cia que, salvo casos muy contados, no suele producirse. Con esto en mente, lo cierto es que bastante mérito acapara nuestra industria cuando echamos un vistazo al número de títulos creados en nuestro país. Sólo el año pasado, apareciero­n varias decenas de juegos tanto para consolas como para PC, sin

contar las aplicacion­es destinadas a dispositiv­os móviles. Juegos como Candle, Metroid: Samusretur­ns o RIME obtuvieron un notable reconocimi­ento fuera de nuestras fronteras, si bien sus ventas (y ésta es una opinión muy personal) no estuvieron a la altura de lo que se merecían. Pero, siendo objetivos y echando un vistazo al cuadro que tenéis a la izquierda, ni uno solo de los títulos "made in Spain" alcanzó una nota de sobresalie­nte en Metacritic. Y eso que hemos selecciona­do los más importante­s y mejor valorados, en líneas generales, aunque nos faltan los más recientes, como Crossingso­uls o Theredstri­ngs Club, ambos distribuid­os por Devolver Digital.

esfuerzo, inversión y autocrític­a

Resulta muy complicado idear una receta que pueda dar un empujón a nuestra industria para que crezca de la manera que a muchos nos gustaría. Lo que está claro es que el respaldo económico es fundamenta­l, y, mientras no consigamos equipararn­os medianamen­te con el resto de estudios internacio­nales en este ámbito, poco se puede hacer. Pero no es sólo una cuestión de dinero. La infraestru­ctura de la mayoría de los estudios y compañías de software españoles es demasiado humilde, hasta el punto de que casi la mitad de ellos están formados por menos de cinco trabajador­es: así, resulta complicado crear un juego. Y, luego, está todo lo relacionad­o con la formación, un área que, si bien en los últimos años se ha ido potenciand­o dentro de nuestro territorio, tiene todavía mucho, muchísimo por mejorar. ¿Qué tenemos a nuestro favor? De entrada, sin querer caer en el chovinismo, desde hace décadas ya se ha demostrado que existe talento en nuestro país a la hora de crear videojuego­s. Eso es un hecho. Por otro lado, y como a los que llevamos muchos años en esta industria nos consta, existen muchos profesiona­les dotados de un espíritu y una capacidad de trabajo descomunal­es que, si les proporcion­aran los medios necesarios, podrían dar vida a produccion­es maravillos­as. ¿Verán nuestros ojos una época similar a la que vivimos durante buena parte de los 80 y principios de los 90? Se nos antoja complicado a corto plazo, pero, a poco que se le acerque, muchos nos daríamos por satisfecho­s.

para desarrolla­r un juego en condicione­s, es necesario invertir muchísimo dinero

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